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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Un intenso
destello atravesó las rendijas del estor que cubre mi ventana. Tan fuerte como
rápido, tan luminoso y a la vez fugaz. Entonces comencé la cuenta: 1, 2, 3, 4,
5… ¡CROMM! Llegó el estruendo del rayo que había caído.
¿Quién no ha
hecho alguna vez esa cuenta? Dicen que, si se cuentan los segundos desde que se
ve el rayo hasta que se escucha el ruido, se puede saber, más o menos, a
cuántos kilómetros de distancia está el foco de la tormenta. No sé si esta
información será muy exacta, pero de alguna forma lo hemos podido comprobar,
porque Lerma es una zona de fuertes tormentas eléctricas, y más de una vez
hemos estado en el epicentro de la tormenta. Ver la luz y escuchar el sonido
sin tener tiempo ni de alcanzar a contar 1.
Hemos podido
ver y cerciorarnos de lo que nos explicaban en esas clases de ciencias: la
velocidad de la luz es mayor que la del sonido.
Ayer por la
tarde, mientras estaba entre mis cosas, veía y escuchaba de fondo la tormenta.
Y pensaba que esto también es como la distancia que hay entre la cabeza y el
corazón. Muchas veces vemos la Luz, la comprendemos, la creemos con la cabeza,
pero, hasta que no llega al corazón, no rompe el silencio nuestra respuesta. La
fe nos llega mucho más rápido a la cabeza; sin embargo, solo cuando la vivimos
en el corazón nos da Vida. O como la distancia desde que escuchamos la
inspiración del Señor para hacer algo y el tiempo que nos damos para obrarlo.
Y, en cambio, cuanto más cerca estamos del Señor, cuanto más nos dejamos
interpelar por su Amor, esa “cuenta” se va haciendo más pequeña.
Jesús no quiere
ocupar un lugar importante en nuestra vida: quiere ser nuestra Vida. No le
parece suficiente con ser el primero de nuestras prioridades; Él, más bien,
quiere ser el centro de todo lo nuestro. No se conforma con un ratito de
nuestra semana: quiere ser Señor de nuestro tiempo. Ni con una porción de
nuestro corazón: busca ser su Dueño.
Hoy, el reto
del amor es pedirle al Señor que haga pasar nuestra fe de la cabeza al corazón.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
16 mayo 2025
Fuente: Dominicas de Lerma