China es la menos religiosa, donde al menos 7 de cada 10 se declara
ateo, más del doble que en cualquier otra nación; además, el 23% de la
población se considera “no religiosa”
Los
jóvenes entre 18 y 24 años creen más que los más ancianos; los ricos también
son más incrédulos.
Una
nueva encuesta realizada por Worldwide
Independent Network of Market Research y Galllup ha explorado las
creencias religiosas de más de 66.000 personas de 68 naciones de todo el mundo.
Los
resultados muestran que 6 de cada 10 personas (62%) se consideran religiosas,
mientras que menos de un cuarto se consideran “no religiosas” y el 9% se
consideran ateas.
Es
decir, que aproximadamente cuatro de cada diez personas se consideran
o “no religiosas” -es decir indiferentes- o ateas.
En
términos generales, los niveles de religiosidad caen en la misma medida en
que los ingresos crecen y los niveles de educación decaen.
Mientras
que un 66% de las personas con ingresos escasos asegura ser religiosa, este
porcentaje cae hasta el 50% entre las personas con altos ingresos.
Estos
datos vendría a corroborar lo dicho por Jesucristo: “Yo os aseguro que un rico
difícilmente entrará en el Reino de los Cielos. Os lo repito, es más fácil que
un camello entre por el ojo de una aguja, que el que un rico entre en el Reino
de los Cielos”. (Mt. 19, 23-24).
La
misma tendencia se observa en relación con los niveles de educación: el 83% de
las personas con peor educación son religiosas, frente al 49% de mayor nivel de
instrucción.
En
el extremo opuesto, casi 7 de cada 10 habitantes de China se identifican como
ateos(67%) – más del doble que en cualquier otro país consultado- y el 23% de
los chinos se definen como “no religiosos”. Sólo el 9% han declarado ser
religioso.
Tras
China, en la lista encontramos a Suecia (18% ateos y 55% no religiosos);
República Checa (25% y 47%); y Reino Unido (11% y 58% respectivamente).
En
los casos de China y Chequia se puede pensar que el peso de un régimen antirreligioso
y ateo, como el comunismo, ha debido tener notoria influencia en la pérdida de
religiosidad.
Qué piensan de Dios, el
alma, el Cielo, infierno y vida tras la muerte
Al
concretar en creencias particulares como en Dios, el alma, el cielo, el
infierno o la vida tras la muerte, se producen resultados significativos.
La
mayoría de los encuestados cree en el alma (74%) y en Dios (71%), mientras que
algo más de la mitad cree en el Cielo (56%), la vida después de la muerte (54%)
y uno de cada dos en el infierno (49%).
El
análisis de los creencias religiosas según diversos estratos sociales y
demográficos señalan que todas las creencias disminuyen al tiempo que aumenta
la edad: el 74% de las personas entre los 18 y los 24 años cree en Dios,
mientras que ese porcentaje cae hasta el 67% entre quienes tienen más de 65
años.
La
creencia en la vida después de la muerte va desde el 60% de los más jóvenes
hasta el 45% entre los mayores.
Sobre
el alma, el dato oscila del 78% al 68%. El infierno es considerado por el 57%
de los jóvenes y sólo el 35% de los más mayores, mientras que la creencia en el
Cielo va desde el 64% al 46% según avanza la edad.
Aquellos
que no tienen educación expresan más creencias que aquellos que tiene menos
conocimientos reglados, al igual que los menos agraciados económicamente sobre
los más desahogados, en cuanto al pecunio.
Bangladesh
e Indonesia son las naciones más creyentes en estos aspectos concretos de
la religiosidad: casi la totalidad de su población expresa creer en Dios, la
vida después de la muerte, el alma, el cielo y el infierno.
Tras
ellos se encuentran Ghana y Pakistán, donde cada uno de estas creencias
sobrepasan el 95% de aceptación. Por otra parte, China es el país que menos
cree, donde estos valores religiosos no superan el 20%.
Junto
a China se sitúan la República Checa, Japón, Bélgica, Suecia y Dinamarca.
Finalmente es necesario subrayar que la creencia específica en Dios
obtiene un 100% de respuestas positivas en Indonesia, Ghana, Nigeria, Kosovo y
Azebayán.
Fuente:
Actuall