En búsqueda y captura
Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Típico momento de estrés. Tenía que grapar varios
documentos para llevárselos a Lety, quedaban sólo cinco minutos para que fuese
la hora de vísperas y... efectivamente, la grapadora había desaparecido.
A toda velocidad, recorrí la sala.
-¡¿Será posible?! -iba refunfuñando- ¡¿Cómo podemos
ser tan desastres?! Pero si el otro día subí la grapadora de la sala de
trabajo... ¡tendría que haber aquí dos! ¡Y no encuentro ninguna! Habría que
bautizar esta sala como "la-traga-grapadoras"...
Los minutos se agotaban. Ya había mirado en todas
partes, excepto... ¡en su sitio! Y, efectivamente, ahí estaban. En mi defensa
diré que ha habido redistribución de zonas en la sala y no había memorizado los
cambios...
"¡Ay, Señor!", dije a modo de saludo al
empezar la oración, "menos mal que a ti siempre sé dónde
encontrarte..."
Y de pronto caí en la cuenta de que Jesús se ha
buscado "su sitio", un lugar donde puedas encontrarle siempre, sin andar
revolviendo toda la sala... ¡el Sagrario!
Él nos ha prometido: «Estaré con vosotros todos los
días hasta el fin del mundo», ¡y el que es la Verdad no puede mentir! «Esto es
mi Cuerpo»... ¡y lo tenemos para nosotros!
Cristo siempre te está buscando, lucha por tu
felicidad... y quiso que, cuando le buscases tú a Él, siempre le encontrases, y
descubrieses que ya te estaba esperando.
Hoy el reto del amor es buscar un Sagrario. Dedícale
unos minutos, pídele ojos de niño capaces de reconocerle. Es el mismo que
caminaba por Galilea... Y, si a lo largo del día no localizas alguna cosa, o se
ha perdido justo lo que necesitabas, y empiezas a ponerte nervioso... ¡mira a
Cristo! Sabes dónde encontrar la Paz... y, con Él, buscarás de otra manera:
pidiendo ayuda a los demás y preguntando... ¡antes de poner toda la sala patas
arriba! ¡Feliz domingo!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas Lerma
