El arzobispo reiteró que el proceso «no está cerrado» y que desde Roma «animan a seguir adelante»
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El obispo Luis Argüello, en la Universidad San Pablo CEU. |
La mañana de
ayer martes, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello,
impartió la cuarta conferencia del seminario permanente Isabel la Católica organizado por el Instituto CEU
de humanidades Ángel Ayala.
Durante la
ponencia, el también arzobispo de Valladolid realizó algunas aclaraciones en
torno al estado de la causa de beatificación de la reina que
en última instancia él preside, y que según Roma no solo “no está cerrada” como
se ha llegado a afirmar, sino que también “se nos anima a seguir adelante”
con la promoción de la figura y virtudes de Isabel.
Francisco:
"Quizá el siguiente"
El obispo
recordó una de sus últimas conversaciones con el Papa Francisco respecto a la
canonización, en la que Francisco dijo: “Ánimo, seguramente yo no sea,
pero quizá el siguiente”.
Según Argüello,
tanto en su etapa como obispo de Buenos Aires como anteriormente ya manifestó
varias “expresiones de su reconocimiento a la reina”, si bien durante el
pontificado “ha sido consciente de las dificultades” que rodean su
posible beatificación. “Sobre todo de las últimas”, subrayó.
Hay quienes
consideran que el pontificado de Francisco, al contrario que sus etapas
previas, no fue especialmente proclive al reconocimiento del modelo de
evangelización en lo que a la América virreinal se refiere. Con Argüello, son
muchos los que esperan con expectación la actitud del Papa León XIV en
torno a la posible beatificación.
El arzobispo
valoró con optimismo la procedencia de León como obispo de Chiclayo, en Perú. A
su juicio, Prevost se encuentra indudablemente “vinculado” a Isabel,
especialmente “desde el punto de vista de la gesta histórica” del
descubrimiento y evangelización. Algo que no solo configura “uno de los grandes
`activos´ de la reina Isabel”, sino que también conecta el deseo de “llevar
el anuncio del Evangelio a cuantas más personas mejor” con lo que la
Doctrina Social de la Iglesia llamaría hoy “la caridad social y política”.
El arzobispo
dedicó buena parte de su ponencia a detallar las vinculaciones existentes entre
la vida y virtud de la reina Isabel con la Iglesia actual, pero también a
advertir de las “últimas dificultades” que amenazan la causa.
Los nuevos
grupos de presión contra la causa
Según Argüello,
la influencia de lobbies contrarios a la beatificación ya no estarían tan
vinculados a la expulsión de los judíos como a nuevas
corrientes surgidas del indigenismo, llegando a afirmar que “no
cabe duda de la importancia que tiene en las iglesias de la América hispana,
portuguesa y norteamericana”.
Dicho
indigenismo, que profesa un férreo cuestionamiento de la labor evangelizadora,
se vería ahora complementado por una nueva corriente como es la “teología de
la descolonización”, surgida a su vez de la teología de la liberación y de
nuevas corrientes historiográficas negrolegendarias como la teoría decolonial.
¿Qué es el
decolonialismo?
La filósofa y
escritora Paloma Hernández sintetiza dicha teoría como la
asunción de las grandes premisas del wokismo,
desde la crítica al eurocentrismo, racismo o un patriarcado hipotéticamente
dominantes hasta el `colonialismo intelectual´, la `violencia epistémica´ o las
`herencias coloniales´ de Hispanoamérica. En resumidas cuentas, una teoría
marcada por el rechazo a lo hispano desde sus misma
definición, pues sus partidarios renuncian a términos existentes en español
como `descolonización´ para asumir los de origen anglosajón con el
“decolonialismo”.
Argüello
profundizó en cómo la teología vinculada a esta corriente tiene que “hacer
equilibrios” entre la asunción de la teología cristiana y su deseo de
“purificarla” de los elementos supuestamente colonizadores de herencia
hispana.
Unos postulados
que, de cara a la causa de beatificación, suponen “un riesgo muy grande”,
pues llevado a la práctica supondría “arrancar la piel de la carne” de América,
rechazando el mestizaje o la “encarnación” de la realidad evangélica que allí
se llevó a cabo.
En este
sentido, el arzobispo no dudó en llamar a enfrentar desde “el estudio y
[elaboración de] propuestas alternativas” una corriente “que tiene su
influencia” y que, “fiel a todo tipo de propuesta ideológica, prescinde de lo
real, del hecho en sí mismo, de lo que ha sido un encuentro, encarnación y
mestizaje”.
No son
mayoría pero sí influyentes: "Guadalupe suena a extremeño"
Argüello sacó a
la luz conversaciones con obispos de México relativas al impulso de la
celebración del quinto centenario de las apariciones del Cerro Tepeyac,
la Virgen de Guadalupe, escuchando como las dificultades llegan a
la misma denominación de la advocación mariana “porque suena a
extremeño”.
Aunque los
partidarios de la teología de la descolonización “no son mayoritarios”
en Hispanoamérica, el obispo remarca que sin duda “está presente” y “tiene su
influencia”.
El nombre de
Prevost volvió a salir en la ponencia, en esta ocasión en torno a los diálogos
mantenidos por Argüello con Rodrigo Guerra, Secretario de la
Pontificia Comisión para América Latina, cuyo último presidente en el cargo es
el actual León XIV.
“Hemos hablado
estas cuestiones y él tiene sensibilidad en torno a esto. De alguna
forma, la preocupación que he manifestado a la diócesis de México sobre la
celebración del V centenario de Guadalupe también tiene que ver. Es
nuestra oportunidad de poder decir y hablar”, comentó el arzobispo.
Lo que
pueden hacer los fieles
¿Pueden ayudar
los fieles de cara al avance de la beatificación? Junto con la elaboración de
un discurso alternativo al propuesto por el decolonialismo,
Argüello reiteró nuevamente su llamado a la oración y la “fidelidad
al ejercicio de la vocación” entre los fieles.
También incluyó
en esa aportación de los fieles una mención al “estudio y reflexión” de
las cuestiones discutidas, aportando a los debates abiertos “documentación
histórica, reflexión y tesis doctorales”. Junto con el
académico y divulgativo, destacó en referencia al laicado “la necesidad muy
grande de promover la caridad social o política, vivida en todos
los aspectos”, pues “de alguna manera, Isabel, desde una convicción de la
persona humana, promueve una forma de organizar y vivir en la
polis, incluso de edificarla. Oración, fidelidad a la vocación y reflexión
sobre estos asuntos”; reiteró el arzobispo.
José María Carrera
Fuente: ReligiónenLibertad