“Si nuestras iniciativas en nombre de la paz deberían ayudar a las
poblaciones a permanecer en su patria, la situación actual nos llama a asistir
a los migrantes y a cuantos los atienden”
A los nuevos
embajadores que presentaron sus credenciales en el Vaticano, el Papa dijo que
es necesario mantener con firmeza la resolución de dar a conocer al mundo la
situación crítica de tantos seres humanos que viven “la tragedia de la
violencia y de la migración forzada para que a través de la nuestra se escuche
su voz, demasiado débil e incapaz de hacer resonar su grito”.
En este sentido
el camino de la diplomacia “nos ayuda a amplificar y transmitir este grito a
través de la búsqueda de soluciones a las muchas causas subyacentes del
conflicto actual”.
De esa búsqueda
forman parte los esfuerzos encaminados a “privar de las armas a quienes usan la
violencia, así como a poner fin al flagelo de la trata de personas y del
tráfico de drogas
que a menudo acompañan a este mal”.
“Si nuestras
iniciativas en nombre de la paz deberían ayudar a las poblaciones a permanecer
en su patria, la situación actual nos llama a asistir a los migrantes y a
cuantos los atienden”.
En la Sala
Clementina del Palacio Apostólico en el Vaticano, el Papa recordó a los
embajadores que su “presencia hoy aquí es un fuerte recordatorio de que, a
pesar de que nuestras nacionalidades, culturas y religiones puedan ser
diferentes, estamos unidos por una humanidad común y por la misión compartida
de cuidar de la sociedad y de la creación”.
El Santo Padre
explicó que “esta tarea se ha vuelto especialmente urgente dado que en el mundo
son tantas las personas que están sufriendo conflictos y guerras, migraciones,
desplazamientos forzados e incertidumbres causadas por las dificultades
económicas”.
“Estos
problemas requieren no solo que reflexionemos y discutamos sobre ellos sino
también que expresemos signos concretos de solidaridad con nuestros hermanos y
hermanas que atraviesan grandes necesidades”.
Para que esa
tarea solidaria sea eficaz, continuó, los esfuerzos deben apuntar a “la
búsqueda de la paz, en la que todo derecho natural individual y todo desarrollo
humano integral puedan ser ejercidos y garantizados”.
Eso requiere
una colaboración eficaz y coordinada que inste a los miembros de las diversas
comunidades a “convertirse ellos mismos en artesanos de la paz, promotores de
justicia social y defensores del respeto verdadero de nuestra casa común”.
El Papa afirmó
que esa labor se hace siempre más difícil porque el mundo cada vez está más
fragmentado y polarizado. “Muchas personas tienden a aislarse frente a la
dureza de la realidad Tienen miedo del terrorismo y de que la creciente
afluencia de migrantes cambie radicalmente su cultura, su estabilidad económica
y su estilo de vida”.
“Estos temores,
que entendemos y que no podemos dejar de lado a la ligera, deben ser abordados,
sin embargo, con sabiduría y compasión, de modo que los derechos y las
necesidades de todos sean respetados y sostenidos”.
“No debemos
permitir que malentendidos y temores hagan que flaquee nuestra determinación.
Al contrario, estamos llamados a construir una cultura de diálogo que nos
permita reconocer al otro como un interlocutor válido; que nos permita mirar al
extranjero, al emigrante, al que pertenece a otra cultura como sujeto digno de
ser escuchado, considerado y apreciado”, exhortó.
“Promoveremos
así una integración que respete la identidad de los migrantes y preserve la
cultura de la comunidad que los acoge, enriqueciendo al mismo tiempo a unos y a
otros. Esto es esencial”.
El Papa
Francisco indicó asimismo que “si prevalecen la incomprensión y el miedo, algo
de nosotros mismos se daña, nuestras culturas, la historia y las tradiciones se
debilitan, y la misma paz está en peligro”.
“Cuando, por el
contrario, favorecemos el diálogo y la solidaridad, tanto a nivel individual
como colectivo, experimentamos lo mejor de la humanidad y aseguramos una paz
duradera para todos, de acuerdo con el plan del Creador”.
“Los animo a
ser siempre mensajeros de la esperanza y la paz. Pienso, sobre todo en aquellos
cristianos y en aquellas comunidades que son numéricamente una minoría y sufren
persecución por su fe: les renuevo mi apoyo en la oración y mi solidaridad”,
exhortó el Pontífice.
Finalmente dijo
que “la Santa Sede se siente honrada de poder fortalecer con cada uno de
vosotros y con las naciones que representan un diálogo abierto y respetuoso y
una colaboración constructiva”.
Los nuevos
embajadores que presentaron hoy sus credenciales ante la Santa Sede son: Väino
Reinart, de Estonia; Michael Barth Kamphambe Nkhoma, de Malawi; Andreas B. D.
Guibeb, de Namibia; Thomas Selby Pillay, de Seychelles; Nopadol Gunavibool, de
Tailandia; y Muyeba Shichapwa Chikonde, de Zambia.
Fuente: ACI
Prensa