Suceden el 2 de febrero,
el 11 de noviembre y antes de Navidad
La
Catedral de Mallorca es protagonista cada año de dos fenómenos lumínicos que
tienen como protagonistas el rosetón mayor y el de la fachada principal. El
primer fenómeno es conocido como el Espectáculo del Ocho y se produce los días
2 de febrero (día de la Candelaria) y 11 de noviembre (día de San Martín),
cuando el reflejo del rosetón mayor se sitúa debajo del rosetón de la fachada
principal, formando un número ocho.
El
otro fenómeno lumínico se produce entre el 20 y el 23 de diciembre,
coincidiendo con el solsticio de invierno, y debe verse desde el exterior, ya
que la luz del rosetón mayor se superpone al rosetón de la fachada principal,
creando un magnífico juego de colores.
La
Catedral de Mallorca es un edificio de grandes dimensiones, con una altura total
de más de 43 metros en la nave central y una longitud de 121 metros.
Cristina
Ortiz, coordinadora de las visitas didácticas al templo, cuenta que “estas
medidas la convierten en la catedral gótica que, con menos piedra, consigue más
espacio útil, de aquí que se tenga una visión espaciosa y amplia de su
interior, con columnas altas y esbeltas”. Esta sensación de amplitud también
viene dada por su iluminación, con más de sesenta vitrales y cinco rosetones
abiertos, por los cuales entra en el interior el sol del Mediterráneo.
El ojo del gótico
De
los cinco rosetones, el mayor es uno de los más famosos al ser el más grande el
arte gótico, siendo por ello conocido con el nombre de “ojo del gótico”. Tiene
un diámetro de unos 12 metros y cuenta con casi 100 m² de superficie. Fue
construido en 1370, a pesar de que los vidrios se añadieron posteriormente.
Destaca especialmente por la perfecta estrella de David formada por
veinticuatro triángulos y por su peculiar localización, sobre el presbiterio, y
no a los pies, como era habitual.
Conquistar la isla a los
musulmanes
Cuenta
la leyenda que el rey Jaume I el Conquistador, cuando se encontraba de camino
hacia Mallorca en 1229 para conquistar la isla, ocupada hasta entonces por
musulmanes, estuvo a punto de naufragar con su expedición a causa de un fuerte
temporal. En ese momento, el rey prometió a la Virgen María la construcción y
dedicación de un templo si conseguía culminar su empresa. La tormenta se calmó
y el monarca y sus tropas pudieron llegar a la isla desembarcando por la bahía
de Santa Ponsa.
Jaume
I, entonces, decidió llevar a cabo el cumplimiento de su promesa y la Catedral
de Mallorca es el resultado. No obstante, el rey sólo se limitó a poner en
marcha la conversión de la antigua mezquita mayor de Madina Mayurqa en templo
cristiano.
Inmediatamente
después de la conquista, se purificó la mezquita principal, ubicada en el
recinto del Palacio de la Almudaina, para que se pudiera dedicar al culto
cristiano mientras se preparaba la construcción de un edificio de nueva planta.
Fue
su hijo, Jaume II (1276-1311), primer rey de Mallorca, quien inició las obras a
principios del siglo XIV, comenzando por la Capilla de la Santísima Trinidad,
lugar elegido por él mismo como panteón de la dinastía mallorquina por él iniciada.
Miriam Díez Bosch
Fuente:
Aleteia