En
el día internacional de las mujeres, la organización “Voices of faith” ha convocado a líderes sociales de todo el mundo para hablar sobre el rol femenino en la
construcción de la paz
Mujeres
de todo el mundo. Líderes sociales, historias desgarradoras, de determinación y
coraje. Este 8 de marzo la organización “Voices of faith” convocó a una jornada
de testimonios para reflexionar sobre el rol femenino en la transformación de
situaciones límite, de la marginación a la guerra, de la violencia al descarte.
Un encuentro en la Casina Pío IV, la sede de la Pontificia Academia para las
Ciencias ubicada en el corazón del Vaticano.
“Tengo
la esperanza de que nuestro Papa esté mucho más atento a las contribuciones que
pueden traer las mujeres a la Iglesia”, aseguró Chantal Götz, una de las
organizadoras de la reunión. Una cita de título sugerente: “Moviendo las aguas.
Haciendo posible lo imposible” que además de contar con el apoyo del cardenal
secretario de Estado, Pietro Parolin, también es acompañada por la Compañía de
Jesús. El flamante prepósito general, Arturo Sosa Abascal, fue llamado a tomar
la palabra en la apertura de las discusiones.
En
la vigilia del encuentro la expectativa era alta. Götz destacó la importancia
de la visión femenina en el diálogo y la no violencia. La presencia y la
creatividad de las mujeres en la educación y los programas sociales llevados
adelante por la Iglesia católica, especialmente en áreas marginadas.
Pero
ellas quieren más. Mayor presencia y mayor reconocimiento. Sin desafiar a la
estructura eclesiástica tradicional, pero sí lanzando interrogantes y
presentando reflexiones. Porque las mujeres no son sólo víctimas, sino también
son proactivas. “Ponemos en juego nuestro liderazgo a favor de un diálogo
global por la no violencia, no sólo en la Iglesia. Tal vez espero demasiado de
una sola persona, pero él nos ha llamado a todos a aportar nuestras ideas”,
añadió Götz.
Kerry
Robinson, directora ejecutiva de la “Leadership Roundtable”, organización
dedicada a promover las mejores prácticas en la gestión de los recuersos de la
Iglesia, recordó que la ordenación sacerdotal de mujeres no es posible en la
Iglesia, pero reconoció que –muchas veces- el talento de los laicos está
“subutilizado”. Pero esa realidad, agregó, no se cambia “pensando que las cosas
se deban trastocar por completo”. Es mejor, añadió, poner el foco en las
mujeres.
“Cada
mañana rezo por el Papa Francisco, estoy agradecida por su elección. La razón
de esta esperanza es su mirada humana, cuando llama a ser misericordiosos, a
encontrarnos y a escuchar las experiencias de los demás. Creo que él tiene la
capacidad para iniciar una reforma positiva, incluso en la curia. Confío en él
cuando mira fuera de la curia y pide una Iglesia más incisiva. Es muy empático
con las preocupaciones que son comunes a todos.”, estableció.
Las
historias de las mujeres fueron elegidas como el centro de la jornada en el
Vaticano. Entre las invitadas destacan dos hermanas gemelas refugiadas sirias,
Shadan y Nagham, que hasta 2015 ayudaban a niños de entre 6 y 12 años a lidiar
con la violencia que sacude a su país.
Originarias
de Homs, graduadas en literatura inglesa, vivieron por completo la tragedia de
la guerra. Se mudaron a Damasco, primero, y a Mashta al-Helu, en las cercanías
de Tartus (noreste), después. Pero cuando cayeron en cuenta que el conflicto
las alcanzaría, decidieron escapar hacia la libertad en Europa. Lo hicieron vía
mar, desde Turquía hasta Grecia. Como los miles de refugiados que dada día
quieren ingresar al “viejo continente”. Arriesgaron su vida y dejaron atrás a
su familia. Hoy viven en Gand, Bélgica, con nostalgia de la propia
tierra.
Sus
relatos se escucharon en el panel titulado “La paz es la habilidad de ser tu
mismo. Una conversación con dos hermanas que sobrevivieron a la guerra y al
desplazamiento”.
“Creo
que las mujeres pueden hacer mucho por cambiar los corazones en Siria. Cuando
trabajamos con las madres nos damos cuenta que los cambios son más profundos.
Las madres son las que tienen el más importante rol en la vida de los niños,
ellas pueden ser un medio para salvar Siria, pueden romper el círculo vicioso
de la violencia. Nosotros buscamos la paz y las mujeres tienen el más
importante papel en ello”, aseguró Shadan al Vatican Insider.
“Tengo
mucha esperanza en el Papa, creo que es un hombre especial y que muchas cosas
buenas van a pasar gracias a él. Dios no tiene nada que ver con la guerra y la
violencia, la fe puede ayudarnos a cambiar con paz y amor. Pero no para que la
gente luche entre sí, eso no es Dios”, agregó.
Un
aprecio por Francisco que también expresó Margarite Baranktise, la “madre
nacional” de Burundi, fundadora de la “Casa Shalom” y salvadora de unos 30 mil
niños del genocidio en ese país africano. Ella también fue invitada al
encuentro vaticano, para compartir un pasado de lucha y supervivencia, de
determinación y tenacidad.
“El
Papa Francisco es un regalo, es una bendición, yo estoy orgullosa de ser
católica y ahora más, porque él está dándole dignidad a los más pobres, a los
oprimidos, a los sin techo, a los prisioneros, a las mujeres y a los niños”,
dijo.
Y
sobre el rol de la mujer en la Iglesia católica, añadió: “A veces tengo
reuniones con obispos y sacerdotes, a ellos siempre les recuerdo una cosa:
nosotros decimos ‘madre de la Iglesia, ruega por nosotros’, ‘madre de Dios,
ruega por nosotros’. Las mujeres tienen una vocación especial, si tu dejas a tu
madre afuera y no le das un lugar, estás dejando afuera al amor, la ternura. Y
el poder más grande en la vida es el amor”.
ANDRÉS
BELTRAMO ÁLVAREZ
CIUDAD
DEL VATICANO
Fuente:
Vatican Insider