Imitar sus gestos de amor y de
misericordia es un poco como perpetuar su presencia en este mundo
El Papa Francisco presidió, en la mañana del pasado domingo, desde el balcón del estudio
pontificio el rezo del Ángelus, dedicado a la Fiesta de Todos los Santos que se
celebra hoy.
Antes de orar, el Santo Padre destacó que existen personas santas cuyo
ejemplo se debe imitar y afirmó que la vocación a la santidad está en vivir la
gracia del Bautismo e imitar a Jesús.
Los santos que hoy recordamos son aquellos que han vivido en la gracia
de su Bautismo, han conservado íntegro el ‘sello’ comportándose como hijos
de Dios, buscando imitar a Jesús; y ahora han alcanzado la meta, porque
finalmente ‘ven a Dios como es’.".
“¿Somos conscientes de este don?”, se preguntó. “¿Recordamos que en el
Bautismo hemos recibido el ‘sello’ de nuestro Padre celeste y somos sus
hijos?”. “Por decirlo de una forma sencilla, llevamos el apellido de Dios,
nuestro apellido es Dios porque somos hijos de Dios”, agregó.
Francisco subrayó que los santos “son ejemplos a imitar”. “No sólo los que
han sido canonizados, sino los santos, por decir así, ‘de la puerta de al
lado’, que, con la gracia de Dios, se han esforzado en practicar el
Evangelio en lo ordinario de su vida”.
Y como ellos “quizás hemos encontrado alguno en la familia, o entre los
amigos y conocidos”. “¡Cuántas personas buenas hemos conocido y conocemos! Y
decimos: ‘esta persona es un santo’, nos viene decirlo espontáneamente”.
“Tenemos que serles agradecidos, y sobre todo debemos ser agradecidos a
Dios que nos los ha donado, que nos los ha puesto cerca, como ejemplos vivos y
contagiosos del modo en el que vivir y morir en la fidelidad al Señor Jesús
y a su Evangelio”.
“Imitar sus gestos de amor y de misericordia es un poco como perpetuar su
presencia en este mundo”, afirmó Francisco.
“En efecto, estos gestos evangélicos son los únicos que resisten a la
destrucción de la muerte: un acto de ternura, una ayuda generosa, un tiempo
pasado que escuchar, una visita, una buena palabra, una sonrisa…”.
El Papa señaló que quizás “a nuestros ojos estos gestos pueden parecer
insignificantes, pero a los ojos de Dios son eternos, porque el amor y la
compasión son más fuertes que la muerte”.
Hoy “sentimos particularmente viva la realidad de la comunión de los
santos, nuestra gran familia, formada por todos los miembros de la Iglesia, sea con los que
todavía peregrinan en la tierra o con aquellos que ya la han dejado por el Cielo”. “Estamos todos
unidos, y a esto se le llama la ‘comunión de los santos’, es decir, la
comunidad de todos los bautizados”.
El Papa explicó que en el Libro del Apocalipsis se recuerda que los santos
“son personas que pertenecen totalmente a Dios” y se les presenta “como a una
multitud inmensa de ‘elegidos’, vestidos de blanco y marcados por el
‘sello de Dios’”.
De esta manera se subraya “que los santos pertenecen a Dios de modo
pleno y exclusivo, son su propiedad”. Antes de orar, el Santo Padre pidió a la
Virgen María “Reina de Todos los Santos que nos ayude a confiar siempre de la
gracia de Dios, para caminar con entusiasmo sobre la vía de la santidad”.
“A nuestra Madre confiamos nuestro empeño cotidiano y rezamos también por
nuestros queridos difuntos, en la íntima esperanza de volvernos a encontrar un
día, todos juntos, en la comunión gloriosa del Cielo”.
Fuente: Aciprensa