EL PRIMER SACERDOTE ORDENADO TRAS EL MARTIRIO DEL PADRE HAMEL SERÁ OTRO PADRE HAMEL

¿Te acuerdas de Jacques Hamel, degollado en Francia hace un año? Llega ahí, a la misma diócesis, el padre Julien Hamel

No hay relación familiar entre el padre Julien Hamel, de 25 años, y el padre Jacques Hamel, martirizado el 26 de julio de 2016 a los 86 años de edad. Hamel es un apellido común en Normandía, la región francesa donde ocurrió el bárbaro asesinato del sacerdote anciano, hace un año.

Incluso así, Julien se quedó aterrorizado, naturalmente, con la desproporción entre la violencia de los agresores y la fragilidad del anciano; entre lo absurdo de masacre en nombre de la “guerra santa” y la sencillez heroica de un sacerdote indefenso que celebraba la misa para cuatro personas desarmadas.

Frente a la violencia “en nombre de la fe”, sin embargo, Julien, que ya es diácono, afirma:

“Nosotros seguiremos celebrando la misa durante toda la semana. Finalmente, los riesgos están en todas partes”.

Él no se ve como un “aspirante a mártir” y observa: “Uno no sale por ahí buscando el martirio”. Pero sí estás dispuesto a vivir la vocación con todo lo que Dios te pida”.

Seminarista en Issy-les-Moulineaux, está en el último año de estudios antes de ser ordenado presbítero “si todo va bien”. Julien Hamel será sacerdote diocesano en Rouen e irá a donde sea necesario:

“No estoy construyendo castillos en el aire. Quiero ponerme al servicio de nuestros parroquianos, pero iré a donde me envíe mi obispo”, explica con sencillez.

El deseo de entregar completamente la vida a Dios vino del “terreno fértil de la familia”, asegura el padre Julien, pero añade que la experiencia de ayudar en las misas fue decisiva para que la semilla de la vocación se enraizara. Gracias a su cercanía al altar, fue adentrándose en el misterio de la Eucaristía.

La decisión de volverse sacerdote empezó en secundaria: no le contó a nadie, excepto a dos sacerdotes que le dieron orientación espiritual en el colegio para discernir si esa era realmente su vocación. Sólo cuando estaba en la universidad es que el joven confió su decisión a la familia.

Era importante no ‘publicar’ ese deseo tan temprano, para respetar mi propia libertad” evitando someterla a presiones e influencias innecesarias.

El seminario no parecía largo, declara: “No he visto pasar esos seis años”. Durante ese periodo de formación y discernimiento, la vocación se fue confirmando.

“Hay varias etapas en una vocación. La mayoría de las veces, te identificas primero con un sacerdote a quien te gustaría parecerte. Después, te vas separando gradualmente de esa referencia humana y te vas volviendo un hombre dedicado a la Iglesia, completamente entregado a Dios”.

Julien Hamel fue ordenado diácono el 2 de julio de este año, un domingo, en la iglesia de San Pedro de Roncherolles-en-Bray. Quien lo ordenó fue el arzobispo de Rouen, don Dominique Lebrun, quien también presidió el funeral del padre mártir Jacques Hamel.

Sylvain Dorient


Fuente: Aleteia