Atasco en el carril de las
hormigas
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
por la tarde tenía que leerme un capítulo de un libro para preparar una clase
para las novicias, y me fui a la huerta, debajo de un árbol, a su sombra, a
leerlo.
Me
senté, me apoyé en el árbol y me puse a leer. De repente vi que mi pie estaba
colocado en medio de un carril de hormigas. Me impresionó mucho verlas:
llegaban hasta la zapatilla... y daban un rodeo. En ningún momento las hormigas
pensaron en levantar mi pie para seguir por su carril. Al revés, vieron que
algo se ha puesto en su camino y, sin perder su objetivo (que es llevar comida
al hormiguero) encontraron otra forma de continuar.
Seguro
que anoche, cuando te acostaste, te diste cuenta de que en tu camino hay un
obstáculo que no sabes cómo afrontar: eso que tienes en el corazón, ante lo que
sientes una debilidad muy grande y no sabes qué hacer con ello.
Jesús,
cuando se encontraba con una piedra en el camino, lo que hacía muchas veces era
bordear, dar un rodeo: cuando algún fariseo le ponía en una encrucijada, o le
preguntaban con doble intención, o cuando le criticaban por envidia cuando
Jesús hacía milagros. Cristo salía bordeando: ya nos dice la Escritura que el
mal se vence a fuerza de Bien.
Hoy
deja a Jesús que sea fuerte en ti, que te enseñe a no dejar de caminar, a
bordear la vida, a descubrir todo lo bueno y bello que hay. Lo único que tienes
que tener claro es qué quieres. Las hormigas nunca intentaron levantar mi pie:
llegaban a él, lo observaban y, sin pensarlo mucho, salían por la derecha o por
la izquierda, ¡continuando su marcha hacia el hormiguero!
Hoy
el reto del amor es no quitar de tu vida ese obstáculo que te está haciendo
tanto daño, sino bordearlo desde el amor. Vencer el mal a fuerza de bien.
Dedica cinco minutos a orar por ello y entrégaselo a Cristo para que Él sea
fuerte en ti y te enseñe a vivir como vivió El.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma