El pasado 21 de agosto, memoria litúrgica de San Pío X, se
celebró el Día del Catequista, una instancia en la que obispos de distintos
países aprovecharon de agradecer a quienes realizan esta misión en la Iglesia
El
Presidente de la Conferencia Episcopal de Paraguay, Mons. Edmundo Valenzuela,
expresó en un mensaje su
“satisfacción saber que muchos varones y mujeres de distintos lugares del país
donan su tiempo, esfuerzo y sabiduría para acudir voluntariamente en las catequesis”.
“Valoro,
profundamente, el trabajo catequético que realizan vivamente con los niños,
jóvenes, adultos y familias enteras que recurren a nuestra Iglesia
buscando paz, amor y sobre todo comprensión”, expresó el Prelado.
El
Arzobispo de Asunción destacó que los niños “son acogidos, sin distinción
alguna porque eso es lo que nos dejó como legado el Santo Patrono de los
catequistas, San Pío X: Atraer a los niños y jóvenes enseñando y
transmitiendo con creatividad la esencia del Cristo resucitado”.
Mons.
Valenzuela invitó, principalmente a los jóvenes “a reflexionar sobre nuestra
actitud cotidiana; a imitar a Jesús que vino a servir con humildad a su pueblo,
y sobre todo, con esa energía que los caracteriza”.
En
Argentina, el Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. José María
Arancedo, reconoció y agradeció a los catequistas su presencia “en la vida de la Iglesia y al servicio de
esta misión que es única y personal”.
“¡Qué
sería la vida de la Iglesia sin tantos y generosos catequistas!”, exclamó
el Arzobispo en su mensaje.
Sostuvo
que “el catequista está llamado a ser ‘maestro y testigo’ de lo que transmite y
cómo lo acompaña. Ello me lleva a pensar que el catequista participa de una
vocación eclesial, que es para él camino de formación, de espiritualidad y
santidad”.
Mons.
Arancedo animó a los catequistas a ser ante todo hombres y mujeres de
la Iglesia, ya que “sin esta referencia no es testigo auténtico de lo que
transmite, porque no orienta y acompaña a una vida plena de fe”.
“Puede
trasmitir contenidos pero no iniciar en la vida de la Iglesia”, advirtió.
Finalmente
en Uruguay, donde la celebración se llevó a cabo el 20 de agosto, el Presidente
del Departamento de Catequesis del Episcopado, Mons. Carlos Collazzi, los
invitó a ser “oyentes sencillos y humildes, que se sumergen
cotidianamente en la Palabra para dejarse proteger y alimentar por
ella como en un regazo materno”.
Explicó
en su mensaje que
“la catequesis busca integrar todas las dimensiones de la persona, atender sus
búsquedas y necesidades, avanzando a través de sucesivas etapas un camino donde
la escucha de la Palabra haga arder el corazón”.
Mons.
Collazzi expresó el deseo de “como catequistas, seguir realizando verdaderos
procesos de iniciación a la vida cristiana entendida como formadora de
discípulos que transitan itinerarios pedagógicos que permitan aprender a vivir
de acuerdo a la fe cristiana”.
Por Bárbara
Bustamante
Fuente: ACI Prensa