NEOS, Asamblea
por la Vida y One of Us denuncian una directiva que «pronuncia explícitamente
por primera vez la palabra “aborto” en una legislación europea»
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| Foto: Wikicommons |
Lo que en
principio formaría parte de la lucha de la Unión Europea contra
la violencia contra las mujeres se estaría convirtiendo en una excusa
para colar por primera vez el supuesto derecho al
aborto en la normativa de la UE.
Así lo han
denunciado en un comunicado conjunto la fundación NEOS, la Asamblea por la Vida y
la Federación
Europea One of Us, al hilo de la directiva 2024/1385 de
la UE, que «incluye el aborto como parte de la respuesta institucional a la
violencia contra las mujeres», y lo hace de un modo «tramposo y
torticero».
Para Ana
del Pino, coordinadora territorial de la fundación NEOS y miembro del
equipo de coordinación de la Asamblea por la Vida, «es la primera vez que se
pronuncia explícitamente la palabra aborto en una legislación europea».
—¿Qué
contenido tiene en relación con el aborto el proyecto de la directiva
2024/2385?
—Lo que se produce ahora es una revisión de una directiva ya existente que
tenía aspectos positivos porque refuerza los servicios ofrecidos a las víctimas
de violencia doméstica. La cuestión es que se ha incluido el aborto como
parte de esos servicios, que en principio están destinados a víctimas de
violencia sexual y de género, pero de forma indirecta se extiende a
todo tipo de víctimas.
—¿Quién está
impulsando este nuevo proceso legislativo en Europa?
—El proceso ha sido liderado por co-rapporteurs en el
Parlamento Europeo, del grupo popular europeo y Renew Europe. Estos
últimos —con una clara agenda abortista— son los que han promovido activamente
la inclusión de este término. Esta iniciativa forma parte de una estrategia
legislativa más amplia para armonizar la lucha contra la violencia de género en
la UE, pero la adición del aborto se presenta como una maniobra
inesperada y ajena a los objetivos iniciales de protección y
prevención de la violencia doméstica, sexual, mutilación genital o matrimonios
forzados.
Desgraciadamente, el Grupo
del Partido Popular Europeo (PPE), dividido en su voto, no solo no han
evitado la aprobación, sino que han apoyado la redacción finalmente acordada,
pasando incluso por encima de otros grupos políticos en su seno que no han
tomado unánimemente la decisión de incluir el aborto en esta directiva.
—¿Qué
supondría para la causa provida la aprobación de esta directiva?
—Sin duda, pone las cosas muy difíciles. Si se ha cedido en esta primera
batalla, ya no podemos estar seguros de que no se vaya a volver a ceder en el
futuro. Es un cambio absoluto porque ya no solo se cede a las
políticas de la cultura de la muerte, sino que parece que se ha comenzado a
promoverlas activamente.
Además, el que
sea la primera vez que en un texto de la Unión Europea aparece la palabra
«aborto» es también una cuestión simbólica: impulsa la idea de que
el aborto es un servicio sanitario más a ofrecer dentro de la Unión
Europea.
—¿Qué pasos
hay por delante para evitarlo?
—El texto tendría que volver a llevarse al pleno, pero esto es ya muy difícil
pararlo. Lo único que podría hacerlo sería bloquear la directiva en su
conjunto, pero el problema es que la directiva tiene cosas buenas y
necesarias. El texto debe someterse todavía a votación en el pleno del
Parlamento Europeo. La clave radicaría en una enmienda específica que retire
esos elementos incluidos sin comprometer el resto del marco
protector.
Por eso es
todavía más indignante que no haya sido parado por parte de los grupos que
podrían hacerlo, y en su lugar han decidido negociar con el derecho a la vida.
Es triste que una directiva que combate la violencia contemple de manera
expresa un acto tan violento como el que se hace
a la madre y el que se hace a ese niño que lleva dentro
Juan Luis Vázquez
Díaz-Mayordomo
Fuente: Alfa y
Omega