En el vuelo de regreso del Líbano a Roma, León XIV se reúne con los periodistas y habla del papel de la Santa Sede, que trabaja «entre bastidores» en las negociaciones de paz para que las partes depongan las armas.
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En cuanto a
Ucrania, destaca la implicación de Europa y la importancia del posible papel de
Italia. Responde a una pregunta sobre cómo reaccionó ante la elección en el
cónclave y sobre su espiritualidad: entregar la vida a Dios y dejar que sea él
«el jefe».
«En primer lugar, quiero dar las gracias a todos los que han trabajado tanto. Me gustaría que transmitieran este mensaje también a los demás periodistas, tanto en Turquía como en el Líbano, que han trabajado para comunicar los importantes mensajes de este viaje. Todos ustedes también merecen un fuerte aplauso por este viaje». Así saludó el Papa León XIV a los 81 periodistas presentes en el vuelo de regreso de Beirut a Roma y respondió a las preguntas de algunos de ellos, hablando en inglés, italiano y español.
El
viaje, Oriente Medio, la guerra en Ucrania, la presencia de Europa en las
negociaciones de paz, la situación de Venezuela... Estos fueron algunos de los
temas abordados por el Pontífice, que recibió como regalo de un corresponsal
libanés un cuadro pintado a mano en directo por televisión, en estos mismos
días, que lo retrata a él y a los lugares simbólicos visitados en el país de
los cedros.
Joe Farchakh
(LBC International): Usted es un Papa estadounidense que está liderando un
proceso de paz. Mi pregunta es si utilizará sus contactos con el presidente
Donald Trump y con el primer ministro Benjamin Netanyahu. En el avión dijo que
el Vaticano es amigo de Israel. ¿Planteará la cuestión de detener la agresión
de Israel contra el Líbano? ¿Es posible una paz sostenible en la región?
En primer
lugar, sí, creo que es posible una paz sostenible. Creo que cuando hablamos de
esperanza, cuando hablamos de paz, cuando miramos hacia el futuro, lo hacemos
porque es posible que la paz vuelva a llegar a la región y llegue a su país, el
Líbano. De hecho, ya he mantenido algunas conversaciones con algunos de los
líderes de los países que ha mencionado y tengo la intención de seguir
haciéndolo, personalmente o a través de la Santa Sede, porque el hecho es que
tenemos relaciones diplomáticas con la mayoría de los países de la región y,
sin duda, sería nuestro deseo seguir elevando este llamamiento a la paz del que
he hablado al final de la misa de hoy.
Imad Atrach
(Sky News Arabia): En su último discurso había un claro mensaje a las
autoridades libanesas para que negociaran. Negociar, dialogar, construir. ¿Hará
el Vaticano algo concreto en este sentido? Anoche se reunió con un
representante chiíta. Antes de su viaje, Hezbolá le envió un mensaje, no sé si
lo recibió, si lo leyó. ¿Qué nos puede decir al respecto? Muchas gracias por
visitar el Líbano, era un sueño para nosotros.
Un aspecto de
este viaje que no fue el motivo principal, porque el viaje surgió pensando en
cuestiones ecuménicas, con el tema de Nicea, el encuentro con los patriarcas
católicos y ortodoxos y la búsqueda de la unidad en la Iglesia. Pero, de hecho,
durante este viaje también tuve encuentros personales con representantes de
diferentes grupos que representan a autoridades políticas, personas o grupos
que tienen algo que ver con los conflictos internos o incluso internacionales
en la región. Nuestro trabajo no es principalmente algo público que declaramos
en las calles, sino que se desarrolla un poco entre bastidores. Es algo que ya
hemos hecho y seguiremos haciendo para convencer a las partes de que dejen las
armas, la violencia, y se sienten juntas a la mesa del diálogo. Buscar
respuestas y soluciones que no sean violentas, pero que puedan ser más
eficaces.
(El
mensaje de Hezbolá)
Sí, lo he
visto, evidentemente hay una propuesta por parte de la Iglesia para que dejen
las armas y busquemos el diálogo. Pero más allá de esto, prefiero no hacer
comentarios en este momento.
Cindy Wooden
(CNS): Santo Padre, hace unos meses dijo que hay mucho que aprender para ser
Papa. Cuando llegó ayer a Harissa, con una cálida bienvenida, tenía la
expresión de alguien que dice: «¡Guau!». ¿Puede decirnos qué está aprendiendo?
¿Qué es lo más difícil de aprender para ser Papa? Y usted nunca nos ha dicho
nada sobre lo que sintió en el cónclave cuando quedó claro lo que estaba
pasando. ¿Puede decirnos algo al respecto?
Bueno, mi primer comentario es que hace solo uno o dos años yo también pensaba en jubilarme algún día. Evidentemente, usted ha recibido este regalo, mientras que algunos de nosotros seguiremos trabajando (una broma en referencia al hecho de que su colega se jubilará en diciembre, n.d.e.). En cuanto al cónclave, creo firmemente en el secreto del cónclave, aunque sé que ha habido entrevistas públicas en las que se han revelado algunas cosas. El día antes de ser elegido, le dije a una periodista que me había parado por la calle que había ido a comer con los agustinos. Y ella me preguntó: «¡Se ha convertido en uno de los candidatos! ¿Qué opina al respecto?». Y yo simplemente respondí: «Todo está en manos de Dios». Y lo creo profundamente.
Uno de ustedes, que es periodista alemán, me dijo aquí el otro día: «Dígame un libro, además de San Agustín, que podamos leer para entender quién es Prevost». Hay muchos, pero uno de ellos es un libro que se llama «La práctica de la presencia de Dios». Es un libro muy sencillo, de alguien que ni siquiera firma con su apellido, el hermano Lawrence, escrito hace muchos años. Pero describe un tipo de oración y espiritualidad en la que uno simplemente entrega su vida al Señor y permite que el Señor lo guíe. Si quieren saber algo sobre mí, sobre lo que ha sido mi espiritualidad durante muchos años, en medio de grandes desafíos, viviendo en Perú durante los años del terrorismo, siendo llamado al servicio en lugares en los que nunca pensé que sería llamado a servir.
Confío
en Dios y este mensaje es algo que comparto con todas las personas. Entonces,
¿cómo fue? Me rendí cuando vi cómo iban las cosas y dije que esto podría
hacerse realidad. Respiré hondo y dije: aquí estamos, Señor, tú eres el jefe,
tú guías el camino.
No sé si dije
«guau» anoche (en Harissa). En el sentido de que mi rostro es muy expresivo,
pero a menudo me divierte cómo los periodistas interpretan mi rostro. Es
interesante, a veces saco grandes ideas de ustedes, porque creen que pueden
leer mis pensamientos o mi rostro. No siempre tienen razón. Estuve en el
Jubileo de los jóvenes, había más de un millón de jóvenes allí. Anoche había
una pequeña multitud. Para mí siempre es maravilloso. Pienso para mí mismo:
«Estas personas están aquí porque quieren ver al Papa», pero luego me digo:
«Están aquí porque quieren ver a Jesucristo» y quieren ver a un mensajero de
paz, especialmente en este caso. Por lo tanto, solo sentir su entusiasmo y
escuchar su respuesta a ese mensaje es impresionante. Solo espero no cansarme
nunca de apreciar todo lo que estos jóvenes están mostrando.
Gian Guido
Vecchi (Corriere della Sera): Son horas de gran tensión entre la OTAN y Rusia,
se habla de guerra híbrida, perspectivas de ciberataques y cosas por el estilo.
¿Ve usted el riesgo de una escalada, de un conflicto llevado a cabo con nuevos
medios como lo denunciado por los líderes de la OTAN? Y, en este clima, ¿puede
haber una negociación para una paz justa sin Europa, que ha sido
sistemáticamente excluida por la presidencia estadounidense en estos meses?
Este es un tema evidentemente importante para la paz en el mundo, pero la Santa Sede no participa directamente porque no somos miembros de la OTAN, ni de todos los diálogos mantenidos hasta ahora. Aunque muchas veces hemos pedido el alto el fuego, el diálogo y no la guerra. Y una guerra con muchos aspectos, ahora incluso con el aumento de las armas, toda la producción que hay, los ciberataques, la energía. Ahora que llega el invierno, hay un problema grave allí.
Es evidente que, por un lado, el presidente de los Estados Unidos cree
que puede promover un plan de paz que le gustaría llevar a cabo y que, al menos
en un primer momento, no cuenta con Europa. Sin embargo, la presencia de Europa
es importante y esa primera propuesta se modificó también por lo que Europa
estaba diciendo. Concretamente, creo que el papel de Italia podría ser muy
importante. Cultural e históricamente, Italia tiene la capacidad de actuar como
mediadora en un conflicto entre diferentes partes. También Ucrania, Rusia,
Estados Unidos... En este sentido, podría sugerir que la Santa Sede fomente
este tipo de mediación y que busquemos juntos una solución que realmente pueda
ofrecer paz, una paz justa, en este caso en Ucrania.
Elisabetta
Piqué (La Nación): Gracias, Santo Padre, por este primer viaje internacional,
ante todo. Después, bueno, la bandera del Líbano tiene los mismos colores de la
bandera del Perú. ¿Es una señal de, se va a hacer este viaje a América Latina,
teóricamente en la segunda mitad del año próximo junto a Argentina y Uruguay
que quedaron pendientes? No, fuera de broma, queríamos preguntarle qué viajes
está preparando para el año que viene realmente. Y después, hablando de América
Latina, está preocupando muchísimo, hay muchísima tensión por lo que está
pasando en Venezuela. Hay un ultimátum del Presidente Trump a Maduro para que
se vaya, para que deje el poder, y una amenaza a derrocarlo con una operación
militar. Queríamos preguntarle qué piensa al respecto. Gracias.
En cuanto a los
viajes, no hay nada seguro, espero hacer un viaje a África. Posiblemente sea el
próximo viaje.
¿A dónde?
África, África.
Personalmente, espero ir a Argelia para visitar los lugares de San Agustín,
pero también para poder continuar el diálogo, la construcción de puentes entre
el mundo cristiano y el mundo musulmán. Ya en el pasado, en otra ocasión, tuve
la oportunidad de hablar sobre este tema. Es interesante, la figura de San
Agustín ayuda mucho como puente porque en Argelia es muy respetado como hijo de
la patria. Ese es uno. Luego, hay algún otro país, pero estamos trabajando en
ello. Evidentemente, me gustaría mucho visitar América Latina, Argentina y
Uruguay, que están esperando la visita del Papa. Perú, creo que me recibirán, y
si voy a Perú también muchos países vecinos, pero el proyecto aún no está
definido.
Sobre
Venezuela, a nivel de la Conferencia Episcopal, con el nuncio, estamos buscando
maneras para calmar la situación, buscar sobre todo el bien del pueblo porque,
muchas veces, quien sufre en estas situaciones es el pueblo, no son las
autoridades. Las voces que vienen de Estados Unidos cambian y con cierta
frecuencia, a veces, hay que ver. Por un lado, parece que ha habido una
conversación por teléfono de los dos presidentes. De otro lado, hay ese
peligro, esa posibilidad de que haya alguna actividad, alguna operación,
incluso invadiendo territorio de Venezuela. Yo no sé más, yo de nuevo creo que
es, digamos, mejor buscar maneras de diálogo, quizás presión, incluso presión
económica, pero buscando otra manera para cambiar, si es lo que decide hacer
Estados Unidos.
Mikail Corre
(La Croix): Gracias por este interesante viaje. Usted ha dicho que hay que
seguir tendiendo puentes entre mundos diferentes. Me gustaría preguntarle:
algunos católicos de Europa creen que el Islam es una amenaza para la identidad
cristiana de Occidente. ¿Tienen razón o qué les diría usted?
Todas las conversaciones que he mantenido estos días, tanto en Turquía como en el Líbano, incluidas las que he tenido con varios musulmanes, se han centrado en el tema de la paz y el respeto por las personas de diferentes religiones. Sé que no siempre ha sido así. Sé que en Europa hay muchos miedos, pero la mayoría de las veces son generados por personas que están en contra de la inmigración y que intentan mantener fuera a las personas que pueden venir de otro país, de otra religión, de otra raza. Y en este sentido, me gustaría decir que todos necesitamos trabajar juntos.
Una de las cosas positivas de este viaje es haber
llamado la atención del mundo sobre la posibilidad de que el diálogo y la
amistad entre musulmanes y cristianos sean posibles. Creo que una de las
grandes lecciones que el Líbano puede enseñar al mundo es precisamente mostrar
una tierra en la que el islam y el cristianismo están presentes y se respetan
mutuamente, y en la que existe la posibilidad de convivir y ser amigos. Las
historias y los testimonios que hemos escuchado en estos dos últimos días son
de personas que se ayudan unas a otras. Cristianos y musulmanes, ambos han
visto destruidas sus aldeas, por ejemplo, y nos decían que podemos estar juntos
y trabajar juntos. Creo que esta es una lección importante que debemos escuchar
en Europa y Norteamérica. Quizás deberíamos tener un poco menos de miedo y
buscar formas de promover un diálogo auténtico y el respeto.
Anna
Giordano (Ard Radio): La Iglesia en el Líbano también cuenta con el apoyo de la
Iglesia en Alemania. Por ejemplo, hay algunas agencias de ayuda alemanas
activas en el Líbano. Desde este punto de vista, es importante que la Iglesia
en Alemania siga siendo una Iglesia fuerte. Como seguramente sabe, hay un
camino sinodal, Synodaler Weg, un proceso de cambio de la Iglesia
en Alemania, que está avanzando. ¿Cree que este proceso puede ser una forma de
fortalecer la Iglesia o es al contrario? ¿Y por qué?
El camino
sinodal no es el único en Alemania, toda la Iglesia ha celebrado un sínodo y la
sinodalidad en los últimos años. Hay grandes similitudes, pero también algunas
diferencias marcadas entre cómo se ha llevado a cabo el Synodaler
Weg en Alemania y cómo podría continuar mejor en la Iglesia Universal.
Por un lado, me gustaría decir que hay espacio para el respeto de la
inculturación. El hecho de que en un lugar la sinodalidad se viva de una manera
y en otro se viva de otra manera no significa que tenga que haber una ruptura o
una fractura. Creo que es muy importante recordar esto. Al mismo tiempo, me
temo que muchos católicos en Alemania creen que ciertos aspectos del camino
sinodal celebrados hasta ahora en Alemania no representan sus esperanzas para
la Iglesia o su forma de vivir la Iglesia.
Por lo tanto,
es necesario un mayor diálogo y escucha dentro de la propia Alemania, para que
ninguna voz quede excluida, para que la voz de los más poderosos no silencie la
voz de aquellos que pueden ser muy numerosos, pero que no tienen un lugar donde
hablar y ser escuchados. De este modo, se garantizará que sus propias voces y
expresiones de participación en la Iglesia sean escuchadas.
Al mismo
tiempo, como seguramente saben, el grupo de obispos alemanes se ha reunido en
los últimos años con un grupo de cardenales de la Curia romana. También allí se
está llevando a cabo un proceso para tratar de garantizar que el Camino sinodal
alemán no se aleje, por así decirlo, de lo que debe considerarse un camino de
la Iglesia universal. Estoy seguro de que continuará. Creo que habrá algunos
ajustes por ambas partes en Alemania, pero espero sinceramente que las cosas se
resuelvan de manera positiva.
Rita
El-Mounayer (Sat-7 International): Somos cuatro canales cristianos diferentes
de radiodifusión en Oriente Medio y el norte de África, dos en árabe, uno en
farsi y otro en turco. En primer lugar, me gustaría darle las gracias por
dedicar su tiempo al pueblo libanés. Yo misma soy hija de la guerra y sé lo que
significa recibir un abrazo de Su Santidad, una palmada en la espalda y que te
digan que todo irá bien. Lo que me ha impresionado es su lema «In Illo
Uno Unum». Este lema habla de tender puentes entre las diferentes
confesiones cristianas, entre las religiones e incluso entre vecinos, lo que a
veces puede resultar un poco difícil. Desde su punto de vista, ¿qué don único
puede ofrecer la Iglesia en Oriente Medio —con todas sus lágrimas, sus heridas,
sus desafíos y su historia pasada— a la Iglesia en Occidente y al mundo?
Me gustaría empezar diciendo que hoy en día las personas han crecido en una sociedad muy individualista. Los jóvenes, que han pasado mucho tiempo (ante el ordenador, n.d.e.) durante la pandemia del Covid y que a menudo tienen relaciones personales muy aisladas, porque solo se comunican a través de pantallas de ordenador o teléfonos inteligentes, a veces se preguntan: «¿Por qué deberíamos querer ser uno? Yo soy un individuo y no me interesan los demás». Y creo que aquí hay un mensaje muy importante que transmitir a todas las personas: la unidad, la amistad, las relaciones humanas, la comunión son extremadamente importantes y extremadamente valiosas. Si no por otra cosa, por el ejemplo que usted ha citado de alguien que ha vivido la guerra o ha sufrido y está sufriendo, lo que puede significar para él un abrazo. Esa expresión muy humana, real y sana de cuidado personal para sanar el corazón de otra persona.
A nivel personal, esto puede convertirse en un nivel comunitario que nos une a
todos y nos ayuda a comprendernos y respetarnos mutuamente, yendo mucho más
allá del simple: «Tú mantente alejado, yo me quedo aquí, tú quédate allí y no
interactuemos». Significa, en cambio, construir relaciones que enriquezcan a
todas las personas. Con este mensaje, sin duda, mi lema es gracias a Cristo «in
Illo» es «en Cristo, que es uno, todos somos uno». Pero no es solo para los
cristianos. En realidad, es una invitación a todos nosotros y a los demás a
decir que cuanto más logremos promover la auténtica unidad y comprensión, el
respeto y las relaciones humanas de amistad y diálogo en el mundo, mayor será
la posibilidad de que dejemos a un lado las armas de la guerra, que dejemos a
un lado la desconfianza, el odio y la animosidad que tan a menudo se han
desarrollado, y que encontraremos la manera de unirnos y promover la auténtica
paz y justicia en todo el mundo. Buen viaje a todos y gracias a todos.
Fuente: Vatican News
