En un comunicado de prensa, la institución reafirma su compromiso con la salvaguardia de los vulnerables y la promoción de una cultura eclesial de justicia y compasión
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En una
audiencia privada celebrada este jueves 5 de junio en el Vaticano, el Papa León
XIV recibió por primera vez a los miembros de la Pontificia Comisión para
la Protección de Menores (PCTM), el organismo creado por el Papa Francisco
en 2014 para asesorar al Pontífice en la promoción de políticas de salvaguardia
en toda la Iglesia.
Según lo
expresó la institución en un comunicado de prensa, la reunión fue “un momento
significativo de reflexión, acción de gracias y renovación del compromiso
inquebrantable de la Iglesia con la salvaguardia de los niños y las personas
vulnerables”.
Durante el
encuentro, la Comisión informó al Santo Padre sobre el estado y los avances de
varias de sus iniciativas clave, incluyendo el Proyecto Memorare, un programa
de formación diseñado para apoyar a las Iglesias locales —especialmente en el
Sur Global— en su compromiso con la protección de los menores y la atención a
las víctimas de abusos.
Este programa
se estructura en torno a tres pilares: la creación de infraestructuras de
prevención, la capacitación y el acompañamiento en la aplicación de protocolos
de seguridad, y la promoción de redes intercontinentales para compartir
conocimientos y fomentar una cultura eclesial de protección, transparencia y
comunicación efectiva. El proyecto es adaptable a cada realidad local,
respetando su autonomía, pero brindando apoyo esencial para que todas las
jurisdicciones eclesiales, sin importar sus recursos, puedan cumplir con su
deber de proteger a los más vulnerables.
Otro eje
central del diálogo fue el Informe Anual 2024, definido por la PCTM como una
“piedra angular” de su misión. Este informe, encargado por el Papa Francisco en
2022, tiene como objetivo evaluar la capacidad de respuesta de las iglesias
locales en materia de salvaguardia, proporcionando recomendaciones prácticas
ajustadas a las realidades específicas de cada región.
La edición de
este año se centra especialmente en el concepto de Justicia Conversional,
abordado desde la perspectiva de las reparaciones. En este marco, se está
desarrollando un nuevo vademécum sobre reparaciones, fruto de un estudio
teológico-pastoral y de la recopilación de datos sobre prácticas actuales de
reparación en la Iglesia universal. El documento se basa en las experiencias
vividas por víctimas y sobrevivientes, y busca orientar a las Iglesias locales
a responder con justicia y compasión.
El informe
también ha incorporado importantes mejoras metodológicas. Entre ellas, se
destaca la ampliación del grupo de discusión con víctimas y sobrevivientes,
incluyendo aportes directos de personas de las cuatro regiones representadas
por la Comisión.
Asimismo, los
datos eclesiales por país han sido complementados con información del proceso
de revisión del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas,
respondiendo así a la creciente demanda de transparencia basada en fuentes
externas. En ese sentido, la Comisión subrayó su colaboración continua con
socios de la ONU para mejorar el acceso a datos confiables sobre la prevalencia
de abusos, y llamó a otras instituciones —también fuera de la Iglesia— a
invertir en mejores sistemas de recopilación de datos que permitan adoptar
medidas más fundamentadas.
Durante la
audiencia, la entidad reafirmó su compromiso con la unidad y la colegialidad de
sus miembros. En una carta firmada tras la Asamblea Plenaria de marzo de 2025,
se subrayó “la necesidad de continuidad en nuestro mandato, gobernanza y
métodos de trabajo”, al tiempo que se afirmó la independencia del organismo y
su papel como asesor de confianza del Santo Padre.
“Expresamos
también nuestra gratitud a los Dicasterios de la Curia Romana por su creciente
colaboración, e invitamos a seguir trabajando juntos en este ministerio vital”,
añade la nota oficial.
La institución
espera presentar al Papa, antes de fin de año, el Marco de Directrices
Universales finalizado. Mientras tanto, reafirma su misión de “escuchar,
caminar con las víctimas y los sobrevivientes, y apoyar a todas las comunidades
eclesiales en sus esfuerzos por salvaguardar con compasión a todo el pueblo de
Dios”.
Sebastián
Sansón Ferrari
Ciudad del
Vaticano
Fuente: Vatican News