A QUÉ SE DEDICA SOR ROSARIO, LA RELIGIOSA AGREDIDA EN GRANADA ‘POR SER MONJA’

A raíz del puñetazo propinado por un joven, ha recibido numerosas muestras de apoyo de obispos y vecinos

El jueves pasado sor Rosario, religiosa de la Congregación de las Esclavas de la Inmaculada Niña de Granada, fue agredida en la calle por un joven de unos 25 años. Tras romperle la nariz de un puñetazo, le dijo: “Esto por ser monja”. Religión Confidencial ha hablado con ella para recoger su testimonio sobre lo sucedido y conocer su labor en favor de los necesitados.

Desde el pasado jueves, sor Rosario acude casi diariamente al médico, un especialista privado que se preocupó por su estado y que, sin conocerla, la llamó por teléfono después del suceso  para ofrecerle sus servicios médicos de manera altruista. Ayer le quitaron la férula de la nariz.

“Estamos impactadas porque hemos recibido numerosas muestras de cariño por parte de muchas personas. Los obispos de Granada y de Guadix nos han llamado para interesarse por la salud de sor Rosario. El vicario episcopal nos ha visitado personalmente. Numerosos vecinos nos paran por la calle para darnos aliento y para decirnos que seguimos adelante con nuestra labor. Hasta nos han llamado abogados”, explica a RC sor Lola, la superiora provincial de la congregación. 

Las religiosas confiesan que no esperaban tanto respaldo a esos niveles. “Y todo por un suceso totalmente absurdo”, declara sor Rosario.  

Ayudar a familias desestructuradas

“Por ser monja”, esta fue la razón por la que el joven le propinó el puñetazo. ¿Cuál es la labor de estas religiosas? Su misión de servicio a los demás tiene como modelo la infancia de la Virgen María.

Sor Rosario fue agredida cuando dejaba en el colegio, a los niños que tiene en acogida en la Escuela Hogar de estas religiosas. “Menos mal que me propinaron el puñetazo sola, sin la presencia de los pequeños”, relata.

Las religiosas de esta Congregación se dedican fundamentalmente a acoger a niños y jóvenes de familias desestructuradas, “que cada día hay más”, asegura la superiora provincial.     

Así, en toda España atienden a menores en sus Escuelas Hogares, gestionadas en coordinación con el Ministerio de Educación y también en Casas Hogares, (centros de menores) que dependen de los servicios sociales de cada Comunidad Autónoma.  

Esta Congregación, a la que pertenece cerca de 90 religiosas de toda España, gestiona centros en Melilla (en la que residen 33 niñas musulmanas), en Granada, Guadix, Almería, El Ejido, Cádiz y Lugo. También dirigen varios colegios.

En la Escuela Hogar que atiende sor Rosario, residen 52 menores de 17 años. El fin de semana lo pasan con sus familiares. Acogen a estos niños porque la situación de sus familias es muy precaria.

Por la mañana les llevan al colegio que les corresponde y por la tarde les ayudan en tareas cotidianas: deberes, actividades extraescolares, catequesis, etc. Varios monitores colaboran con ellas.

Odio a la religión   

Tal y como argumentó el joven atacante, la agresión se debió única y exclusivamente a un delito de odio contra la religión, puesto que le propinó el puñetazo solo por “ser monja”.

Sin embargo, según las religiosas, se trata de un hecho aislado y extrañamente infrecuente en la zona. “Nosotros nunca nos habíamos sentido amenazadas. Pero algo bueno ha surgido de este episodio y es la cantidad de muestras de apoyo que hemos recibido”, declara la superiora provincial.

Sobre su agresor, sor Rosario lo único que puede decir es que quizás esté resentido por algo malo que le ha ocurrido en su vida. “El susto me lo ha llevado, y la fractura duele muchísimo. Pero ofrezco todas las incomodidades por la paz en el mundo, por tanta gente que está sufriendo y que dan la vida por otros, y porque todos podamos vivir en armonía, respetándonos los unos a los otros”, manifiesta.

¿Qué haría sor Rosario si se encontrara con su agresor? “Me daría mucha pena y después, le preguntaría que daño hacemos las personas que nos dedicamos a servir a los demás”, concluye sor Rosario.  

Fuente: ReligionConfidencial