De lo que rebosa el corazón habla la boca
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días, una persona nos estuvo compartiendo su
encuentro con Cristo vivo. Le había descubierto, ahora sabía por experiencia
que Cristo es una Persona que está Viva y que permanece a su lado. Lo contaba
entusiasmada y convencida de que todo lo que le estaba ocurriendo era muy real;
me encantó escucharla.
Pero lo que más me asombró fue cuando nos explicó que
siempre había pensado que Dios se había olvidado de ella, pero, desde ese día,
ya tiene la certeza de que esto no es así. Ahora su experiencia le dice lo
contrario: Él sabe cada situación, conoce cada desvelo, nunca estás solo y
siempre te ama.
Esto me hizo recordar un sentimiento olvidado, pues ya
hacía años que lo había dejado de sentir. Y es que a mí también me ocurrió
aquello de pensar "A mí no me ocurren cosas extraordinarias",
"Parece que Dios está en las nubes y conmigo no quiere saber
mucho"...
La entendía perfectamente porque sé bien cómo se ha
podido sentir, y la alegría de la certeza que ahora tiene de que Él siempre
permanece a tu lado.
Fue un regalo del Señor ver la fuerza que se trasmite
con un testimonio de Su Amor. Lo estamos viviendo cada día con las
repercusiones que nos llegan del libro del perdón, con las personas que
comparten con nosotras, y es nuestra propia experiencia.
Las obras que ha hecho el Señor contigo no son sólo
para ti, son también para los demás. Los testimonios despiertan en el otro sus
mismos sentimientos, porque, aunque hayamos pasado situaciones diferentes, si
tú has llorado, entiendes a otro cuando ha llorado, o cuando ha perdido un ser
querido, o cuando lo tiene todo pero le falta todo...
Él ha dejado certezas en tu corazón que nada ni nadie
pueden borrar, y que para ti son huella de que Él te ama. Esas certezas son las
que a mí y a muchos nos han llevado a buscarle de una manera Viva y real, y a
dejarnos encontrar por Él.
Hoy el reto del Amor es que compartas tu testimonio
con alguien. No se trata de forzar conversaciones, déjate sorprender: seguro
que la ocasión se presenta ante ti.
Otros lo hicieron contigo, ¿y tú? ¿Te dejarás llevar
por Él?
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma