Su conversión causó gran
sensación en la Roma de la época
Fabiola
pertenecía a una familia noble de Roma (la gens Fabia), muy joven se casó con
un hombre, de quien se divorció (en total respeto con las leyes del derecho
romano) debido a las continuas peleas, incomprensiones y sobre todo por la
violencia que soportaba por parte de su marido. Los biógrafos dicen de ella que
era malcriada, egoísta y arrogante.
Después
de su divorcio, Fabiola volvió a casarse, pero al poco tiempo enviudó. Esta
segunda tragedia coincidió con su acercamiento al cristianismo, y concretamente,
a san Jerónimo (el famoso traductor de la Vulgata) y su círculo de seguidores,
especialmente a dos matronas cristianas muy conocidas de Roma, Marcela y Paula.
Al
año de conocerlas, Fabiola decide cambiar radicalmente su vida: se presentó en
la vigilia de Pascua vestida con un saco o vestidura áspera que se usaba
antiguamente para la penitencia, en la basílica de San Juan de Letrán, pidiendo
perdón al papa y a los fieles por los pecados cometidos y el papa Siricio la
recibió formalmente en comunión plena con la Iglesia.
La
santa donó todos sus bienes a la Iglesia, dedicándose a los pobres y especialmente
a los enfermos fundando lo que fue el primer hospital romano. Su conversión
causó gran sensación en la Roma de la época.
San
Jerónimo, en su Epístola LXXVII escribió sobre Fabiola “… ha sido la primera
que ha construido un hospital para acoger a todos los enfermos que encontraba
por las calles: narices corroídas, ojos vacíos, pies y manos secas, vientres
hinchados, piernas esqueléticas, carnes podridas con un hormiguero de gusanos…
Cuántas veces, personalmente ella ha cargado a enfermos de lepra… Les daba de
comer y hacía beber a aquellos cadáveres vivientes una taza de caldo…”
Estos
centros hicieron más que brindar cuidado a los enfermos: se trataba de
verdaderos hospitales-posadas, que proporcionaban un hogar para la tercera edad
a aquellas familias que no podían cuidar siempre de sus ancianos, y hostales
para los viajeros; además, incorporaron familias sin trabajo y formaron con
ellas nuevas vocaciones.
Fabiola
muere en el 339 y su festividad se celebra el 27 de diciembre. La santa es
patrona de las personas divorciadas, víctimas de abusos, adulterios o
infidelidades en el matrimonio. Su memoria pervivió a través de los años por la
biografía escrita por san Jerónimo. Pero su historia se hizo famosa gracias al
romance histórico del cardenal Nicholas Patrick Stephen Wiseman, titulado “Fabiola
o la Iglesia de las catacumbas”
Una
nota interesante que gira entorno a la santa son las más de 400 réplicas
pintadas por desconocidos y principiantes de un cuadro que la retrata,
realizado por el pintor francés Jean-Jacques Henner en 1885, y que actualmente
se encuentra desaparecido.
Intrigado
por la supervivencia y la propagación de esta pintura, un artista llamado
Francis Alÿs ha logrado reunir cientos de copias hechas a mano que compró en
diversos mercadillos del mundo, sin dar todavía con la pintura original. Y esta
es la imagen con la que generalmente se representa a Santa Fabiola.
Maria Paola Daud
Fuente:
Aleteia
