La Cuaresma es una época que nos invita a hacer penitencia para ayudarnos a cambiar nuestra vida, pero ¿qué pasaría si no cumplimos con nuestros propósitos?
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Jesús Cervantes | Shutterstock |
Los
ofrecimientos de Cuaresma son practicados por muchos católicos con el
fin de dar algo a Dios en este tiempo en el que la Iglesia nos invita a las
prácticas de la penitencia, ayuno, limosna y oración. Y con sentido de
sacrificio, se renuncia a algunos gustos lícitos para agradar a Dios. Pero,
¿qué pasa si a media Cuaresma cambiamos de propósitos?
Toma en
serio lo que ofreces a Dios
Podría suceder
que alguna persona ofrece dejar de consumir algún alimento, rezar el rosario,
efectuar alguna peregrinación especial, visitar un santuario, en fin, que la
creatividad es infinita para el fiel que desea retribuir o solicitar un favor a
Dios.
Ahora bien, si
lo hace durante la Cuaresma, es él mismo quien ha puesto un plazo específico,
con carácter de promesa a Dios. Debe entender que está obligado a cumplir.
Dice el
Catecismo de la Iglesia católica:
"En varias
circunstancias, el cristiano es llamado a hacer promesas a
Dios. El Bautismo y la Confirmación, el Matrimonio y la Ordenación las exigen
siempre. Por devoción personal, el cristiano puede también prometer a Dios un
acto, una oración, una limosna, una peregrinación, etc. La fidelidad a las
promesas hechas a Dios es una manifestación de respeto a la Majestad divina y
de amor hacia el Dios fiel".
CEC 2101
Por eso,
el número 2102 enfatiza que: "La promesa deliberada
y libre hecha a Dios acerca de un bien posible y mejor, debe cumplirse por la
virtud de la religión".
El propósito
El padre Sergio
Moctezuma, padre penitenciario de la Catedral
de Celaya, comenta que "una cosa es un propósito y otra una
promesa". Menciona que hay un propósito cuando se tiene la intención
piadosa de crecer en el trato con Dios mediante una obra determinada, como
dejar de comer pan, hacer penitencia, etc.
En este caso no
hay una vinculación consciente con Dios, simplemente es un deseo de esforzarse
en realizar una obra. "Y no lograrlo no implicaría propiamente una falta o
un pecado", destaca el sacerdote.
La promesa
"Pero si
ese propósito se hace de una manera consciente y comprometida, a nivel de
promesa, entonces sí genera un deber ante Dios para cumplirla", añade el
padre Moctezuma. Aclara que "si no lo hice, culpablemente, porque al final
no lo quise hacer, porque soy voluble, yo creo que sí hay una carga moral, y
aunque sea venial, pero sí habría un pecado", explica.
"¿En qué
sentido habría pecado venial?" El padre penitenciario considera que si
"por negligencia, por pereza, por falta de amor, por inconstancia dejo de
hacer algo que me comprometí a realizar, tiene que ver con la virtud de la
religión, y en ese sentido es una relación de justicia para con Dios".
Cambiar los
ofrecimientos y propósitos cuaresmales
Pero concluye
agregando que:
"Fuera de
esto, algunos moralistas y pastoralistas opinan que no habría pecado en fallar
a esos propósitos de Cuaresma", porque son "ese esfuerzo personal y
devoto del cristiano por seguir creciendo en su comunión con Dios, en su
santificación personal y en la caridad hacia el prójimo".
Y si hay
motivos razonables, puede ser moralmente aceptable cambiar el ofrecimiento de
Cuaresma por otra obra.
Mónica Muñoz
Fuente: Aleteia