Una carrera diferente
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Me
hubiese gustado que la introducción del reto de hoy no llevase mi nombre.
Resulta que, el otro día, sor Puri (la mayor de la Comunidad), me dijo toda
entusiasmada: “¡Esto es de reto!”, pero, por más que le he insistido en que lo
escriba, no ha habido manera. Así pues, aquí voy yo...
Estábamos
las dos juntas poniendo la mesa. Sor Puri empezó a compartirme un montón de
cosas que había leído y que le habían gustado.
-¿A
que es bonito? -me preguntaba- ¡A mí me ha ayudado mucho! Tienes que decírselo
a la gente, ¡esto es de reto!
En
esto nos encontramos con Israel y Joane. Sin perder ocasión, sor Puri,
rápidamente, se puso a compartirlas lo que tanto le había ayudado.
Se
trataba de una meditación sobre los apóstoles Pedro y Juan, cuando, tras la
muerte de Jesús, van corriendo al sepulcro por aquel aviso: “¡Se han llevado al
Señor!”
Los
dos corren a la tumba, pero su carrera es diferente.
Pedro
va casi como policía: ¡quiere resolver el robo! Él, que tantas veces había
querido ser “el salvador del Salvador”: ante el anuncio de la Pasión, respondió
al Señor ‘no lo permitiré’; cuando Cristo dice que van a dejarle solo,
rápidamente contesta ‘yo te seguiré hasta la muerte’... Un corazón grande el de
Pedro, quería amar con locura al Señor, pero aún le faltaba descubrir lo mas
importante: dejarse amar por Él.
Juan,
en cambio, corre con el corazón encendido en la esperanza de la promesa. Él se
llama a sí mismo “el discípulo amado”, ¡se sabe amado por Jesús, y eso es lo
importante para él! Y éste es el que llegó primero...
No
puedo compartirte mucho más, pues, llegados a este punto, sor Puri se
emocionó...
Me
impresionó un montón el afán de sor Puri por compartir a todos lo que a ella le
había llevado al Señor. A sus ochenta y tantos años, ¡sigue buscando a Cristo
con el corazón encendido! Y su mayor afán era hacernos ver que “se llega antes
dejándose amar por el Señor” ... Claro, un corazón que ha sido tocado, un
corazón enamorado, ¡tiene alas!
Hoy
el reto del amor es que te dejes querer por Cristo. Te invito a que, en tu rato
de oración, hoy repitas 10 veces “Soy infinitamente amado por Cristo”. ¡Pídele
creértelo de corazón! No hay nada que puedas hacer para que Cristo te ame más
(¡pues ya te ama hasta el infinito!), ni para que te ame menos (¡pues te ama
con locura!) ... Sorpréndete, disfruta, ¡y deja que tu corazón vuele para
compartir este amor con los demás! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
