La
CEV convoca a una nueva jornada de oración para el próximo domingo 21 de mayo,
por el cese de la violencia y la represión oficial
La
Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha levantado nuevamente su voz en contra
del Gobierno de Nicolás Maduro, y ante la propuesta oficialista de convocar a
una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), indica que actualmente “lo que más
necesita el pueblo venezolano es comida, medicamentos, libertad, seguridad
personal y jurídica, y paz”. Venezuela no necesita reformar la
Constitución, sino cumplirla.
El
mensaje se dio a conocer este 5 de mayo, firmado por monseñor Diego Padrón
Sánchez, presidente de la CEV, y el resto de la directiva entre los que se
encuentran los cardenales Jorge Urosa Savino y Baltazar Enrique Porras Cardozo.
Consideran
los obispos que los temas presentados por el presidente de la República “para
apoyar su propuesta, no apuntan a resolver los graves problemas que aquejan a
los venezolanos sino a prolongar la permanencia de su Gobierno en el poder”.
La
propuesta de una ANC sectorizada para la reforma de la Constitución es
innecesaria y resulta peligrosa para la democracia venezolana, para el
desarrollo humano integral y para la paz social, pues el objetivo
fundamental de dicha Asamblea es ‘constitucionalizar’ el ‘Estado Comunal’,
rechazado por la población en el Referendo Consultivo de 2007, dicen los
obispos en el comunicado.
A continuación el
mensaje íntegro del Episcopado venezolano:
“1.
Atendiendo la grave situación que hoy afecta la vida y la convivencia en
nuestro país, los obispos miembros de la Presidencia de la Conferencia
Episcopal Venezolana, consideramos necesario y urgente hacer llegar nuestra
palabra a todo el pueblo venezolano.
2. Luego
de las desacertadas decisiones 156 y 157 del Tribunal Supremo de Justicia que
han dado origen a las últimas manifestaciones de la población, la reciente
iniciativa del Presidente de la República de convocar una Asamblea
Constituyente, ha sido percibida por la inmensa mayoría de la población, como
una iniciativa divorciada de las urgentes necesidades del país y como un paso
más en el socavamiento del Estado Social de Derecho previsto en la actual
Constitución.
3. Actualmente
lo que más necesita el pueblo venezolano es comida, medicamentos, libertad,
seguridad personal y jurídica, y paz. Todo ello se conseguiría, si el Gobierno
actuara apegado a lo previsto en el texto constitucional vigente y con mayor
sensibilidad ante tantas carencias. Los temas presentados por el Presidente de
la República para apoyar su propuesta, no apuntan a resolver los graves
problemas que aquejan a los venezolanos sino a prolongar la permanencia de su
Gobierno en el poder.
4. La
propuesta Presidencial de una Asamblea Constituyente sectorizada para la
reforma de la Constitución es innecesaria y resulta peligrosa para la democracia
venezolana, para el desarrollo humano integral y para la paz social, pues el
objetivo fundamental de dicha Asamblea es “constitucionalizar” el “Estado
Comunal”. Esto equivale a reeditar la reforma constitucional de 2007, planteada
también por el Poder Ejecutivo, que fue rechazada por el pueblo en el Referendo
Consultivo de ese mismo año., En definitiva, esta propuesta es querer imponer
el “Plan de la Patria”, traducción operativa del “Socialismo del siglo XXI”,
sistema totalitario, militarista, policial, violento y represor, que ha
originado los males que hoy padece nuestro país.
5. La
convocatoria a una Asamblea manejada en sus bases y en la elección de sus
miembros por el Gobierno, la hace parcial, monocolor y excluyente. Es un nuevo
intento en el afán de sustituir a la actual Asamblea Nacional, elegida por una
mayoría abrumadora representativa de la soberanía popular. Pero, además, esta
iniciativa presidencial es engañosa, al dejar en la penumbra muchos aspectos de
su diseño y aplicación, y daría amplio margen a interpretaciones ambiguas de su
reglamentación.
6. No
podemos olvidar ni poner de lado la tristeza y el sufrimiento que este régimen
está provocando a nuestro pueblo. Además, en el último mes ha hecho alarde de
su naturaleza represiva mediante la sofocación de la legítima protesta con
excesiva e inhumana violencia, generada por los organismos de seguridad del
Estado, particularmente de la Guardia Nacional Bolivariana, y los grupos
armados llamados “colectivos” que actúan bajo la mirada protectora de las
autoridades. Se agrava la situación, al actuar no sólo en contra de quienes,
apoyándose en sus derechos civiles levantan su voz de descontento y reclamo en
la calle, sino también en contra de grupos familiares que en sus propias
residencias han sido blanco de lo que parece ya violencia institucionalizada.
Hacemos nuestro el dolor del pueblo venezolano y decimos: ¡Ya basta de tanta
represión!
7. Ante
toda esta lamentable situación, rechazamos la convocatoria a esa Asamblea
Constituyente, y exhortamos a la población en general a no resignarse, a
levantar su voz de protesta, pero sin caer en el juego de quienes generando
violencia quieren conducir al país a escenarios de mayor confrontación con el
fin de agravar la situación y mantenerse en el poder.
8. Este
es un momento en el cual necesariamente debemos fijar nuestra mirada en el Dios
de la Vida y de la Paz. Invitamos a todas nuestras parroquias y comunidades a
organizar una Jornada de Oración por la Paz de Venezuela, el próximo domingo 21
de mayo, por el cese de la violencia, la represión oficial y por la búsqueda de
caminos para el entendimiento y la reconciliación que tanto necesitamos. Es
necesario acrecentar la escucha de la Palabra de Dios y la oración en cada
hogar, en cada institución y en cada comunidad cristiana.
9. Acogemos
con vivo agradecimiento las palabras del Santo Padre Francisco: “No dejan de
llegar noticias dramáticas sobre la situación en Venezuela y el agravarse de
los enfrentamientos, con numerosos muertos, heridos y detenidos. Mientras me
uno al dolor de los familiares de las víctimas, para quienes aseguro oraciones
de sufragio, dirijo un apremiante llamamiento al Gobierno y a todos los
componentes de la sociedad venezolana para que se evite cualquier ulterior
forma de violencia, sean respetados los derechos humanos y se busquen
soluciones negociadas a la grave crisis humanitaria, social, política y
económica que está agotando a la población. Encomendamos a la Santísima Virgen
María la intención de la paz, de la reconciliación y de la democracia en ese
querido país”.
10.
Jesús resucitado y María de Coromoto nos bendigan y acompañen en nuestro
caminar histórico hacia la reconstrucción del país por los caminos de la paz y
de la no violencia”. Caracas, 5 de mayo de 2017.
Ramón Antonio Pérez
Fuente:
Aleteia