Las rosas que adoran a Dios
Hola,
buenos días, hoy Matilde nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos
días en que celebramos tantas fiestas, nuestra iglesia tiene muchas flores.
Todas para rendir homenaje al Señor Jesús, que está en el Sagrario.
Uno
de estos días, alguien apareció con un ramo de seis rosas granates, bellísimas.
Una hermana las metió en un jarrón y las dejó delante del altar. Allí
permanecieron, luciendo sus corolas aterciopeladas. Yo las miraba detenidamente
y, en su contemplación, me alegraba de que fueran tan bonitas y espléndidas;
hacían bien su cometido de adorar a Dios entregándole lo que primero Él les
había regalado: la vida.
Es
lo que decía el santo poeta:
"Mil
gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura.
Y yéndolos mirando,
con sola su figura,
vestidos los dejó de hermosura."
pasó por estos sotos con presura.
Y yéndolos mirando,
con sola su figura,
vestidos los dejó de hermosura."
Pero,
al cabo de tres días, observé que sus tallos, tan esbeltos, iban doblándose
hacia delante y, poco a poco, se dejaban caer, y eso que antes que habían
estado tan firmes: las rosas se estaban inclinando, como si hasta físicamente
adoraran al Señor y le entregaran todo su ser…
Pensé
en tantas cosas que hoy son y mañana (por el peso de la caducidad y lo efímero
de la vida) se van “doblando” y entregando su ser al que las hizo…
Esto,
en vez de producirme pena, me alegró sobremanera, porque sabemos que Dios
permanece para siempre, es que: “Él es el que es”.
Si,
en su bondad y magnanimidad, pudo hacer rosas tan bellas, ¿cómo será Jesús?
¿Qué hermosura y encanto no tendrá desde siempre y para siempre?...
El
salmista, pensando en estas cosas e inspirado por el Espíritu Santo, le cantó:
“Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la gracia”.
San
Pablo también observó la creación, y pudo decir: "Porque la creación,
expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios" (Rm 8,
19)
Ésta
es nuestra esperanza: que gozaremos de la belleza y sabiduría de Dios a manos
llenas, y también todas las criaturas serán objeto de nuestra felicidad y
acción de gracias a Dios.
Hoy
el reto del amor es que contemples la hermosura de la creación y le des gracias
al Señor porque es tuya, Él te la regala. Disfrutemos de este don, pues hoy es
nuestro, y después, será eternamente nuestro, en un gozo y una alegría que no podemos
ni imaginar.
VIVE
DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma