CANCIÓN 34
En soledad
vivía,
y en soledad
ha puesto ya su nido,
y en soledad
la guía
a solas su
querido,
también en soledad
de amor herido.
DECLARACIÓN
1. Va el Esposo prosiguiendo y dando a entender el contento que tiene
de la soledad que antes que llegase el alma a esta unión sentía, y el que le da la soledad que
de todas las fatigas y trabajos e
impedimentos ahora tiene, habiendo hecho quieto y sabroso asiento en su Amado, ajena
y libre de todas las cosas y molestia de ellas.
Y también muestra holgarse de que esa soledad que ya tiene el alma haya sido disposición para que
el alma sea ya de veras guiada y movida por el Esposo, la cual
antes no podía ser, por no
haber ella puesto su nido en soledad, esto es,
alcanzado hábito
perfecto y quietud de soledad, en la cual es ya movida y guiada a las cosas divinas del Espíritu de Dios.
Y no sólo dice que él ya la guía en esa soledad, sino que a solas lo hace él mismo, comunicándose a ella
sin otros medios de ángeles ni de hombres ni figuras ni formas, estando él también (como ella
está enamorada
de él) herido de
amor de ella en esta soledad y libertad de espíritu, que por
medio de la dicha soledad tiene, porque ama él mucho la
soledad. Y así, dice:
En soledad vivía.
2. La dicha
tortolilla, que es el alma, vivía en soledad antes que hallase al
Amado en este estado de unión; porque al alma que desea a
Dios, de ninguna cosa la compañía le hace consuelo ni compañía, antes, hasta hallarle, todo la hace y causa más soledad.
Y en soledad
ha puesto ya su nido.
3. La
soledad en que antes vivía era querer carecer por su Esposo
de todos los bienes del mundo, según habemos dicho de la
tortolilla, procurando hacerse perfecta, adquiriendo perfecta soledad en que se viene a la unión del Verbo y, por
consiguiente, a todo refrigerio y descanso; lo cual es aquí significado
por el nido que aquí dice, el cual significa descanso y reposo.
Y así, es como si
dijera: en esa soledad en que antes vivía, ejercitándose en ella con trabajo y angustia, porque no estaba perfecta, en ella
ha puesto su descanso ya y refrigerio, por haberla ya adquirido perfectamente en Dios.
De donde, hablando espiritualmente David (Sal. 83, 4) dice: Etenim passer invenit sibi domum, et
turtur nidum ubi reponat pullos suos, que quiere decir: De verdad que el pájaro halló para sí su casa, y la tórtola nido donde criar sus pollicos; esto es, asiento en Dios donde satisfacer sus apetitos y potencias.
Y en soledad
la guía.
4. Quiere decir: en esa soledad que el alma tiene de
todas las cosas en que está sola con Dios, él la guía y mueve y
levanta a las cosas divinas, conviene a saber: su entendimiento a las inteligencias divinas, porque ya está solo y desnudo de otras
contrarias y peregrinas inteligencias; y su voluntad mueve libremente al amor de Dios, porque ya está sola y libre de otras afecciones; y llena su memoria de divinas noticias, porque también está ya sola y vacía de otras imaginaciones y fantasías. Porque, luego que el alma
desembaraza estas potencias y las vacía de todo lo inferior y de la
propiedad de lo superior, dejándolas a solas sin ello, inmediatamente se las emplea Dios en lo invisible y divino, y es Dios el que la
guía en esta soledad; que es lo que dice san Pablo (Rm.
8, 14) de los perfectos: Qui spiritu Dei aguntur, etc., esto es: Son movidos del Espíritu de Dios, que es lo mismo que
decir: En soledad la guía
A solas su
querido.
5. Quiere decir: que no sólo la guía en la
soledad de ella, mas que él mismo a solas es el que obra en ella sin otro algún medio. Porque ésta es la
propiedad de esta unión del alma con Dios en matrimonio
espiritual: hacer Dios en ella y comunicarse por si solo, no ya por medio de ángeles como antes, ni por medio de
la habilidad natural. Porque los sentidos exteriores e interiores y todas las criaturas, y aun la
misma alma, muy poco hacen al caso para ser parte en recibir estas grandes mercedes sobrenaturales que Dios hace en este
estado; no caen en habilidad y obra natural y diligencia del alma, él a solas lo
hace en ella. Y la causa es porque la halla a solas, como está dicho, y así no la quiere dar otra compañía, aprovechándola y fiándola de otro que de si solo. Y
también es cosa conveniente, que, pues
el alma ya lo ha dejado todo y pasado por todos los medios subiéndose sobre
todo a Dios, que el mismo Dios sea la guía y el medio para si mismo. Y,
habiéndose el alma
ya subido en soledad de todo sobre todo, ya todo no le aprovecha ni sirve para más subir sino
el mismo Verbo Esposo, y él está tan enamorado de
ella, que él a solas es el que se las quiere
hacer. Y así, dice luego:
6. Porque en haberse el alma quedado a solas de todas las cosas por
amor de él,
grandemente se enamora él de ella en esa soledad, también como ella se enamoró de él en la soledad, quedándose en
ella herida de amor de él. Y así, él no quiere
dejarla sola, sino que él, también herido de amor de ella en la
soledad que por él tiene, él solo la guía a solas,
entregándosele a si mismo, cumpliéndole sus deseos, lo cual él no hiciera
en ella si no la hubiera hallado en soledad.
Por lo cual el mismo Esposo dice
del alma por el profeta Oseas (Os 2, 14): Ducam illam in solitudinem, et loquar
ad cor eius, que quiere decir: Yo la guiaré a la
soledad, y allí hablaré al corazón de ella. Y por esto que dice que hablará a su corazón, se da a
entender el darse a sí mismo a ella; porque hablar al
corazón es satisfacer al corazón, el cual no se satisface con menos que Dios.
Fuente: Portal Carmelitano