Acusaciones
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Mientras
trabajaba, me puse a escuchar una charla.
-
Hablaremos sobre la Eucaristía -decía el sacerdote- Estamos ante el mayor
misterio de amor, un misterio que...-
El
audio se cortó de golpe. Sonreí para mis adentros. "Pobre", pensé,
"se le debió de olvidar cargar la batería y la grabadora ha dejado de
funcionar".
Aguardé
a que comenzase la siguiente pista. Pero el elocuente silencio dejó patente
que, ¡quien se había quedado sin batería era yo!
¡Qué
fácil resulta señalar a los demás! En la oración, el Señor me hizo ver que...
¡llevamos así desde el principio!
Tras
el pecado original, Dios le pregunta al hombre:
- ¿Qué has hecho?
-
¿¿Yo?? -responde Adán- ¡Ha sido la mujer!
-
¿¿Yo?? -dice Eva- ¡Ha sido la serpiente!
Menos
mal que al reptil no le permitieron opinar, que, si no... ¡de fijo que la culpa
era del árbol!
Echamos
"balones fuera", pero, al hacer esto, no nos damos cuenta de que
perdemos la posibilidad de que el Señor nos toque con su gracia. Sólo quien se
reconoce herido puede ser curado.
Cristo
nos conoce muy bien. Tal vez por eso, después de la negación, no le pregunta a
Pedro qué es lo que ha hecho (quién sabe si este hombretón habría señalado a la
criada, que se dedicó a meter las narices donde nadie la llamaba...). Cristo no
le preguntó por el pasado, sino por el presente: «Pedro, ¿me amas?».
Jesús
quiso dejarnos claro que lo que nos define no son nuestros errores o pecados:
nos define el amor. Lo determinante en nuestra vida es que somos amados por
Cristo, y el apostar por amarle nosotros a Él. Así, las cosas se ven de otra
manera, ¿verdad? Pero, ¿acaso no es eso lo que hace un buen médico, dar
confianza?
Hoy
el reto del amor es dar la mano a Cristo para mirar de frente los errores. Hoy
regálale unos minutos al Señor antes de empezar tu jornada, ¡asómbrate, eres
infinitamente amado! Y, con su amor en tu corazón, hoy no trates de hacer
"como que no ha pasado nada" ni señales a otro cuando las cosas no
salgan bien. No, mira el problema de frente y pide a Cristo que te muestre el
camino: ¡Él saca bien de todas las cosas! Sólo el que se reconoce sin batería
irá a buscar el Cargador... ¡así continuará la música! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma
