Astrólogos,
fundamentalistas cristianos y contactados extraterrestres coinciden en una
interpretación catastrófica
El
próximo 21 de agosto tendrá lugar un eclipse solar que será total visto desde
América y parcial desde Europa. Como es sabido, este fenómeno astronómico
consiste en que la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, ocultando la
estrella de nuestro sistema planetario total o parcialmente –según la
trayectoria de la sombra que proyecta la Luna sobre la superficie del planeta–,
a diferencia de los eclipses lunares, que pueden verse desde cualquier punto de
la Tierra donde sea de noche.
Se
trata de un acontecimiento muy significativo en América, donde no se
contemplaba un eclipse total del Sol de costa a costa desde 1918. Según
explican los científicos, la “franja de sombra” de algo más de 110 kilómetros
de ancho empezará en el norte del océano Pacífico, atravesará los Estados
Unidos y terminará en el océano Atlántico.
“Nunca
antes un evento celeste ha sido visto por tanta gente y observado desde tal
cantidad de lugares, desde el espacio, desde el cielo y desde la Tierra”, ha
afirmado Thomas Zurbuchen, director de misiones científicas de la NASA.
Temor, asombro, ansiedad
En
una época en la que se conoce perfectamente el mecanismo por el que suceden
estos fenómenos del universo gracias a los avances de la ciencia, sin embargo
continúan dándose reacciones extrañas ante los eclipses. Como afirma Steve
Ruskin, historiador de la astronomía, “no importa el período de tiempo o el
conocimiento científico (o la falta de éste); las respuestas humanas a un
eclipse son consistente y universalmente expresiones de temor y asombro”.
Según
este experto, los eclipses “a menudo fueron fuente de miedo y ansiedad”, pero
la revolución científica que tuvo lugar en Europa entre los siglos XVI y XVII
hizo que disminuyeran estas actitudes. La verdad es que no han desaparecido, si
observamos algunas reacciones al anuncio del próximo eclipse solar del 21 de
agosto, que vienen sobre todo desde el ámbito de las sectas, el esoterismo y la
nueva religiosidad.
Algunas interpretaciones
supuestamente “cristianas”
Como
ya es habitual en estos últimos tiempos, David Meade, autor del libro Planeta
X. La llegada en 2017, ha aprovechado la ocasión para anunciar el fin del
mundo por obra del (inexistente) planeta Nibiru. Según sus declaraciones a la
prensa sensacionalista que sigue dando espacio a sus delirios, “el gran eclipse
del 21 de agosto es un gran presagio”, y lo conecta con algunas citas bíblicas
que hablan sobre el oscurecimiento del Sol.
Meade
asegura que este fenómeno astronómico será el comienzo del apocalipsis. Cabe
recordar que en su libro había profetizado que una serie de astros impulsado
por una estrella a la que considera “un gemelo binario de nuestro Sol” se
acercan al planeta Tierra e impactarán en octubre de 2017. Algunos de sus
cálculos, sin embargo, adelantan la fecha del cataclismo espacial para el
próximo 23 de septiembre.
La
verdad es que David Meade mezcla datos bíblicos con recursos esotéricos
(astrología y numerología) que nada tienen que ver con la fe cristiana. Sin
embargo, algunos personajes del cristianismo fundamentalista también han hecho
curiosas afirmaciones en torno al eclipse, vinculando este hecho con el
Apocalipsis y las señales del fin de los tiempos y de la Parusía (segunda
venida de Cristo).
Mark
Biltz (de los Ministerios El Shaddai), obsesionado con las profecías, ha dicho
que “desde un punto de vista bíblico, un eclipse solar es un señal de Dios.
Cuando hay un eclipse solar total, es una advertencia para una nación o
naciones específicas dependiendo de su camino… ¿Podría Dios darnos una
advertencia de que tenemos que arrepentirnos o que el juicio llegará a los
Estados Unidos? ¡El momento no podía ser más claro!”.
Paul
Begley también considera que es “una señal profética”, y por eso “el eclipse
puede significar: ‘estamos viviendo los últimos días’”. Scott Clarke aprovecha
la astrología (el eclipse sucedería en la constelación de Leo) para hacerla
concordar con la Biblia y así asegurar que significa “el regreso del Rey”.
No
es tan directa Anne Graham Lotz, que sí deja caer que “aunque nadie puede saber
con certeza si el juicio está llegando a los Estados Unidos, parece que Dios
nos está indicando algo. El tiempo dirá qué es ese algo”. En la misma línea se
expresa Bob O’Dell, que señala que el eclipse solar “es probablemente un
mensaje de Dios a todo el mundo”.
Otras
figuras destacadas de esta corriente fundamentalista y preocupada por el
cumplimento de las profecías se han decantado por esta interpretación
tremendista y que entiende el eclipse del 21 de agosto como una de las señales
que preceden al tiempo del fin. Como dice Michael Snyder en tono cuestionador: “¿2017
resultará ser uno de los años más significativos para las profecías bíblicas
que hemos visto? No lo sé, pero Jesús nos dijo repetidamente que esperáramos
las señales de su regreso, así que estoy observando”.
