Sólo a través del diálogo sincero y el respeto por la diversidad legítima, puede un pueblo reconciliar las divisiones, superar perspectivas unilaterales y reconocer la validez de los puntos de vista divergentes
El diálogo sincero es
el único camino para reconciliar las visiones: con esta afirmación el Papa
Francisco se dirigió a las Autoridades, al Cuerpo Diplomático y a la Sociedad
civil de Bangladés reunidos en el Palacio Presidencial de Dacca, en el primer
día de su viaje apostólico a este país.
El Pontífice recordó que
había llegado siguiendo los pasos de sus predecesores, Pablo VI y Juan Pablo II
- solidarios con este pueblo en la superación de sus diversidades - “para orar
con mis hermanos y hermanas católicos y ofrecerles un mensaje de afecto y
aliento”.
Tomando la imagen de
Bangladés como nación unida “por una vasta red de ríos y canales, grandes y
pequeños” Francisco afirmó que esta peculiaridad simboliza “su identidad
particular como pueblo”. “Una nación - dijo el Papa - que se esfuerza por
“conseguir una unidad”, en el respeto de las diferentes tradiciones y
comunidades. Y en este sentido, el Santo Padre destacó el pensamiento de los
fundadores de Bangladés, especialmente del primer Presidente Shoah Mujibur
Rahman, que buscaron “una sociedad moderna, plural e inclusiva en la que
cada persona pudiera vivir en libertad, paz y seguridad”.
“Sólo a través del diálogo
sincero y el respeto por la diversidad legítima, puede un pueblo reconciliar
las divisiones, superar perspectivas unilaterales y reconocer la validez de los
puntos de vista divergentes. Porque el verdadero diálogo mira hacia el
futuro – aseguró el Papa – construye la unidad en el servicio del bien común y
se preocupa por las necesidades de todos los ciudadanos, especialmente de los
pobres, los desfavorecidos y los que no tienen voz”.
Llamado a la comunidad
internacional por la crisis de los refugiados
En su discurso, el Papa
reconoció asimismo el espíritu generoso y solidario de la sociedad de
Bangladés, por la ayuda brindada a los “refugiados llegados en masa del Estado
de Rakhine, dándoles refugio temporal y lo necesario para la vida”. “Ninguno
de nosotros puede ignorar la gravedad de la situación”, exhortó el Papa,
llamando a la comunidad internacional a que “tome medidas decisivas para
hacer frente a esta grave crisis”, a través de la resolución no sólo de
los problemas políticos “que han provocado el desplazamiento masivo de
personas, sino también, ofreciendo asistencia material inmediata a
Bangladés en su esfuerzo por responder eficazmente a las urgentes necesidades
humanas”.
El poder reconciliador de
la religión
Aun cuando su visita está
dirigida principalmente a la comunidad católica del país, Francisco quiso
recordar el encuentro con los líderes ecuménicos e interreligiosos, del primero
de diciembre en el arzobispado de Dacca. Un momento que el Papa definió
“privilegiado”, ocasión para orar juntos por la paz y para reafirmar el
compromiso de trabajar por ella.
“En un mundo en el que la
religión a menudo se usa - escandalosamente - para fomentar la
división, el testimonio de su poder reconciliador y unificador es muy
necesario” destacó Francisco recordando que esto se manifestó. “de manera
particularmente elocuente en la reacción unánime de indignación que siguió al
brutal ataque terrorista del año pasado aquí en Dacca”.
La promoción de la cultura
del encuentro
En las palabras del Santo
Padre el reconocimiento también del “papel constructivo en el desarrollo de la
nación” que desempeñan los católicos de Bangladés, aun siendo relativamente
pocos. “La Iglesia aprecia la libertad que goza toda la nación de practicar su
propia fe y realizar sus obras de caridad” les dijo el Papa, destacando, entre
ellas, la de “proporcionar a los jóvenes, que representan el futuro de la
sociedad, una educación de calidad y una formación en sólidos valores éticos y
humanos” y la de “promover una cultura del encuentro que permita a los
estudiantes asumir sus responsabilidades en la vida de la sociedad”.
Finalizando su discurso,
antes de bendecir a los presentes, el Papa les aseguró sus oraciones
“para que, en sus altas responsabilidades, estén siempre inspirados por los
nobles ideales de justicia y de servicio a sus conciudadanos”.
De María Cecilia Mutual
Radio Vaticano