Nos iremos de fiesta
Anoche, mientras estábamos descansando,
me desperté de repente. Al instante me di cuenta de que el ruido era de los
cohetes. Nos encanta verlos, aunque esta vez no pudimos asomarnos dado que
estábamos ya acostadas.
Pero, ¿qué supones al oír cohetes? Al
oír cohetes sabes que hay una fiesta. Es inconfundible ese silbido, seguido de
una pequeña explosión que ya suena a luces de colores.
Nosotros, los cristianos, deberíamos
tener un rostro de fiesta, porque estamos invitados a la mayor Fiesta jamás
imaginada; un rostro con el que hiciéramos pensar, al ver nuestra alegría llena
de paz, nuestra sonrisa, también en medio del sufrimiento, nuestra palabra que
acompaña al otro.
Sin embargo, a veces nos sale el mal
gesto, o se nos olvida la sonrisa al ir a lo nuestro, e incluso nos olvidamos
de que cada gesto nuestro repercute a los que nos rodean.
El Señor te ha invitado a su fiesta, te
ha vestido con un traje nuevo, que es tu nueva vida, vista ya desde la
perspectiva de que Él te ha salvado y ha cargado con todo lo tuyo. No sabemos
cómo será la fiesta, pero sí sabemos Quién nos ha invitado.
Hoy el reto del Amor es vivir el día
como a quien le espera una fiesta. Contagia tu alegría, tu entusiasmo por lo
que te ha llenado de Vida. Mantén tu corazón en Cristo y tu sonrisa aflorará
ella sola.
¿Qué suponen los demás al verte?
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
