CANCIÓN 8
Mas, ¿cómo
perseveras,
¡oh vida!, no viviendo donde
vives,
y haciendo porque mueras
las flechas que recibes,
de lo que
del Amado en ti concibes?
DECLARACIÓN
1. Como
el alma se ve morir de amor, según acaba de decir, y que no se
acaba de morir, para poder gozar del amor con libertad, quéjase de la duración de la vida
corporal, a cuya causa se le dilata la vida espiritual.
Y así, en esta canción habla con
la misma vida de su alma, encareciendo el
dolor que le causa; y el sentido de la canción es el siguiente: vida de mi alma, ¿cómo puedes perseverar en esta vida de cuerpo, pues te es muerte y
privación de aquella vida
verdadera de tu Dios, en que tú más
verdaderamente que en el cuerpo vives por esencia, amor y deseo? Y ya que esto no
fuese causa para que salieses del cuerpo de esta muerte (Rm. 7, 24) para gozar y vivir la vida de tu Dios, ¿cómo todavía puedes perseverar en el cuerpo, pues son bastantes solo por sí para acabarte la vida las heridas que recibes de amor de las grandezas que se te comunican de parte del Amado, y
del vehemente amor que te causa lo que de él sientes y
entiendes, que son toques y heridas que de amor matan? Síguese el verso:
Mas ¿cómo
perseveras,
¡oh vida! no viviendo dónde vives?
2. Para cuya inteligencia es de saber que el alma más vive en lo
que ama que en el cuerpo donde anima, porque en el cuerpo ella no tiene su vida, antes ella la
da al cuerpo, y ella en lo que ama
vive. Pero allende de esta vida de amor, por el cual vive el alma en cualquiera cosa que ama, natural y radicalmente tiene
el alma su vida en Dios, como también todas las cosas criadas, según aquello que dice san Pablo (Act. 17, 28): In ipso vivimus, movemur
et sumus, que es
tanto como decir: En Dios tenemos nuestra vida y nuestro movimiento y nuestro ser. Y san Juan (Jn 1, 3n4) dice:
Quod factum est, in ipso vita erat, esto es: Todo lo que fue hecho, era vida en Dios.
Y como el alma ve que tiene su vida natural en
Dios por el ser que en él tiene, y también su vida espiritual por el amor con que le ama, quéjase porque persevera
todavía en vida
corporal, porque la impide de vivir de veras donde de veras tiene su vida por esencia y por amor,
como habemos dicho. En lo cual es grande el encarecimiento
que el alma aquí hace, porque da a entender que padece en dos contrarios, que son: vida natural en cuerpo y
vida espiritual en Dios, que son contrarias en sí; y, viviendo ella en entrambas, por fuerza ha de
tener gran tormento, pues la vida natural le es a ella como muerte, pues
la priva de la espiritual en que ella tiene empleado todo su ser, vida y
operaciones por el amor y el afecto.
Y para dar más a entender el rigor de esta vida, dice luego:
Y haciendo
porque mueras las flechas que recibes.
3. Como si dijera: y demás de lo
dicho, )cómo puedes
perseverar en el cuerpo, pues por sí
solo bastan a quitarte la vida los toques de amor (que eso entiende por flechas) que en tu
corazón hace el Amado? Los cuales toques de tal manera fecundan el alma y el corazón de
inteligencia y amor de Dios que se puede bien decir que concibe de Dios, según lo que dice
en el verso siguiente, es a saber:
solo bastan a quitarte la vida los toques de amor (que eso entiende por flechas) que en tu
corazón hace el Amado? Los cuales toques de tal manera fecundan el alma y el corazón de
inteligencia y amor de Dios que se puede bien decir que concibe de Dios, según lo que dice
en el verso siguiente, es a saber:
De lo que del Amado en ti
concibes,
4. es
a saber, de la hermosura, grandeza y sabiduría y virtudes
que de él entiendes.