LA EDUCACIÓN INFANTIL SE REBELA CONTRA SU DESAPARICIÓN

El sector ha firmado una declaración conjunta en la que se reclama una «financiación justa» y actuar contra ludotecas y madres de día. «Las reglas del juego tienen que ser iguales para todos», pide

Foto: Archcor/Valerio Merino

«Clave». Es la palabra que utiliza Alejandra Álvarez, que tiene 20 años de experiencia como maestra y psicopedagoga infantil, cuando Alfa y Omega le pregunta por la importancia de la Educación Infantil de 0 a 3 años para el desarrollo de los niños. «Es un momento en el que adquieren competencias afectivas, motrices, cognitivas y sociales que resultan importantes para su vida futura».

Es la misma tesis que ha estudiado en los últimos años James Heckman, premio Nobel de Economía, que se ha dedicado a analizar la relación entre la desigualdad social y la primera infancia. Según este profesor de Economía de la Universidad de Chicago, los niños a esa edad tienen un cerebro muy maleable y pueden aprender gran cantidad de mecanismos que son fundamentales para la vida en general, como el autocontrol, la motivación o la atención.

De esta forma, invertir en ella no solo es bueno para el alumno en concreto, sino que, además, «tiene un alto retorno económico y social: reduce el fracaso escolar, aumenta la productividad futura y reduce el gasto público en los ámbitos de sanidad, servicios sociales y justicia», explican de forma unánime las organizaciones patronales y sindicales del sector —apoyándose en el estudio de Heckman— en una declaración conjunta con la que han querido salir «en defensa» de una etapa esencial para el desarrollo del niño. A pesar de ello, en España han desaparecido el 25 % de los centros privados en los últimos cinco años, lamentan.

Falta de financiación

Se trata de una etapa educativa reconocida por ley, pero voluntaria y que además tiene la competencia de las guarderías públicas. «El problema es que los centros que dependen de la Administración están habitualmente colapsados», señala Luis Centeno, secretario general adjunto de Escuelas Católicas (EC). En el de Alejandra Álvarez, por ejemplo, se quedaron sin plaza el último año un total de 619 niños; una situación que obliga a las familias a acudir a la educación privada.

A pesar de ello, la financiación pública no llega a este tipo de centros. Lo denuncia Centeno durante la entrevista con Alfa y Omega. Pone de ejemplo los fondos Next Generation de la UE, que ha aportado «muchísimo dinero» a los países «para fomentar la gratuidad en la etapa de 0 a 3 años». Sin embargo, «en España esos fondos solo se han canalizado hacia la escuela pública y pensamos que es un error, porque aquí los padres tienen reconocida la libertad de elección de centro».

Haría falta una «financiación justa», reclaman las entidades firmantes de la declaración, que ayudara también a paliar la baja natalidad. Al final, «menos niños son menos matrículas. Y hay menos niños, entre otras muchas cosas, por la falta de ayudas a la conciliación». De esta forma, la gratuidad universal que piden «sería una medida que contribuiría a la mejora» en este campo, «lo que a su vez ayudaría a incrementar la natalidad». El círculo se cerraría con el «aumento de las matrículas y con el crecimiento económico asociado a la natalidad», detalla el secretario general adjunto de EC.

Competencia desleal

Otro perjuicio económico que tienen que superar las guarderías privadas es la «competencia desleal» de madres de día o ludotecas. «Actúan y se publicitan como centros educativos autorizados, al amparo de una licencia municipal de apertura», pero «sin cumplir con la normativa ni sus garantías», denuncia la declaración. «Las reglas del juego tienen que ser iguales para todos», apunta Centeno. «No puede ser que nosotros tengamos marcada hasta la ratio de niños y que la Administración no diga nada, por ejemplo, de las madres de día, a pesar de que llevamos años advirtiendo de la irregularidad total de esta práctica, que incluso puede poner en riesgo a los pequeños».

Frente a estas situaciones, Centeno —en representación de EC— y el resto de entidades reclaman «una mesa sectorial de la educación infantil en la que poder abordar junto con la Administración todos estos problemas».

José Calderero de Aldecoa

Fuente: Alfa y Omega