El
Santo Padre retoma las misas diarias en el Vaticano y recuerda que la paz
depende también de cada uno de nosotros
En la festividad de la Natividad de
la Virgen María, el papa Francisco retomó las misas en la residencia Santa
Marta, suspendidas por la pausa de las vacaciones de verano.
En la homilía, la palabra “paz” fue
repetida diversas veces por el Santo Padre y reiteró el llamado que hizo ayer
miércoles al concluir la audiencia en la plaza de San Pedro: debemos ser
‘artesanos de la paz’, una tarea que nos compete a todos.
“La paz es un don que se vuelve artesanal
en las manos de los hombres” afirmó el Pontífice, dando una dimensión diversa a
una idea que parece casi inalcanzable, excepto para algunos potentes de la
tierra.
En cambio no es así, explica Francisco,
porque la paz es un don de Dios que nace en lugares pequeños: “No sirven
grandes cumbres internacionales si después no se hace la paz en las cosas
pequeñas”, o sea en familia, en el barrio, en el lugar de trabajo, en el
corazón. ¿Si en estos ‘pequeños ambientes’ se hace la guerra, cómo puede haber
paz en escala mundial?
Por este motivo el Santo Padre exhortó a
pedir a Dios la ‘sabiduría’ de construir la paz en las cosas
cotidianas. Más aún, el Papa usa el verbo ‘crecer’, porque explica la paz es un
don “que tiene su camino” y por lo tanto cada uno tiene que trabajar para
desarrollarlo.
Como tantos “santos y pecadores”, también
nosotros “tenemos que tomar este don de la paz y volverlo un camino en nuestra
vida, hacerlo entrar en nosotros, en el mundo”. Y subraya que “la paz no se
consigue de un día al otro” sino que “es un don que tiene que ser tomado y
trabajado cada día”.
Y se trabaja en la ‘pequeñez’, como
indica la liturgia del día de la Natividad de la Virgen María, “en la pequeñez
de Belén, tan pequeña que ni siquiera aparece en los mapas”.
Al concluir su homilía el Papa invitó a
interrogarse: ¿Cómo está tu corazón hoy? ¿Está en paz? Y si no está en paz,
antes de hablar de paz ordena tu corazón y ponlo en paz. ¿Eres capaz de llevar
adelante tu familia, tu presbiterio, tu congregación en paz?”. Para así poder
llegar a un mundo en paz.
Fuente:
Zenit