“Éste es el camino del cristiano: ir adelante por las huellas que Jesús ha dejado, huellas de su predicación, huellas de su sufrimiento, la huella de la Cruz, la huella de la resurrección..."
También
hoy en la Iglesia hay personas que usan la rigidez para cubrir sus propios
pecados. Es la admonición que hizo el Papa en su homilía de
la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa
Marta. Al comentar la Primera Lectura del día, tomada de los Hechos
de los Apóstoles, el Pontífice se detuvo a considerar la figura de San
Pablo, quien de rígido persecutor llega a ser manso y paciente anunciador del Evangelio.
Francisco observó
que “la primera vez que aparece el nombre Saulo es en la lapidación
de Esteban”. Y agregó que Saulo era un “muchacho rígido e
idealista” que estaba “convencido” de la rigidez de la Ley.
No a los rígidos de doble
vida en la Iglesia
Era
rígido – comentó el Papa – pero “era honesto”. Y añadió que Jesús “tuvo
que condenar a los rígidos que no eran honestos”:
“Son
los rígidos de doble vida: se hacen ver bellos, honestos, pero cuando
nadie los ve, hacen cosas malas. En cambio, este muchacho era honesto: creía
eso. Yo pienso, cuando digo esto, en tantos muchachos que han caído en la
tentación de la rigidez, hoy, en la Iglesia. Algunos son honestos, son
buenos, debemos rezar para que el Señor los ayude a crecer en el camino de
la mansedumbre”.
El Santo
Padre prosiguió diciendo que “usan la rigidez para cubrir debilidades,
pecados, enfermedades de personalidad y usan la rigidez” para afirmarse sobre
los demás. Y observó que Saulo, que había crecido en esta rigidez, no
puede tolerar lo que para él era una herejía y así comienza a perseguir a los
cristianos.
Saulo se convierte en Pablo
San
Pablo se convierte, de persecutor en evangelizador. El Papa dijo
que el “muchacho rígido, que se hizo un hombre rígido, ¡pero honesto!, también
se hizo niño y se dejó conducir hacia donde el Señor lo llamaba. Lo
que definió como la fuerza de la mansedumbre del Señor”. Saulo, por
lo tanto, se convierte en Pablo, anuncia al Señor hasta el final
y sufre por Él:
“Y
así, este hombre desde su propia experiencia predica a los demás, de una parte
a la otra: perseguido, con tantos problemas, también en la Iglesia, también
debió sufrir que los propios cristianos se pelearan entre ellos. Pero él, que
había perseguido al Señor con el celo de la Ley, dirá a los
cristianos: ‘Con lo mismo con que ustedes se han alejado del Señor, han
pecado, con la mente, con el cuerpo, con todo, con los mismos miembros ahora
son perfectos. Den gloria a Dios’”.
Orar por los rígidos para
que sigan el camino de la mansedumbre de Jesús
“Está
el diálogo entre la suficiencia, la rigidez y la mansedumbre”, dijo Francisco.
“El diálogo entre un hombre honesto y Jesús que le habla con
dulzura”. Y así “comienza la historia de este hombre que hemos conocido de
muchacho, en la lapidación de Estaban, y que terminará traicionado por un
grupo de cristianos”. Para algunos – afirmó – la vida de San Pablo “es un
fracaso”, como la de Jesús:
“Éste
es el camino del cristiano: ir adelante por las huellas que Jesús ha
dejado, huellas de su predicación, huellas de su sufrimiento, la huella de la Cruz,
la huella de la resurrección. Pidamos a Saulo, hoy, de modo especial, por
los rígidos que hay en la Iglesia; por los rígidos-honestos como él, que
tienen celo, pero que se equivocan. Y por los rígidos hipócritas, los de doble
vida, aquellos de los cuales Jesús les decía: ‘Hagan lo que dicen,
pero no lo que hacen’. Recemos por los rígidos, hoy”.
María
Fernanda Bernasconi
Radio
Vaticano