Desplaza
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Durante todo el mes de octubre tenemos la Eucaristía
por la tarde con el pueblo. He estado observando cómo muchas de las abuelillas,
cada tarde, cuando llegan, acuden a sentarse siempre en el mismo banco y en el
mismo lado.
El otro día estaba una persona amiga de la comunidad
rezando con nosotras, por lo que ya llevaba un buen rato sentada en los
primeros bancos. Pero, al poco de comenzar el rosario, llegó la abuelilla y,
asomándose a su banco, le invitaba a echarse hacia el lado para poder sentarse
en su sitio. Y, sin dudarlo, nuestro amigo se deslizó por el banco y le dejó su
hueco.
Al momento, Lety y yo nos miramos y nos partíamos de
la risa, porque, ¿qué vas a hacer? "El hombre es animal de
costumbres"...
Pero luego todo esto me sirvió para mucho más, porque
esta misma situación la vivimos cada día en nuestro interior. Cuántas veces
comenzamos nuestro día con Paz, y con un gran deseo de vivir desde el Amor, y
de repente... una mala contestación que nos hacen, un disgusto... nos enfada y
nos trastoca todo, y la ira y el malestar comienzan a apoderarse del lugar que
la Paz ocupaba. No hay sitio para las dos cosas en nuestro corazón, siempre uno
desplaza al otro.
Es cierto que nuestra primera reacción no podemos
controlarla, es normal que nos salga el pronto impulsivo, o que notemos cómo va
subiendo el enfado... Pero, en el instante siguiente (que es cuando nos damos
cuenta de que algo comienza a ir mal), siempre podemos frenar: es el momento de
acudir al Señor y pedirle que el Amor venza, que desplace de nuevo todos esos
pensamientos y sentimientos que nos quitan la Paz.
Siempre hemos pensado que somos nosotros mismos los
que tenemos que dominar nuestro carácter y nuestros impulsos, pero, a cada uno
de nuestros propósitos le ha seguido su fallo. La salida es mucho más sencilla:
se trata de no dejar lugar en tu corazón para la ira, para el miedo, para el
malestar... Pero, ¿cómo? Sólo acogiendo al Amor, que es el único que puede
desplazar todo esto.
Hoy el reto del Amor es desplazar los enfados, los
impulsos... optando por seguir amando. El Amor es un Don que Cristo siempre te
va a regalar, está a las puertas esperando que tú quieras acogerlo y darle el
hueco que hasta ahora otras cosas han ocupado.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma