CANCIÓN 36
cavernas de
la piedra nos iremos,
que están bien escondidas;
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.
DECLARACIÓN
1. Una de las causas que más mueven al alma a desear
entrar en esta espesura de sabiduría de Dios y conocer muy
adentro en sus juicios, como habemos dicho, es por poder de allí venir a unir su entendimiento y conocer
en los altos misterios de la Encarnación del Verbo,
como a más alta y sabrosa sabiduría para ella;
a cuya noticia clara no se viene sino habiendo primero entrado en la espesura
que habemos dicho de sabiduría y experiencia de trabajos.
Y así, dice la esposa en esta canción que, después de haber
entrado más adentro en esta sabiduría y trabajos, irán a conocer
los subidos misterios de Dios y hombre, que están más subidos en sabiduría, escondidos
en Dios, y que allí se entrarán, engolfándose el alma
e infundiéndose en ellos, y gozarán y gustarán de ellos y
de las virtudes y atributos de Dios que por ellos se descubren en Dios, como
son justicia, misericordia, sabiduría. etc.
cavernas de
la piedra nos iremos.
2. La piedra que aquí dice es Cristo, según san Pablo dice a los Corintios (1 Cor. 10, 4): Petra autem erat Christus. Las subidas
cavernas son los subidos y altos misterios y profundos en sabiduría de Dios que hay en Cristo
sobre la unión hipostática de la
naturaleza humana con el Verbo divino; y la respondencia que hay de la unión de los hombres en Dios a ésta, y en las conveniencias
que hay de justicia y misericordia de Dios sobre la salud del género humano
en manifestación de sus
juicios; los cuales, por ser tan altos y tan profundos, bien propiamente se llaman subidas cavernas: subidas,
por la alteza de misterios; cavernas, por la hondura y profundidad de la sabiduría de ellos. Porque así como las
cavernas son profundas y de muchos senos, así cada misterio de los que hay
en Cristo es profundísimo en sabiduría, y tiene muchos senos de juicios suyos ocultos de predestinación y
presciencia en los hijos de los hombres. Por lo cual dice luego:
Que están bien escondidas.
3. Tanto,
que por más misterios y maravillas que han
descubierto los santos doctores y entendido las santas almas en este estado
de vida, les quedó todo lo más por decir, y aun por entender, y
así, mucho que ahondar en Cristo;
porque es como una abundante mina con muchos senos de tesoros, que, por más que
ahonden, nunca les hallan fin ni término; antes van en cada seno hallando nuevas venas de nuevas riquezas acá y allá. Que por eso
dijo san Pablo (Col. 2, 3)
del mismo Cristo, diciendo: In quo sunt omnes thesauri sapientiae et scientiae
Dei absconditi, que quiere decir: En Cristo
moran todos los tesoros y sabiduría de Dios escondidos.
En los cuales el alma no puede entrar ni puede llegar a ellos, si, como habemos dicho, no pasa primero y entra en la espesura del padecer exterior e interiormente y, después de haberla Dios hecho muchas otras mercedes intelectuales y sensitivas y habiendo precedido en ella mucho ejercicio espiritual; porque todas estas cosas son más bajas y disposiciones para venir a las subidas cavernas del conocimiento de los misterios de Cristo, que es la más alta sabiduría que en esta vida se puede alcanzar.
De donde, pidiendo Moisés (Ex. 33, 18n19) a Dios que
le mostrase su gloria, le respondió que no podría verla en
esta vida, mas que él le mostraría todo el bien, es a saber, que en esta vida se puede. Y
fue que, metiéndole en el
agujero de la piedra, que es Cristo, como habemos dicho, le mostró sus espaldas
(Ex 21n23), que fue darle conocimiento de los misterios de las obras suyas,
mayormente los de la Encarnación de su Hijo.
4. En
estos agujeros, pues, desea entrar bien el alma para absorberse y embriagarse y transformarse bien en el amor de la noticia de ellos, escondiéndose en el seno de su Amado. Y a estos agujeros la convida él en los
Cantares (Ct 2, 13n14) diciendo: Surge, propera, amica mea, speciosa
mea, et veni, columba mea, in foraminibus petrae, in caverna maceriae, que quiere decir: Levántate y date priesa, amiga mía, hermosa mía, y ven en
los agujeros de la piedra, y en la caverna de la cerca. Los cuales agujeros son las
cavernas que vamos diciendo; de las cuales dice aquí la esposa:
Y allí nos entraremos.
5. Allí, conviene a saber: en aquellas noticias de
misterios divinos nos entraremos. Y no dice
entraré yo sola, sino entraremos, es a saber, ella y el Amado, para dar a entender que esta obra
no la hace ella, sino el Esposo con ella; y allende de esto, por cuanto ya están Dios y el alma
unidos en uno en este estado de matrimonio espiritual de que vamos hablando, no hace el alma
obra ninguna a solas sin Dios.
entraré yo sola, sino entraremos, es a saber, ella y el Amado, para dar a entender que esta obra
no la hace ella, sino el Esposo con ella; y allende de esto, por cuanto ya están Dios y el alma
unidos en uno en este estado de matrimonio espiritual de que vamos hablando, no hace el alma
obra ninguna a solas sin Dios.
Y esto que dice allí nos entraremos, es tanto como decir: allí nos transformaremos en transformación de nuevas noticias y nuevos actos y comunicaciones de amor. Porque,
aunque es verdad que el alma, cuando dice esto, está ya transformada por causa del
estado ya dicho -.aunque, como habemos dicho, en sabiduría no se le añade nada-. no quita por eso que no pueda en este estado tener nuevas ilustraciones y
transformaciones de nuevas noticias y luces divinas; antes, son muy frecuentes
las iluminaciones de nuevos misterios que al alma comunica Dios en la
comunicación que siempre está hecha entre él y el alma;
y en sí mismo se lo comunica, y ella como de nuevo se entra en él según la noticia
de aquellos misterios que en él conoce, y en
aquel conocimiento de nuevo le ama estrechísima y
subidamente, transformándose en él según aquellas noticias nuevas. Y el
sabor y deleite que también entonces recibe de nuevo,
totalmente es inefable, del cual dice en el verso siguiente:
Y el mosto de granadas gustaremos.
6.
Las granadas significan los divinos misterios de
Cristo y altos juicios de Dios y las virtudes y
atributos que del conocimiento de éstos se conocen en Dios.
Porque, así como las
granadas tienen muchos granicos, todos nacidos y sustentados en aquel seno
circular, así cada virtud
y atributo y
misterio y juicio de Dios contiene en sí gran
multitud de granos de efectos y ordenaciones
maravillosas de Dios, contenidos y sustentados en el seno esférico o
circular de virtud y
misterio que pertenece a aquellos tales efectos. Y notamos aquí la figura circular o esférica de la
granada, porque cada granada entendemos aquí por una virtud y atributo de
Dios, el cual
atributo o virtud de Dios es el mismo Dios, el cual es significado por la
figura circular o esférica, porque no tiene principio ni
fin.
7.
El mosto, que dice que gustarán de estas granadas, es la fruición que, según se puede en
este estado, recibe el alma en la noticia y conocimiento de ellas y el deleite
de amor de Dios que gusta en ellas. Y así como de
muchos granos de las granadas un solo mosto sale, así de todas estas
maravillas y grandezas de Dios conocidas, sale y redunda una sola fruición y deleite de amor para
el alma, el cual ella luego ofrece a Dios con gran ternura de voluntad. Lo cual
ella en los Cánticos divinos (Ct 8, 2) prometió al Esposo, si él la metía en estas altas noticias,
diciendo: Ibi
me docebis, et dabo tibi poculum ex vino condito, et mustum malorum granatorum meorum, que
quiere decir: Allí me enseñarás y daréte yo a ti
bebida del vino adobado y el mosto de mis granadas; llamándolas suyas
aunque son de Dios, por habérselas él a ella
dado, y ella como propias las vuelve al mismo Dios. Y esto quiere
decir cuando dice: El mosto de granadas gustaremos;
porque gustándolo él, lo da a
gustar a ella, y, gustándolo ella, lo da a gustar a él, y así, es el gusto
común de entrambos.
Fuente: Portal Carmelitano