Alrededor de 25.000 personas se dieron cita la noche de este sábado en el auditorio Miguel Ríos de Madrid para asistir al recital de Hakuna Group Music
![]() |
Un momento del concierto. Foto: Hakuna Group Music |
Alrededor de
25.000 personas se dieron cita la noche de este sábado en el auditorio
Miguel Ríos de Rivas-Vaciamadrid para cantar casi al unísono durante más
de dos horas una consecución de Era la primera vez que hacían un concierto así
de multitudinario. El 6 de enero de 2024 el grupo colgó el cartel de entradas
agotadas en el WiZink Center de Madrid con 17.000 personas, así que, en esta
ocasión, han batido un nuevo récord. «Estamos nerviosos para que nada falle»,
decía una de los 90 cantantes que durante la noche pisaron el
escenario. Porque esa es una de las características de este grupo musical
nacido al albor de Hakuna, la «familia eucarística», como ellos mismos se
definen, que nació de la mano del sacerdote José Pedro Manglano a raíz de la
Jornada Mundial de Río de Janeiro en 2013. Son una familia.
Y como familia
eucarística, el backstage del grupo católico de moda consistía en
varias salas llenas de enseres que arropaban a la joya de la corona; una
capilla con el Santísimo expuesto donde los cantantes, de rodillas, esperaban
la hora de salir a darse un baño de masas. Los nervios pudieron aplacarse
porque nada falló; la profesionalización va copando más y más las actuaciones
de estos jóvenes anónimos que comparten su arte para dar gloria a Dios y no a
sí mismos.
En la pista y
las gradas de un amplísimo espacio al aire libre, los miles de asistentes
iluminaron con sus linternas del móvil la noche del norte de Madrid, con la
presencia del obispo de la diócesis de Alcalá de Henares, Antonio Prieto —a la
que pertenece Rivas, localidad que no se había visto antes en ocasión como esta
de reunir a miles de católicos orando dos veces—. Entre la multitud,
congregaciones de monjas; sacerdotes con jóvenes de las tres diócesis y con la
presencia de los tres delegados responsables de la juventud de la Provincia
Eclesiástica; familias al completo con los niños en brazos dormitando a partir
de las 23:00 horas y chavales, sobre todo muchísimos chicos y chicas en grupos
numerosos que recitaban a pies juntillas las letras de su grupo favorito. «Hakuna Music Group somos los que estamos en el
escenario. Es lo único que nos diferencia del resto de Hakuna, que sois todos
vosotros también», dijo uno de los miembros del grupo desde el escenario.
Uno de los
sacerdotes que acompaña a los jóvenes explicó durante una pequeña intervención
cuánto agrada a Dios la alabanza, tan repetida en los salmos de los que
beben la mayoría de las letras de Hakuna Group Music. La noche de este sábado,
entre literalmente un despliegue de fuegos artificiales, drones captando cada
detalle de lo sucedido, confeti y luces de todos los colores, Madrid rezó
junta, dos veces.
Cristina Sánchez Aguilar
Fuente:
Alfa Omega