BUSCAR DESGRACIAS AJENAS EN LAS REDES VA CONTRA LA CARIDAD

El popular pasatiempo de las redes sociales pierde su inocuidad cuando el morbo por las desgracias ajenas nos convierte en espectadores que faltan a la caridad

Worranan Junhom

Las redes sociales llegaron para quedarse. Sin darnos cuenta, nos hemos dejado envolver en las publicaciones -o posts- que se hacen virales cuando se divulgan situaciones bochornosas o desgracias ajenas y se pone peor cuando, movidos por el morbo, buscamos mayor información. Y la caridad, ¿en dónde queda?

Morbo y chisme

El Papa Francisco en muchas ocasiones alertó en contra del chisme, que va de la mano con el morbo. En el último discurso de Navidad a la Curia Romana insistió:

"Algunas veces he hablado de la murmuración. Es un mal que destruye la vida social, hace enfermar el corazón de la gente y no lleva a ningún sitio. El pueblo lo dice muy bien: 'son discursos vacíos'".

Lamentablemente, las redes sociales están cargadas de chismes de todo tipo. Desde las "noticias" que son malas en su mayoría, hasta los comentarios que las personas dejan en las publicaciones.

Porque hoy cualquier persona se arroga el derecho de dar su opinión, ya sea escrita o en video, sobre los asuntos que deberían ser privados y que se ventilan sin pudor o de muertes, accidentes y situaciones que causan dolor a la familia de los involucrados.

La consecuencia lógica es que, ya sea que se trate de una persona común, un gobernante o una figura pública, genera un morbo insano que provoca la búsqueda de detalles sobre lo que aconteció al prójimo, y no precisamente para orar por él, sino para satisfacer la curiosidad.

Pero recordemos que las redes sociales no hacen distinciones y quien se afilia a alguna de ellas, debe entender que pierde su privacidad.

Cuidar lo que vemos en las redes por caridad

Dice el apóstol Santiago:

"... nadie puede dominar la lengua, que es un flagelo siempre activo y lleno de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor, nuestro Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen la bendición y la maldición" (Stgo 3, 8-10) .

Es muy importante que detectemos cuando caigamos en el vicio del morbo y que nos detengamos antes de querer averiguar y comentar, pues va de por medio nuestra salud espiritual y la de los hermanos afectados.

Y entendamos que, aunque no sean cercanos a nosotros, debemos actuar con respeto ante el dolor o la vergüenza ajena, porque nadie está exento de atravesar por una situación desagradable y de que alguien más lo exhiba en las redes sin su consentimiento - lamentablemente - .

Pero sobre todo, actuemos con caridad. Dios nos pedirá cuentas de cada palabra inútil y nos premiará cada obra buena que hagamos a los demás, por eso, seamos amables y compasivos con todos y no consumamos ni fomentemos los contenidos basura que puedan poner en riesgo nuestra alma.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia