«Lamentablemente,
vemos cómo hoy la figura de la mujer en cuanto educadora a la fraternidad
universal está ensombrecida y a menudo no es reconocida…”
El Papa
Francisco recibió con alegría a los participantes en la Plenaria del Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso y destacó la importancia del tema
que han tratado: «El papel de la mujer en la educación a la fraternidad
universal»:
«Ciertamente
no ha faltado un debate muy enriquecedor sobre este tema, que es de primordial
importancia para el camino de la humanidad hacia la fraternidad y la paz, un
camino aún por cumplir, para nada llano, sino que está marcado por dificultades
y obstáculos».
Valorizar
el papel de la mujer, educar a la fraternidad y dialogar, tres aspectos y
exhortaciones que quiso subrayar el Obispo de Roma, en este contexto, lamentando
que las mujeres y los menores sean a menudo víctimas de la violencia y del odio:
«Lamentablemente,
vemos cómo hoy la figura de la mujer en cuanto educadora a la fraternidad
universal está ensombrecida y a menudo no es reconocida, debido a tantos males
que afligen a este mundo y que, golpean en especial a las mujeres en su
dignidad y en su papel. En efecto, las mujeres e incluso los niños, están entre
las víctimas más frecuentes de una violencia ciega.
Allí
donde prevalecen el odio y la violencia, se destroza a las familias y a las
sociedades, impidiendo a la mujer que desarrolle, en comunión de intenciones y
de acción con el hombre, su misión de educadora de forma serena y eficaz.
Reflexionando
sobre el tema que han afrontado, quisiera detenerme en especial sobre tres
aspectos: valorizar el papel de la mujer, educar a la fraternidad y
dialogar».
El
Santo Padre concluyó su discurso agradeciendo y animando a los miembros,
consultores y colaboradores del Pontificio Consejo para el Diálogo
Interreligioso, porque desarrollan un servicio precioso. Y les deseó que sigan
tejiendo la delicada tela del diálogo con todos los «buscadores de Dios» y con
todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
CdM
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