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maxbelchenko | Shurrerstock |
En un mundo lleno de opciones frenéticas y decisiones impulsivas,
el Papa León XIV nos anima a hacer una pausa, a prestar atención a nuestros
pensamientos, emociones y acciones, y a discernir los caminos que nos acercan a
Cristo.
Su oración es un trayecto espiritual:
invoca al Espíritu Santo como "luz de nuestro entendimiento" y
"aliento suave en nuestras decisiones", para que podamos
"discernir los caminos escondidos de nuestro corazón" y abrazar
"la alegría del Evangelio", incluso entre dudas y cansancio.
Dejarnos guiar por Dios
Este mes, el Papa nos propone un método práctico. Su petición incluye un proceso
tangible—orar, reflexionar, estudiar la Palabra, dejarse acompañar
espiritualmente—que busca ayudarnos a evitar lo que nos aleja de la fe y a
vivir con mayor libertad cristiana.
Así, la intención de julio se
convierte en una invitación profunda: no solo saber decidir, sino ser formados
para decidir desde la fe.
Discernir
los caminos del corazón
En efecto, el ritmo de vida tan
acelerado que llevamos, nos impide detenernos y analizar realmente lo que Dios
quiere para nuestra vida, de modo que, debemos tomar un momento y preguntarnos
con claridad: ¿Qué es lo que Dios quiere para nosotros?
Rechazar todo lo que nos aleja de Dios
Dice el santo padre que todas y cada una de nuestras decisiones
deben llevarnos a la alegría del Evangelio. De ahí la importancia de formar
nuestra capacidad de discernimiento para alejarnos de aquello que no nos
conduce a Dios.
El Papa advierte que, aunque en muchas
ocasiones no será fácil y en el camino habrá dudas e incluso cansancio, debemos
estar dispuestos a empezar de nuevo.
Y cuando encontremos la paz que anhela
nuestro corazón, tendremos la certeza de que habremos tomado la desición
correcta apesar de los retos.
A continuación, te compartimos la
oración que el Vicario de Cristo nos propone para este mes de julio, la cual
puedes orar y meditar cada día en tu corazón.
Espíritu Santo, luz de nuestro
entendimiento,
dulce aliento en nuestras decisiones,
dame la gracia de escuchar atentamente
tu voz
para discernir los secretos caminos de
mi corazón,
a fin de captar lo que realmente es
importante para ti
y liberar mi corazón de sus
aflicciones.
Te pido la gracia de aprender a
detenerme
para tomar conciencia de mi manera de
actuar,
de los sentimientos que habitan en mí,
de los pensamientos que me invaden,
y que, muchas veces, no logro
reconocer.
Deseo que mis elecciones
me conduzcan a la alegría del
Evangelio.
Aunque deba atravesar momentos de duda
y cansancio,
aunque tenga que luchar, reflexionar,
buscar y comenzar de nuevo…
Porque, al final de cuentas,
tu consuelo es el fruto de la decisión
correcta.
Concédeme conocer mejor qué es lo que
me mueve,
para rechazar aquello que me aleja de
Cristo,
y así más amarlo y servirlo.
Amén.
Karen Hutch
Fuente: Aleteia