Sorprendente
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
verdad es que me encantan las plantas raras, los cactus y los bonsáis. El otro
día, una persona vino a vernos, y me regaló una bolsa de color rojo envasada al
vacío. Al tocarla, parecía una bola dura.
Me
dijo:
-Ábrelo.
Lo
abrí y me encontré una bola prensada de hojas secas. Lo cierto es que pensé:
“¿Qué será esto?”
Ella
sólo hacía que reírse al ver mi cara; me dijo que trajera un recipiente con
agua. Fui a por él. Entonces me dijo que dejara caer la bola dentro. Yo, la
verdad, es que por esa bola no daba nada...
De
repente empezó a abrirse y salió de dentro una flor preciosa. Me impresionó
muchísimo, porque, a aquella bola, que era algo duro y desagradable, el agua le
hizo ablandarse y sacar de dentro lo mejor que tenía.
Durante
la tarde, no salía de mi asombro al pensar cómo dentro de nosotros tantas veces
hay verdaderas maravillas y, en cambio, hacia fuera sale una máscara de dureza.
Qué difícil es ser tú mismo, cuántas veces nos protegemos.
A
menudo tiendo a quedarme en la apariencia de esa persona dura, y no soy
valiente para dar el primer paso y ofrecerle agua para que pueda sacar lo
mejor.
Yo,
en mi vida, cuando más feliz he sido, ha sido cuando he sido yo misma, cuando
apuesto por el amor que hay dentro de cada persona que me mira a los ojos. Pero
el miedo a lo desconocido muchas veces nos paraliza, nos quedamos en el miedo a
sentirnos juzgados, a sentirnos rechazados o abandonados.
Pero,
mirando mi planta (que no salgo de mi asombro), te digo que Cristo te ama, que
ha puesto un tesoro en tu interior, y es tu capacidad de amar. No renuncies a
amar, que el amor es lo que te va a hacer feliz. Jesús te ha creado con una
planta dentro; déjala salir, no tengas miedo al agua, ese agua viva que es
Jesús va a sacar de ti lo mejor.
Hoy
el reto del amor es que, con una persona, seas tú mismo, que no te protejas,
que no te defiendas, que le hables desde tu interior, que dejes que vea la
extraordinaria planta que llevas dentro, que esa persona pueda disfrutar de la
maravilla de tu interior. Vive ese rato desde lo que realmente eres, no desde
lo que los demás te piden que seas.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma