¿Sabes por qué es la patrona de la televisión?
En una de las visitas del Papa al Convento,
dándose las doce del día, Santa Clara invita a comer al Santo Padre pero el
Papa no accedió. Entonces ella le pide que por favor bendiga los panes para que
queden de recuerdo, pero el Papa respondió:
– Quiero que seas tú la que bendigas estos
panes.
Santa Clara le dice que sería como un
irrespeto muy grande de su parte hacer eso delante del Vicario de Cristo. El
Papa, entonces, le ordena bajo el voto de obediencia que haga la señal de la
Cruz. Ella bendijo los panes haciéndole la señal de la Cruz y al instante quedó
la Cruz impresa sobre todos los panes.
Exceso de humildad
Santa Clara guardaba finas atenciones a las
hermanas que mendigaban fuera del monasterio. Hasta llegaba a lavarles los
pies.
En una ocasión, después de haber lavado los
pies, quiso besarlos. La hermana, no soportando tanta humildad, retiró el pie y
golpeó el rostro de Clara. Pese al moretón y quizás al hilo de sangre de la
nariz, volvió a tomar con ternura el pie y bajo la misma planta estampó un
apretado beso.
Esta santa monjita…
Santa Clara estuvo enferma 27 años en el
convento de San Damián, soportando todos los sufrimientos de su enfermedad con
paciencia heroica. En su lecho bordaba, hacía costuras y oraba sin cesar.
El Sumo Pontífice la visitó dos veces y
exclamó:
– Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita.
– Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita.
El Santísimo Sacramento
En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad
de Asís. Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la
loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy
asustadas y Santa Clara, cuya fe en el Santísimo Sacramento era prácticamente
inquebrantable, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les
enfrentó a los atacantes.
Ellos experimentaron en ese momento tan grande terror que huyeron despavoridos…
Ellos experimentaron en ese momento tan grande terror que huyeron despavoridos…
Patrona de la televisión
Hallándose una vez Santa Clara gravemente
enferma, hasta el punto de no poder ir a la iglesia para rezar el oficio con las
demás monjas, llegó la solemnidad de la natividad de Cristo. Todas las demás
fueron a rezar, quedando ella sola en la cama, afligida por no poder ir con
ellas. Pero Jesucristo, su esposo, no quiso dejarla sin aquel consuelo y la
hizo transportar milagrosamente a la iglesia de San Francisco y asistir a todo
el oficio de los maitines y de la misa de media noche. Además pudo recibir la
comunión, y acto seguido, fue llevada de nuevo a su cama.
Las monjas, terminado el oficio en San
Damián, fueron a ver a Santa Clara y le dijeron:
– Ay madre nuestra, sor Clara! ¡Cuánto
consuelo hemos tenido en esta santa noche de Navidad! Quisiera Dios que
hubieras estado con nosotras.
Y Santa Clara respondió:
– Yo doy gracias y alabanzas a mi Señor
Jesucristo bendito, hermanas e hijas mías amadísimas, porque he tenido la dicha
de asistir, con gran consuelo de mi alma, a toda la función de esta noche santa
y ha sido mayor que la que han tenido ustedes. Por intercesión de mi padre San
Francisco y por la gracia de mi Señor Jesucristo, me he hallado presente en la
iglesia, y he oído con mis oídos espirituales y corporales todo el canto y la
música del órgano, y hasta he recibido la sagrada comunión. Alégrense,
entonces, y den gracias a Dios por esta gracia tan grande que me ha hecho.
Es por esto que Santa Clara fue nombrada
patrona de la televisión.
Artículo originalmente publicado por recursoscatolicos.com.ar