Esoterismo y
extraterrestres
Con
una apariencia totalmente distinta –pero con evidentes paralelismos–, diversas
figuras del entorno de la Nueva Era y del esoterismo se han referido al eclipse
del 21 de agosto como un momento especial que traerá consigo “grandes cambios
planetarios”. Desde videntes y astrólogos hasta “contactados” (personas que
dicen haberse encontrado o estar en comunicación con extraterrestres) han
aprovechado este fenómeno astronómico para llamar la atención y acrecentar su
fama y su negocio.
Por
ejemplo, algunos medios informan de que el “contactado” mexicano Alberto Zecua
ha divulgado –con gran difusión en WhatsApp y otras redes sociales– que entre
el 17 y el 23 de agosto habrá un temblor de tierra, algo que le habría dicho
“el maestro Jesús”. Un terremoto que debería ser visto como “un cambio natural
que nos beneficiará en el futuro”.
Otra
“contactada” mexicana, Cristina Anzures, ha publicado lo siguiente en Internet:
“Tengo que darles una noticia, una alerta de allá arriba. Se vienen cosas duras
y delicadas para todos los que habitamos este planeta a consecuencia de todo lo
que le hemos hecho al mundo”. La razón de la catástrofe sugerida es que “la
madre tierra tiene que curarse ya, para que esté mejor para los que se quedan”.
Una
ocasión para la astrología
Como
no podía ser de otra manera, también los astrólogos aprovechan el eclipse para
llamar la atención (contribuyendo una vez más, ya de paso, a la confusión
popular entre la astronomía –la ciencia que estudia los cuerpos celestes– y
la astrología –la
superstición que afirma que dichos cuerpos predicen el destino de las personas
y de las cosas–).
Algunos
medios de comunicación se han prestado a este juego, dando espacio a
desinformaciones en torno al eclipse solar. En la versión digital de la
revista Cosmopolitan se dirigen al público femenino (“chicas Cosmo”)
con afirmaciones como ésta: “el planeta Venus (que gobierna el amor y la
asociación) está siendo empujado por un par de planetas y es un hecho que el
próximo eclipse afectará tus relaciones amorosas”.
En
esta revista, después de dar un montón de detalles sobre los problemas en las
parejas que pueden suceder en torno al fenómeno astronómico, sus redactores
concluyen diciendo: “así que ya sabes, chica Cosmo, si algo extraño pasa en tu
relación en estos días… ¡la culpa la podría tener el eclipse solar!”.
En Univisión,
por ejemplo, el autodenominado “Profesor Zellagro” da sus propios consejos y
afirma que “para recibir al eclipse es importante poner orden, armonía y
equilibrio” en diferentes áreas de la vida, sobre todo en los planos amoroso y
económico. Hasta con recomendaciones de pequeños rituales o gestos mágicos:
“escribe en un papel cuáles son tus aspiraciones económicas, coloca el papel en
una cajita junto a un billete de un dólar que te servirá de recordatorio de la
importancia que tiene el ahorro para conseguir abundancia”.
Los astrónomos salen al
paso
Ya
que en México, como hemos visto, se han dado interpretaciones tan estrafalarias
al eclipse, precisamente un divulgador de la astronomía de este país ha hecho
unas declaraciones públicas para tranquilizar a la población. Se trata de Pablo
Lonnie Pacheco Railey, que ha afirmado que “el eclipse solar no es una señal
del fin del mundo ni del principio del apocalipsis, y menos marca el inicio de
una guerra en Estados Unidos con Corea”.
Para
este arquitecto mexicano, “se trata de un fenómeno astronómico habitual que se
apreciará con mayor intensidad en Norteamérica”, y nada más. Además, explica
que “con acciones humanas el mundo definitivamente sí puede acabarse, no con el
eclipse del 21 de agosto”.
Cuando se eclipsa… la
razón
Una
vez más, hay que hacer una llamada a la racionalidad y al sentido común.
Sabemos de sobra lo que son los eclipses. El avance científico de la humanidad
nos permite entender y explicar este acontecimiento astronómico. Y los que
somos creyentes y confesamos a un Dios Creador afirmamos que el universo con
sus leyes es obra suya y, como señalaba el Concilio Vaticano II, “por la propia
naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de consistencia,
verdad y bondad propias y de un propio orden regulado” (Gaudium et spes 36).
Es
lamentable que algunos grupos y personas se aprovechen en parte de la incultura
científica y en parte de los miedos y debilidades del ser humano para ganar
notoriedad, ampliar su audiencia o reforzar sus ingresos. Y, como hemos visto,
esto sucede en muy diversos ámbitos de lo que denominamos “nueva religiosidad”,
ya sea de impronta cristiana o de carácter esotérico. Unos y otros mezclan
ciencia –a su manera– y espiritualidad en provecho propio.
También
conviene apuntar a la irresponsabilidad de algunos medios de comunicación y sus
profesionales, que alegremente dan espacio –quizás debido, entre otras cosas, a
la ausencia de noticias en la parte del mundo que está en verano– a
charlatanes, augures y personajes sin otra oportunidad que la del sensacionalismo.
Individuos que aprovechan un repentino oscurecimiento del Sol para buscar el
oscurecimiento de las mentes y del raciocinio de muchos.
Luis Santamaría
Fuente: Aleteia