Cena de amigos
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
¡¡Entramos de lleno en la Semana Santa, la semana grande!! Hoy comienza el
Misterio de nuestra salvación.
La lógica de Cristo es diferente a nuestra lógica... Estos días anteriores,
en el Novi, cuando en los colegios comenzaban las vacaciones, nosotras
intensificamos las horas de clase. ¡Y es una auténtica gozada! Han sido días de
empaparnos del Señor, de "nadar" en este Misterio, para ahora vivir a
tope estos días tan especiales.
Acabamos de empezar la oración de la mañana. Tras saludar al Señor, he
comenzado a dar vueltas a lo que ocurrirá esta tarde. He abierto el Evangelio:
«Ardientemente he deseado comer esta comida pascual con vosotros.»
¿Te has fijado en lo que nos dice el Señor hoy? ¡¡Habla de "ardiente
deseo"!! ¿No son éstas palabras de enamorado?
Y continúa:
«Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.»
Amigos...
Hace poco leí que esta palabra tiene dos sentidos. Uno activo:
"aquellos que te aman". Y otro, mucho más profundo, pasivo: amigos
son... "aquellos que son amados por ti". Esta noche, en el momento de
la traición, Jesús llamará "amigo" a Judas, no porque Judas lo amase,
¡¡sino porque Jesús lo amaba a él!!
«Dios nos demostró su amor en que, siendo nosotros todavía pecadores,
Cristo murió por nosotros.» (Rm 5, 7-8)
Hoy el reto del amor es visitar esta noche al Señor. Es la Hora Santa.
Cristo esta noche vela por ti. Él quita todo el peso que hay sobre tus hombros,
los momentos de angustia, de soledad... y los carga sobre sus hombros. No te
pregunta, lo hace porque te ama, porque tú eres "su amigo", porque
quiere verte feliz. Y te espera ardientemente... Te invito a sentarte a su lado
esta noche. Pon tu cabeza en su pecho y escucha su corazón, desbordándose de
amor por ti. ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma