Tú estás ahí
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Esta
semana la dedicamos a poner los Belenes y a decorar el Monasterio. En el
claustro, al pasar cada día, vamos viendo todo el proceso: primero aparecieron
las mesas que hacen de base, montañas y ríos; otro día, el suelo; otro, las
casas, árboles, pozo... y ayer me sorprendió, porque ya había figuras por un
sitio, por otro....
Me
quedé mirando y me di cuenta de cómo cada figura habla de cada uno de nosotros,
de cómo tenemos el corazón de cara a la Navidad. Veía a los Reyes, que tanto
tiempo han estado preparando y esperando este momento; a los posaderos, que
tenían miedo a que el Niño les complicase la vida; el ángel, que a todo el
mundo quería anunciar tan gran acontecimiento; los animales, que se preparan
para dar calor y cobijo al Niño; o los pastores...
¡Los
pastores! A ellos me quedé mirando. Porque me he encontrado con que el Adviento
se me ha pasado volando. Quería ser Rey Mago, que se pone en camino... y me he
encontrado siendo pastora. Los calendarios, las felicitaciones de Navidad...
han hecho que hasta el último momento hayamos estado preparando paquetes y
sobres sin parar para llegar a toda la gente. Y daba gracias al Señor por este
año regalarme vivirlo así. Cuidar, orar y ayudar a que las otras “figuras” del
Belén se puedan ir posicionando para esperar al Niño.
-Mira
Jesús, tú has querido que estos días sean así. Te presento a todas las personas
que tenemos cerca del Monasterio, a tantos que han entrado en contacto con
nosotras; a los que hemos llegado y a los que no. Prepara tú mi corazón para
que el día 24, ante el anuncio del ángel, vaya corriendo junto a tus ovejas y
descanse a tus pies en el portal -me salía decirle.
Tú
tienes un lugar en el Belén, ¿cuál es? ¿Cómo está tu corazón?
Hoy
el reto del Amor es que te posiciones en el Belén. Detente delante de un belén,
mira las figuras ¿quién eres? Y, desde esa figura, habla con sencillez al Niño,
dile una oración espontánea que prepare tu corazón. Y, si aún no has puesto el
Belén, ¡adelante! No es cosa de niños; tú eres protagonista.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma