La tecnología "podría perturbar el proceso de duelo"

Crédito: Generado por un sistema de
Inteligencia Artificial (IA)en Shutterstock
Las
aplicaciones que prometen ayudar a recrear versiones digitales de familiares
fallecidos mediante inteligencia artificial (IA) representan un "peligro
espiritual" para los católicos y otras personas que podrían usar la
tecnología en lugar de un duelo sano, según los expertos.
La empresa de
inteligencia artificial 2wai desató una polémica en redes sociales en noviembre
pasado tras revelar su aplicación homónima, la cual permitirá a los usuarios
crear versiones digitales de sus seres queridos utilizando grabaciones de video
y audio.
El cofundador
de la aplicación, Calum Worthy, afirmó en una
publicación viral en X que la tecnología podría permitir que
"los seres queridos que hemos perdido formen parte de nuestro
futuro". Su publicación la acompaña con un video que muestra a una familia
interactuando continuamente con la proyección digital de una madre y abuela
fallecida, incluso años después de su muerte.
La presentación
de la aplicación recibió elogios de algunos comentaristas tecnológicos, aunque
también hubo considerables reacciones negativas. Muchos críticos la denunciaron
como "vil", "demoníaca" y "aterradora", mientras que
otros predijeron que la aplicación se usaría con fines macabros, como usar a
familiares fallecidos para promocionar anuncios en internet.
La
tecnología "podría perturbar el proceso de duelo".
2wai no
respondió a las solicitudes de comentarios sobre la controversia, aunque el
director ejecutivo de la compañía, Mason Geyser, declaró
a The Independent que el anuncio pretendía ser
"polémico" deliberadamente para "provocar este tipo de debate en
línea".
El propio
Geyser afirmó que considera la aplicación como una herramienta para usar con
sus hijos y ayudar a preservar los recuerdos de generaciones anteriores, más
que como un medio para tener una relación con un avatar de inteligencia
artificial. "La veo... como una forma de transmitir algunos de esos buenos
recuerdos que tuve con mis abuelos", afirmó.
No está claro
si una aplicación de este tipo es compatible con la comprensión católica de la
muerte, ni con temas más difusos como el duelo. El P. Michael Baggot, profesor
asociado de bioética en el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum, reconoció que
los avatares de IA "podrían potencialmente recordarnos ciertos aspectos de
nuestros seres queridos y ayudarnos a aprender de sus ejemplos".
Sin embargo,
estas réplicas digitales "no pueden capturar toda la riqueza del ser
humano encarnado", afirmó, y corren el riesgo de "distorsionar el
legado del difunto" al inventar conversaciones e interacciones que escapan
a su control.
Líderes
católicos han destacado con frecuencia tanto la pesada carga del duelo como su
poder redentor. En 2020, el
Papa Francisco reconoció que el duelo es "un camino
amargo", pero puede "servir para abrirnos los ojos a la vida y al
valor sagrado e irremplazable de cada persona", a la vez que nos ayuda a
comprender "lo corto que es el tiempo".
Por su parte,
el Papa León XIV le dijo en octubre a
un padre afligido que quienes lloran la muerte de un ser querido
deben "permanecer conectados con el Señor, atravesando el mayor dolor con
la ayuda de su gracia". La Resurrección, afirmó, “no conoce el desánimo ni
el dolor que nos aprisiona en la extrema dificultad de no encontrarle sentido a
nuestra existencia”.
Brett Robinson,
director asociado del Instituto McGrath para la Vida Eclesial de la Universidad
de Notre Dame, advirtió que existe un “peligro espiritual” en la tecnología
que, en apariencia, resucita a seres queridos.
La tecnología
no es un producto neutral, afirmó, sino que “tiene una profunda capacidad para
moldear nuestra percepción de la realidad, independientemente del contenido que
se muestre”.
“En el caso de
la representación de seres queridos fallecidos, nos encontramos con un caso en
el que las concepciones previas sobre la identidad, la vitalidad y la presencia
se están reconfigurando a través de la tecnología”, afirmó.
“Si alguien que
ya no existe en forma humana, cuerpo y alma, puede ser ‘resucitado’ a partir de
un archivo de los rastros digitales de su vida, ¿con quién o qué nos estamos
relacionando realmente?”, preguntó.
Robinson
argumentó que las tecnologías actuales evocan siglos anteriores, “cuando el
cosmos estaba lleno de presencia: la presencia de Dios, de ángeles, de demonios
y de magia”.
El problema,
dijo, es que la “nueva magia” de la tecnología moderna “está divorciada del
cosmos jerárquico y ordenado de la creación y del reino espiritual”.
Donna MacLeod
ha trabajado en el ministerio de duelo durante décadas. Empezó a participar en
la terapia católica para el duelo tras la muerte de su hija menor en 1988. El
ministerio funerario evolucionó a Seasons
of Hope, un programa de apoyo al duelo para católicos que “se
centra en el aspecto espiritual del duelo por la muerte de un ser querido”.
MacLeod explicó
que el programa es de “hospitalidad y espiritualidad” y surge en una comunidad
intensa de personas que sufren de duelo.
“Construye
comunidades parroquiales”, afirmó. “Las personas descubren que no están solas.
Eso es muy importante para quienes están de duelo; muchas personas se sienten
muy solas en su pérdida”.
“Y la sociedad
espera que todos avancemos”, continuó. “Pero el duelo tiene su propio ritmo.
Quienes están de duelo empiezan a comprender que el Señor está con ellos y que
realmente se preocupa por ellos. Al final, hay esperanza y sanación”.
“Es hacer lo
que Cristo nos pide: acompañarnos en momentos difíciles”, dijo.
Respecto a la
tecnología de avatares con inteligencia artificial, MacLeod reconoció que
quienes han perdido a un ser querido consideran una “prioridad fundamental”
buscar la conexión con el fallecido.
“La gente dice:
‘No voy a quitar la voz de mi ser querido de mi contestador automático’”, dijo.
“O hay gente que graba videos de reuniones familiares para poder volver a ver a
sus seres queridos”.
“Todos buscamos
seguir conectados con nuestros seres queridos”, dijo. “Está relacionado con
nuestra fe católica y la comunión de los santos: la gente siente esta conexión
espiritual con sus seres queridos”.
MacLeod se
describió a sí misma como indecisa sobre cómo las aplicaciones de avatares de
IA podrían afectar a las personas. Podría haber "riesgos emocionales y
psicológicos al interactuar con versiones de IA de seres queridos",
admitió, aunque afirmó que muchos usuarios "podrían mirarlo, pero no
obsesionarse", a menos que tengan problemas de salud mental subyacentes.
Pero "la
dificultad radica en que algunas personas se quedan atrapadas en la etapa de
negación", afirmó. Quienes sufren un duelo pueden desesperarse en tales
circunstancias, afirmó, y a veces recurren a medios como médiums o psíquicos,
que MacLeod señaló que la Iglesia prohíbe explícitamente.
No está claro
si los avatares de IA entran o no en esa categoría prohibida. El Catecismo de
la Iglesia Católica prohíbe expresamente cualquier intento de "evocar a
los muertos". El uso de médiums o clarividentes "encubre un deseo de
poder sobre el tiempo, la historia y, en última instancia, sobre otros seres
humanos", afirma la Iglesia. Baggot afirmó que aplicaciones como 2wai
"recopilan datos sobre el difunto sin preservarlo".
Argumentó
además que los avatares de IA "también podrían perturbar el proceso de
duelo al enviar señales ambiguas sobre la supervivencia del difunto".
Robinson, por
su parte, reconoció que es "bueno querer conectar con los seres queridos
fallecidos", lo que, según señaló, hacemos "litúrgicamente a través
de la oración y los homenajes que honran a las almas que nos son
queridas".
Sin embargo,
advirtió contra los "creadores tecnocráticos de complejas máquinas
computacionales que se están volviendo indistinguibles de la magia".
Afirmó que
dicha tecnología altera "el orden espiritual" de maneras
"desordenadas y desvinculadas de las formas rituales que sustentan la
religión y nuestra creencia de que nuestro destino eterno reside en Dios en el
cielo y no en una base de datos".
Traducido y
adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.
Por Daniel Payne
Fuente: ACI Prensa