Vuelve
al Santuario la Candelaria (Chile) tras su restauración y se transforma en
signo de encuentro
¡Cómo
no conmoverse con la imagen! Ver a un Cristo mutilado, destruido y tirado en un
tarro de basura no debería dejar a nadie indiferente, pues es algo que va más
allá de cualquier credo.
Precisamente,
este acontecimiento vandálico, que también implicó la rotura de vidrios entre
otros destrozos- fue la que llenó de dolor en el mes de agosto a la
comunidad del Santuario Nuestra Señora de la Candelaria ubicado en la localidad
de Copiapó, región de Atacama, lugar de fuerte tradición minera en Chile.
Luego
de este violento episodio -en el centro de peregrinación más importante de la
región de Atacama- la policía detuvo a tres personas acusadas de estar
involucradas en la destrucción gracias a quedaron al descubierto tras subir
imágenes de la agresión en las redes sociales.
“Es
importante que cada uno de nosotros podamos vivir nuestra fe en sana
convivencia”, dijo en ese momento a El Mercurio Francisco Medina,
rector del Santuario.
No
es la primera vez que ocurren casos similares en esta Iglesia. Hace dos años
–también en agosto- resultó quemada la imagen de la Virgen de la Candelaria
junto a la de San José.
¿Qué tiene de particular
este mes?
Es
durante ese mes cuando se realiza lo que se considera la “Fiesta Chica”,
momento en que miles de peregrinos llegan al lugar con motivo de la Asunción de
la Virgen y representa un tiempo de diversas celebraciones tanto culturales
como religiosas. Unos meses antes, durante el mes de febrero, es cuando se vive
en este santuario la “Fiesta Grande” precisamente porque por esos días se
venera a la Virgen de la Candelaria.
Pero
este santuario representa un lugar emblemático con una larga historia que se
remonta al año 1780 cuando un hombre llamado Mariano Caro Inca se topó con una
piedra que tenía la imagen de la Virgen con el niño grabada y que medía unos 14
centímetros de alto. “Caro Inca, lleno de respetuoso fervor, tomó la imagen en
sus manos, llamó a sus compañeros para participarles del hallazgo y luego de
colocarla cuidadosamente en la alforja de su mulo, siguieron el camino”,
reproduce un sitio dedicado a los santuarios.
El
2 de febrero de ese año Caro Inca decidió arreglar un altar para venerar a la
Virgen con el nombre de la Candelaria y desde ahí se levantó un pequeño
oratorio que año a año servía como lugar de oraciones. Recién en 1800 el sacerdote
de Copiapó Domingo Camona levantó una capilla dedicada a la Virgen hasta que
posteriormente se transformó en santuario.
Actualmente
el santuario representa un lugar de ferviente devoción y es ahí donde las
personas –entre ellos muchos mineros de la zona- acuden tanto para agradecer
como para pedir favores.
Signo de encuentro
Lejos
de amedrentar a la comunidad, el episodio acontecido con el Cristo que fue
mutilado se termina transformando en un signo de “comunión y encuentro”.
Así
lo dio a entender el propio Medina, reproduce la Conferencia
Episcopal de Chile, quien convocó a una gran celebración este sábado que
tuvo como fin compartir la alegría de la restauración de la imagen.
En
enero de 2018 en papa Francisco estará en Chile, pero no pasará por la región
de Atacama. El lema de su visita es “Mi paz les doy”. Ojalá esta
dura imagen del Cristo destruido quede en el pasado y se fortalezca la sana
convivencia en una sociedad que -al igual que muchas otras –mantiene ciertas
brechas que también merecen unión y reconciliación.
Pablo Cesio
Fuente:
Aleteia
