TOMAR LA CRUZ: LA ACTITUD DEL CRISTIANO PARA TODO EL AÑO

Nos quejamos con frecuencia de las dificultades de la vida, y cuando las comparamos con la cruz de otro cristiano, nos damos cuenta de que Dios sabe lo que hace

DedMityay

Estamos avanzando hacia el final del año civil. Inevitablemente volteamos hacia atrás en el tiempo que hemos vivido y recordamos lo bueno y lo malo. Sobre todo esto último. La tentación de la queja aflora cuando viene a la mente "la cruz que nos ha tocado vivir", pero cuando conocemos la de otro cristiano - o no cristiano -, entendemos que Dios no se equivoca.

Una actitud para todo el año

Y es que cuando se acerca el fin del año civil, entramos en la dinámica de los propósitos para los siguientes doce meses. Por supuesto, nadie piensa en que vendrán dificultades - ¿quién no las tiene? - sino que planeamos con optimismo las metas a lograr.

Entonces, cuando llegan los inesperados problemas inmediatamente nos rebelamos porque los proyectos no han salido como queremos. Obviamente, estas situaciones no están anunciadas en ningún calendario. Simplemente ocurren.

Es en ese momento en el que tendremos que recordar que cada quien tiene una cruz "a la medida" y adoptar una actitud de confianza en la providencia divina, no solamente en Adviento, Navidad o Cuaresma, sino todo el año.

Perder para ganar

Durante la catequesis del Ángelus del 19 de junio de 2016 , el Papa Francisco explicaba:

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame" (Mt 16, 24) . No se trata de una cruz ornamental, o de una cruz ideológica, sino que es la cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor —por los padres, los hijos, la familia, los amigos, también por los enemigos—, la cruz de la disponibilidad para ser solidarios con los pobres, para comprometerse por la justicia y la paz.

El Santo Padre destacó también que:

Asumiendo esta actitud, estas cruces, siempre se pierde algo. No debemos olvidar jamás que "quien perderá la propia vida [por Cristo], la salvará". Es un perder para ganar.

A cada quien su cruz

Aunque a veces nos parezca que el peso de la cruz nos vence, bastaría con compararla con la de otros hermanos que cargan con enfermedades, pérdidas económicas, muertes de familiares, tragedias comunitarias... si pensamos en que nuestra realidad no está exenta de problemas, pero es distinta, comprenderemos que Dios no nos da más de lo que podemos sobrellevar.

Por eso, el Papa Francisco nos anima:

 "Jesús, mediante su Espíritu Santo, nos da la fuerza para ir hacia adelante en el camino de la fe y del testimonio: actuar de acuerdo con lo que creemos; no decir una cosa y hacer otra. Y en este camino la Virgen siempre está cerca nuestro y nos precede: dejémonos tomar de la mano por ella, cuando atravesamos los momentos más oscuros y difíciles".

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia