A veces puede
ser difícil reconocer los movimientos del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Esto puede deberse a nuestro estado espiritual actual, o simplemente a que
nunca nos enseñaron a identificar la acción del Espíritu Santo.
El Espíritu
Santo puede actuar en nosotros de diversas maneras, pero al mismo tiempo,
muchos santos han reconocido el carácter particular del Espíritu Santo.
Ligero, muy
ligero
San Cirilo de Jerusalén expone su pensamiento sobre la
identificación de los movimientos del Espíritu Santo en una instrucción
catequética que escribió y que se incluye en el Oficio de
Lecturas:
El Espíritu
viene suavemente y se da a conocer por su fragancia. No se le siente como una
carga, porque es ligero, muy ligero. Rayos de luz y de conocimiento fluyen ante
él cuando se acerca.
Desde el punto
de vista de San Cirilo, el Espíritu Santo no nos abate, sino que nos eleva. El
Espíritu Santo es como el viento, que sopla suavemente en nuestra alma.
San Cirilo
explica también cómo el Espíritu Santo es un amigo:
El Espíritu
viene con la ternura de un verdadero amigo y protector para salvar, curar,
enseñar, aconsejar, fortalecer, consolar. El Espíritu viene a iluminar primero
la mente de quien lo recibe, y luego, a través de él, también las mentes de los
demás
Esto
corresponde al nombre del Espíritu Santo como "Abogado", alguien que
está de nuestro lado y desea que tengamos éxito en cualquier cosa buena que
hagamos en la tierra.
El Espíritu
Santo aporta claridad
Además, San
Cirilo también cree que el Espíritu Santo es el que aporta claridad a los
pensamientos:
Así como la luz
ilumina los ojos de un hombre que sale de las tinieblas a la luz del sol y le
permite ver con claridad cosas que antes no podía discernir, así la luz inunda
el alma del hombre considerado digno de recibir el Espíritu Santo y le permite
ver cosas más allá del alcance de la visión humana, cosas hasta ahora
inimaginables.
Si alguna vez
sientes el calor de la inspiración del Espíritu Santo, conocerás su acción por
la paz y la claridad que recibes.
Esto no
significa que no serás susceptible a influencias externas, o que Satanás no
intentará hundirte en la desesperación, sino que cuando sientas esa ternura en
tu alma, puedes estar seguro de que es el Espíritu Santo.
Como con todas
las cosas, asegúrate de llevar estas experiencias a un consejero espiritual de
confianza para que te ayude a discernir mejor la acción del Espíritu Santo.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia