La alegría de la Navidad dependerá de cómo vivamos la temporada de Adviento
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| Dominio público |
“El Adviento significa tiempo para prepararse para la Navidad: el
nacimiento de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. La alegría de la Navidad
depende de la intensidad con la que vivimos la temporada de Adviento”, escribe
el padre Broom en Catholic Exchange.
Su consejo principal es vivir
este Adviento “como si fuera el último de nuestras vidas: ¡de hecho podría
ser!” Pues Jesús, constantemente, nos recuerda que estemos alertas, despiertos,
listos y preparados para su venida, “porque no sabemos el día ni la hora”.
Las cinco sugerencias para
santificar el Adviento que hace el padre Broom son las siguientes:
Practicar
el silencio. Hay
que recordar al profeta Elías y su experiencia con Dios en el silencio de la
montaña. Tras eliminar el ruido innecesario de tu vida, busca los minutos para
guardar silencio. Eso significa, también desconectarse de todo tipo de
“contaminación acústica”.
Hacer
oración. Tienes
que encontrar más tiempo para orar en esta temporada santa. La Iglesia anima a
sus fieles a intensificar en el Adviento la vida de oración. Las formar de orar
son muchas y muy variadas: la Liturgia de las Horas, los Salmos, hacer una Hora
Santa, la Lectio Divina, en la Santa Misa; orar lentamente, hacer examen de
conciencia, rezar el Santo Rosarios, contemplar el Misterio (el Belén o Nacimiento)
… Incluso, leer un buen libro sobre la oración.
Servir
a los pobres. Tal
vez en esta temporada de Adviento puedas encontrar la forma de servir a los
pobres. Recuerda que Jesús se manifiesta a sí mismo en ellos. Santa Teresa de
Calcuta dijo que “debemos descubrir a Jesús en el disfraz angustioso de los
pobres”. Lee en Mateo 25: 31-46 la parábola del Juicio Final. Ahí el Señor dice
en nuestro juicio estará basado en la manera en cómo tratamos a los pobres. Y
nunca olvidar que “la caridad comienza en casa”.
Frecuentar
la Santa Misa en Adviento. Intenta
ir a la Santa Misa todos los días del Adviento. Si ya asistes a Misa diaria, da
un paso o dos más allá de lo que estás haciendo. Trata de llegar antes para
prepararte mejor; procura traer a miembros de tu familia, a algún amigo, para
que puedan encontrarse con Jesús en la Eucaristía.
Imita
a Nuestra Señora. En
el libro clásico mariano escrito por San Luis María Grignon de Monfort “La
Devoción a María”, exalta las diez virtudes de la Virgen que debes querer
imitar, y más aún en esta temporada de Adviento: humildad profunda, fe viva,
obediencia ciega, oración incesante, abnegación constante, superior pureza,
amor ardiente, paciencia heroica, bondad angelical y sabiduría celestial.
“¿Por qué no elegir una o dos de
estas virtudes de María, suplicar por su intercesión la gracia de imitarlas y
luego, durante el Adviento, hacer un esfuerzo concertado para vivir estas
virtudes más plenamente en tu vida? María es el camino más corto, más rápido y
más fácil para llegar al Corazón de Jesús”, termina diciendo el Padre Ed Broom
OSV
Jaime
Septién
Fuente:
Aleteia
