¿PUEDE CONVERTIRSE FACEBOOK EN LA RELIGIÓN DEL S. XXI? SEIS EXPERTOS RESPONDEN

 “Es una ilusión porque carece de la rama espiritual”
Mark Zuckerbeg espera cubrir el papel que antes ofrecía la Iglesia y convertirse en una especie de nueva religión. ¿Estrategia empresarial? o ¿pretensión mesiánica? Mucha gente ha sustituido el templo por el ordenador. De Prada, Dragó, De Miguel, Tascón, Víctor Domingo y José Ramón Ayllón lo analizan.

Se calcula que en el año 2010 había en Europa 139 millones de personas agnósticas o ateas. La mayoría de ellas tienen un perfil en alguna o varias redes sociales. 

La más numerosa de todas es Facebook, con más de 1.860 millones de usuarios y un promedio de 50 minutos al día solo en esta red social.

El papel de la empresa de Mark Zuckerberg cada vez tiene más relevancia en el día a día de muchas personas, y tras su último lanzamiento, el propio presidente de Facebook espera cubrir el papel que antes ofrecía la Iglesia. ¿Cómo?.

Zuckerberg inauguró recientemene la última innovación de su página: los círculos. Con ellos, los diferentes grupos creados en la red social podrán relacionarse por temática, espacio, interés… es decir, si una persona crea un grupo de aficionados al jazz, puede conectar con otros por cercanía o afinidad e ir tejiendo una telearaña en torno a ese grupoque le conecte con personas de todo el mundo.

Lo que busca el líder de Facebook es crear comunidades con intereses comunes (desde salvar ballenas hasta promocionar una película) que hagan de este un mundo mejor y nos ayude a relacionarnos a pesar de las diferencias.

Y no hay que olvidar que para alcanzar ese objetivo tan altruista -más allá de vender los datos de los usuarios a las compañías para que mejoren su publicidad- la red social está creando una policía virtual que vete los discursos de odio –hace unos días contrató a 3.000 personas más para esta tarea-.

Pero olvidemos el sesgo ideológico e incluso empresarial de la red social y vayamos al tema teológico. El propio Zuckerberg, a partir del minuto 11:50 de este vídeo, reconoce que su misión es similar -en algunos aspectos- a la que ha tenido siempre la Iglesia: otorgar un espacio de unión entre los fieles, crear una comunidad con un mismo interés y proyectar su deseo de un mundo mejor hacia el resto de la sociedad.

¿Es esto realmente posible? ¿Pueden las redes sociales reemplazar la labor de unos templos cada vez más vacios, en razón de su carácter transversal, “ecuménico”, solidario e incluso taumatúrgico -al solucionar determinados problemas-?

Esto es lo que piensan seis expertos del ámbito de la sociología, la comunicación, las propias redes y el pensamiento:
Amando de Miguel: “Es una ilusión porque carece de la rama espiritual”

El sociólogo Amando de Miguel destaca una frase de Chesterton cuando se le pregunta por esta posibilidad: “Cuando se deja de creer en Dios, se cree en todo los demás”.

Y es que como destaca De Miguel “hay que creer en algo, y si falla la religión, a veces se cree en otras religiones asociativas, como ocurre con el fútbol. Se buscan sentimientos de solidaridad, empatía,….”.

Por lo que para él, esta es una opción real. “Sí, facebook puede ser una religión”.
¿Es negativo o positivo? “Negativo no lo es, eso es mejor que no creer en nada, lo que pasa es que se trata de una ilusión porque carece de la rama espiritual”.

Le falta, por tanto, la dimensión sobrenatural, pero posee en cambio otras características profundamente humanas, sobre todo una, apagar la sed de comunicación. Destaca el sociólogo, que concluye con palabras parecidas a las de Zuckenberg: “La gente quiere comunicarse y tener un sentimiento de comunidad”.
Sánchez  Dragó: “En caso de ser religión, las redes serían una religión satánica”

“Llamar religión a Facebook es anecdótico, no categórico, porque no se ajusta a lo que es una religión” afirma el escritor.

Y puntualiza: “lo categórico en una religión es la creencia en Dios, o en unos dioses, con poder sobrenatural, y esa creencia nos sirve para organizar nuestra vida en la Tierra. Nada de eso es Facebook”.

“Si vamos a la etimología, la palabra religión viene del latín re-ligar, esto es, volver a unir lo que estaba separado. El gran separador es el diablo, etimológicamente eso significa dia-bolo. Y yo lo que veo en las redes sociales es que separan más que unen: siembran la discordia. O sea que, en caso de ser religión, las redes serían una religión satánica”, concluye.

“Y si nos fijamos en otro significado etimológico relegere, esto es volver a leer atentamente, tampoco cabe aplicarlos a Facebook, porque la pura inmediatez… ¿Qué queda? Quizá ligare…quizá para eso sirva Facebook, pero es un ligar en falso, porque no sabes con quien están conectando”.

