“Tenemos la esperanza de volver a casa, Dios no nos
abandonará, y tenemos también la esperanza de que hay hermanos que nos
ayudarán a ello”
El padre Naim Shoshandy es un
joven sacerdote iraquí de rito siro católico. A sus 34 años confiesa que en la
tierra en la que nació, al igual que millones de jóvenes compatriotas, sólo ha
visto guerra y horror. Además, conoce de primera mano el sufrimiento y la
persecución.
Naim es el menor de cinco
hermanos. Su hermano Raid fue asesinado en Mosul por el único hecho de
ser cristiano y tanto él como toda su familia tuvieron que huir con lo puesto
de su ciudad, Qaraqosh, cuando en 2014 Estado Islámico
atacó y tomó esta ciudad donde existía una importante minoría cristiana.
Una campaña para que los cristianos iraquíes puedan volver a casa
Este religioso ha estado este miércoles en
Madrid en la presentación de la campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada “Ayúdales a volver” en la
que se reconstruirán más de 13.000 casas de cristianos y cientos de
iglesias y capillas de la llanura de Nínive para que puedan volver a su
tierra, a la de sus antepasados y en la que recibieron la fe.
Visiblemente emocionado, tuvo
que dejar de hablar en varias ocasiones debido a las lágrimas, el
padre Naim ha vivido durante varios años junto a su familia y sus parroquianos
en un campo de refugiados en Erbil, en el Kurdistán iraquí,
donde ha ido realizando su labor pastoral y un programa de ayuda a enfermos de
cáncer, enfermedad por la que ha muerto su padre desplazado de su casa debido a
los yihadistas.
En su intervención, este
sacerdote habló de la fuerza de la fe de los cristianos iraquíes, de la fuerza
del perdón que están experimentando y de las enormes ganas que tienen de volver
a sus casas. No quieren ir a Europa, ni a Estados Unidos
ni a países de su entorno. Quieren volver a su casa aunque sepan que aún no es
un lugar seguro.
“Hemos podido perdonar al asesino
de mi hermano”
“Vivir como un cristiano en Irak no es
fácil”, afirmó y recuerda lo duro que fue el asesinato de su hermano a manos de
islamistas. “Su muerte fue dura pero gracias a Dios hemos podido perdonar
al asesino de mi hermano”, explicó.
En su testimonio recordaba el
momento en el que cayó Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, y a tan
sólo 30 kilómetros de Qaraqosh, su pueblo. Tampoco olvidará nunca aquel 6 de
agosto de 2014 a las 5 de la madrugada todos se
despertaron con el ruido de las bombas y las explosiones. Ni el
que llegaron los yihadistas.
El momento en el que los terroristas
llegaron a su casa
Estado Islámico atacó Qaraqosh y una de las
bombas “impactó cerca de mi casa. Recuerdo (afirma entre lagrimas y casi
sin poder hablar) que murió una chica, mi vecina que tenía casi 25 años y
también dos niños que jugaban en la calle”.
Hay empezaron a sentir un miedo
que difícilmente les ha abandonado y al que sólo la fe ha podido vencer. Y fue
así como tuvieron que huir de la muerte. “Tuvimos muchos sufrimientos por tener que
dejar atrás tu vida, tus cosas, tu historia, el no saber dónde vas y si
viviríamos”, aseguraba todavía emocionado. Y de vivir
tranquilos pasaban a dormir en la calle, en tiendas, en aparcamientos, pasando
calor, frío…
La Cruz, el motivo de su
expulsión
“Todos tuvimos que salir de allí por esta
cruz”, dijo el padre
Naim, mostrando un gran crucifijo. Ser cristianos era el único motivo por el
que huían o morían. Sin embargo, los cristianos no apostataron ni renegaron de
su fe para sobrevivir.
Este sacerdote siro católico
afirmaba orgulloso que los cristianos perseguidos de su país
“tenemos una fe muy grande porque Dios está con nosotros”.
El “arma” de los cristianos de
Irak
Los yihadistas tienen armas y bombas. “Nosotros
tenemos a Dios como arma y el Rosario como arma”, afirma
mostrando el crucifijo y el rosario. Estas dos cosas fueron lo único que se
pudo llevar cuando tuvo que dejar apresuradamente Qaraqosh. No pudo coger ni
ropa ni bienes. Sólo lo puesto y sus dos “armas”.
Pese a los sufrimientos que ha
experimentado él y el resto de cristianos de la llanura de Nínive, el
padre Naim insistía en que “hemos podido perdonar a las personas del Estado
Islámico”. “Estando en el campamento con mi madre hemos sentido sufrimiento,
dolor, cansancio pero siempre con la seguridad de que Dios
está con nosotros”.
¿Cómo ha podido perdonar? Esta
es una pregunta que le realizan mucho. Su respuesta es clara: “Cuando
Jesús estaba en la cruz, Él perdonó a los que le mataban. Este es el testimonio
que el mundo espera”.
El anhelo de volver a sus hogares
Tanto él como miles de cristianos que viven
en estos campos de refugiados solo quieren volver a sus casas. Sabe que muchos cristianos se han ido
para no volver pero hay otros muchos miles que quieren recuperar sus vidas
después de que les arrancasen de allí hace tres años.
“¿Por
qué debemos dejar nuestro país, nuestra tierra, nuestra historia, mis abuelos,
mi iglesia, mi fe? Este
país también lo hemos hecho nosotros”, asegura de forma enérgica.
Precisamente, para ayudar en
este anhelo de los cristianos perseguidos, se ha puesto en marcha esta campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada, ayudándoles
a reconstruir sus hogares e iglesias, destruidas por Estado Islámico, y
así poder cumplir este sueño.
“Dios no nos abandonará”
El sacerdote iraquí trasladó el sentir de
sus parroquianos: “Tenemos la esperanza de volver a casa,
Dios no nos abandonará, y tenemos también la esperanza de que hay
hermanos que nos ayudarán a ello”.
De este modo, explica que su
experiencia de fe le ha mostrado que “Dios estaba con nosotros en cada momento
y nunca está lejos de las personas que sufren”. Confía en la providencia y en
la ayuda de los cristianos de Occidente, “mis hermanos”.
“Queremos
volver, queremos vivir como cristianos en Irak”, agrega. Y además hace una petición
muy concreta. Los cristianos iraquíes quieren “celebrar la Navidad en casa,
poner el Belén y él árbol”.
Una campaña sin precedentes en Ayuda a la Iglesia Necesitada
Que vuelvan a sus casas es el objetivo de
la que es la campaña de mayor envergadura a la que se ha enfrentado Ayuda a la Iglesia Necesitada en su
historia, aseguró Javier Menéndez Ros, director de esta fundación pontificia en
España.
Técnicos y arquitectos de la
fundación han ido por las localidades cristianas de la llanura de Nínive casa a
casa para que 12.000 familias puedan regresar a ellas. En total, 13.088 hogares han sido
dañados por los terroristas. De ellos, 8291 han sido parcialmente destrozados,
3.357 quemadas y 1.234 totalmente destruidas.
Además, 363 construcciones de la
Iglesia, ya sean parroquias o capillas, han sido afectados por los ataques
terroristas: 197 parcialmente destrozadas, 132 quemadas y 34 totalmente
destrozadas. Con la campaña “Ayúdales
a volver” se pretende afianzar la presencia
cristiana en esta zona de Irak, de la que 120.000 cristianos fueron expulsadas. “¡Queremos
volver!”. Así ha concluido el padre Naim su intervención,
sabiendo que la Providencia actuará en su ayuda.
Por
Javier Lozano
Fuente: Religión en Libertad