El
pretender hacer un sincretismo religioso o un ecumenismo indiscriminado no es
conforme a la voluntad de Jesucristo
San Juan Pablo II, en una de sus alocuciones, puso en
guardia a los católicos del peligro de confusionismo y sincretismo religiosos a
que estaban expuestos, a causa de un indiscriminado ecumenismo. Es un peligro
cierto y real en todas partes.
Para aquellas personas que no estén acostumbrados a
esta terminología, conviene aclarar lo siguiente:
Por sincretismo religioso se entiende la
presunción de conciliar doctrinas o religiones diferentes, por ejemplo entre
judíos, musulmanes y cristianos.
Por ecumenismo debe entenderse el movimiento
que tiende a la unidad entre todas las iglesias o confesiones cristianas:
católicos, ortodoxos, protestantes y anglicanos etc.
Hoy no son pocas las personas que piensan que
"todas las religiones son iguales", "que es lo mismo una
religión que otra", o que "el catolicismo es una más de entre todas
las confesiones cristianas".
Tales aseveraciones no son conformes a la verdad
revelada. En efecto:
- Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre; El Hijo Unigénito del Padre; El Camino, La Verdad y La Vida; El único Salvador del hombre. Quien libre y voluntariamente rechace a Cristo, se expone a su perdición eterna. No es equiparable la persona divina de Jesús a Moisés, Mahoma o Buda, etc...
- Jesucristo fundó una sola Iglesia sobre Pedro: "Tú eres Pedro y sobre ti edificaré mi iglesia".
- Históricamente, del tronco de la Iglesia católica se separaron las demás confesiones cristianas: ortodoxos, protestantes -(en sus diversas y múltiples ramas )- así como los anglicanos.
- En la Iglesia católica, presidida por Pedro y sus sucesores, los Papas, reside la plenitud de la verdad.
- Las demás confesiones tienen parte de verdad y son caminos subjetivos de salvación.
- Quienes -según el Concilio Vaticano II-, rechazan libre y voluntariamente, conociendo a la Iglesia católica, presidida por el Papa, como medio de salvación querido por Cristo, se extravían en el camino y se hacen responsables de su suerte eterna.
- Pedro y sus sucesores los Papas tienen, por voluntad de Cristo, el Primado sobre toda la Iglesia; es decir, el poder de jurisdicción -y no sólo de honor- sobre toda la Iglesia, sobre los fieles y sus pastores.
- El pretender hacer un sincretismo religioso o un ecumenismo indiscriminado -en plan de igualdad –entre todas las enseñanzas o religiones existentes, no es conforme a la voluntad de Jesucristo.
- Los gestos o imágenes gráficas que pueden llegar a la gente por los medios de comunicación de ver al Papa reunido o acompañado con otros líderes religiosos, no debe llevar a la conclusión de que la Iglesia católica es una más entre todas las demás confesiones religiosas.
Quien tenga estas ideas claras y fundamentadas por la
Biblia, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, sabrá dar razón de su
pertenencia a la única Iglesia de Cristo y no caerá en el sincretismo o falso
ecumenismo denunciado por S.S. el
Papa Juan Pablo II.
Por: P. Miguel Rivilla San Martín