El autor de obras emblemáticas como Gárgoris y Habidis, tiene en su haber una treintena larga de libros y una larga trayectoria como periodista, pensador y promotor cultural, pero es ajeno al mundo de Facebook, al que enjuicia en duros términos.

Por eso “sin querer generalizar, y hechas todas las excepciones, diría que antropológicamente con las redes sociales cae la máscara y queda al descubierto, tantas veces, lo peor del ser humano. No hay más que ver los ataques despiadados que caben en 140 caracteres.”
Víctor Domingo: “Puede ser un dios… y un Gran Hermano”

Para Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, Facebook puede ser “una religión buena” por su capacidad de conectar, de generar lazos, de facilitar, por ejemplo la solidaridad –“ahí están grupos de pacientes de una misma enfermedad que se ayudan entre ellos”.

O de quienes comparten un hobby “gracias a Facebook, nos hemos conocido 3.000 aficionados al swing de Madrid. Eso era impensable antes de que existieran redes sociales”.

Pero tiene su lado problemático. “Si hablamos en términos de religión, hay un “dios” pero ojo que que juega a ser Gran Hermano: tu aportas contenidos y él ¿qué te da a cambio: visibilidad? sí, pero también se queda con tus derechos de imagen, no de derecho, pero sí de hecho”.

Víctor Domingo sostiene que Facebook succiona la propiedad de los usuarios que pasan a ser patrimonio suyo, “y todo esto sin que medie nada por escrito”. Y añade, “de momento es gratis ¿pero qué pasaría si pusiera un peaje al muro, una vez que tenga una audiencia aún mayor de la que tiene?”.
Juan Manuel de Prada: “Las redes sociales solo crean simulacros”

El novelista y columnista siempre ha sido muy crítico con las redes sociales, a las que no ve casi nada positivo.

Sostiene que lejos de crear comunidades, lo que hace es creer “simulacros de comunidades”: (Las redes sociales) “fueron creadas para que las personas sacrificadas al individuo pudieran disfrutar de un simulacro grotesco de vida comunitaria”.

De Prada contrapone el amor y la comunicación al odio y la incomunicación y cree que las redes fomentan el individualismo, en contra del tópico que nos quieren hacer creer: en las redes “un hormiguero de individuos pueden hacer quedadas y montar aquelarres, para destruir vidas de personas a las que nunca podrán amar, porque no las conocen”.
Mario Tascón: “Las redes parecen haber sustituido a los templos cristianos”

“Eso de la Iglesia lo debe decir Zuckeberg como metáfora. Porque efectivamente, las redes generan comunidades, muy grandes, que conectan gentes muy diversas y dispersas, con un interés común”, opina Mario Tascón, pionero del periodismo digital en El Mundo y El País, y socio director de Prodigioso Volcán, una consultoría de estrategia y diseño de nuevos medios.

En este sentido, explica Tascón, Facebook tiene “universalidad, y transversalidad –por encima de razas, ideas políticas, ideologías- igual que un credo religioso”.

Precisamente la capacidad de comunicarse, de crear lazos y generar comunidades, convenciendo a nuevos adeptos es lo que distingue al homo sapiens de los animales.

Lo apunta Yubal Harari, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén en su libro ‘De animales a dioses’ –subraya Tascón-“Nunca convenceremos a un mono para que nos dé un plátano con la promesa de que después de morir tendrá un número ilimitado de bananas a su disposición en el cielo de los monos» señala el autor.

Sin embargo el ser humano es  capaz de imaginarse cosas que nunca ha visto, y de convencer a otros, incluso a miles de otros, a millones de otros, de que eso que ha imaginado es verdad. Y generar intereses comunes.

En ese sentido, afirma Tascón, las redes tienen algo de  “religión” o de “iglesia”.
Y parecen haber sustituido a los templos cristianos, en su capacidad de convocatoria y generación de lazos e intereses comunes, por encima de raza, nacionalidad, condición social etc”.
José Ramón Ayllón: “Absolutizar lo relativo siempre es frustrante” 

Para el filósofo y profesor de Antropología Humana, José Ramón Ayllón, es una obviedad que Facebook no puede ser una religión al uso. Pero admite que se la puede considerar así en un sentido metafórico, “como son dioses el deporte, el turismo, el sexo, la gastronomía o el dinero…”

Autor, entre otros, de Desfile de modelos (Premio Anagrama de Ensayo), sobre arquetipos éticos de la posmodernidad, Ayllón cree que las redes sociales tienen una capacidad enorme de generar lazos y de influir en las mentes, propio de una era postindustrial.

¿Y qué supone esto? ¿Tan malo sería? La respuesta del filósofo es contundente y le augura malos resultados a largo plazo, porque “absolutizar lo relativo es un engaño que siempre resulta frustrante”. El tiempo dirá si tiene razón.


Pablo González de Castejón

Fuente: Actuall