El mundo nos mira, nos
exhorta a colaborar entre nosotros y con todos los hombres y mujeres de buena
voluntad
El Papa
Francisco recibió a «los queridos amigos del Consejo Coreano de Líderes
Religiosos», que llegaron a Roma en peregrinación interreligiosa.
Con su cordial
bienvenida, el Papa reiteró la exhortación que pronunció en Seúl:
«La vida es un camino,
un camino largo, que no se puede recorrer solos. Hay que caminar con los
hermanos a la presencia de Dios (Encuentro con los Líderes Religiosos, 18 de
agosto de 2014).
¡Y es lo que se está
cumpliendo hoy aquí, otro trecho de camino juntos!»
Afianzada en «el Concilio
Vaticano II, la Iglesia católica no se cansa de encaminarse por los
senderos, a veces no fáciles, del diálogo y de promover en particular
el diálogo con los seguidores de otras religiones», recordó el Santo Padre,
haciendo hincapié en que el diálogo interreligioso debe ser abierto y en el
respeto del derecho a la vida, a la integridad física y a las libertades
fundamentales, como la de conciencia, religión, pensamiento y expresión, que
sientan las bases para construir la paz, por la cual cada uno de nosotros está
llamado a orar y a trabajar:
«El mundo nos mira,
nos exhorta a colaborar entre nosotros y con todos los hombres y mujeres de
buena voluntad. Nos pide respuestas y compromisos compartidos sobre varios
temas, la sagrada dignidad de la persona, el hambre y la pobreza que aún
afligen a demasiadas poblaciones, el rechazo de la violencia, en particular
aquella perpetrada profanando el nombre de Dios y deshonrando la religiosidad
humana, la corrupción que alimenta injusticias, la degradación moral, la crisis
de la familia, de la economía, ecológica y, no última, de la esperanza».
En su exhortación, el
Papa reiteró la importancia de la humildad y de la constancia para sembrar
la esperanza de un futuro en el cual ayudar al hombre a ser más humano, en el
cual se escuche el grito de los muchos que repudian la guerra e
imploran mayor armonía entre las personas, las comunidades, los pueblos y los
Estados:
«En este sentido, a
los líderes religiosos se les pide abrir, favorecer y acompañar procesos de
bien y de reconciliación para todos: estamos llamados a ser pregoneros
de paz, anunciando y encarnando un estilo no violento, un estilo de paz,
con palabras que se diferencian de la narrativa del miedo y con gestos que se
oponen a la retórica del odio».
«Queridos amigos, que
este encuentro nos confirme en nuestro camino», deseó el Papa,
concluyendo su discurso con el entrañable recuerdo de su peregrinación a la
bella tierra de Corea y asegurando que no cesa de rezar por el amado
pueblo coreano y de pedirle a Dios el don de la paz y de la reconciliación
fraterna.
CdM
Radio Vaticano