¿QUIÉN GOBIERNA LA IGLESIA MIENTRAS EL PAPA ESTÁ EN EL HOSPITAL?

Aunque ingresado en el Gemelli, Francisco ha demostrado que sigue al mando: en sus 14 días en el policlínico ha mantenido reuniones clave y hasta ha seguido en contacto con Gaza

Dos religiosas rezan por Francisco ante la estatua de Juan Pablo II
en el hospital Gemelli. 
EFE/EPA/MASSIMO PERCOSSI. Dominio público
La reciente hospitalización del Papa Francisco en el Policlínico Gemelli de Roma vuelve a poner sobre la mesa una pregunta incómoda, pero importante: ¿quién gobierna la Iglesia si el Papa no puede hacerlo?

El Vaticano es una monarquía absoluta en la que el Papa gobierna de por vida. Cuando un pontífice muere el procedimiento es claro: el poder pasa al Camarlengo, encargado de gestionar la Santa Sede hasta la elección de un nuevo Papa. Actualmente ese cargo lo ocupa el cardenal estadounidense Kevin Farrell.

Pero, ¿qué pasa si el Papa está enfermo, en coma o incapacitado sin haber renunciado? Es ahí donde surge la incertidumbre.

Un Papa que trabaja desde el hospital

En el caso de Francisco su hospitalización no ha supuesto ningún cambio en el gobierno del Vaticano. Fuentes vaticanas, e incluso la primera ministra italiana Giorgia Meloni, han insistido en que el Papa sigue lúcido, con buen humor. Hasta su equipo médico reconoció en la rueda de prensa del pasado 21 de febrero que «tiene la cabeza de un hombre de 50 años».

Y así se ha demostrado a lo largo de estos 14 días de ingreso en el Gemelli. No solo ha continuado con su habitual llamada a la parroquia de Gaza, sino que además llegó a reunirse en su habitación del hospital con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, y el número tres del Vaticano, el purpurado venezolano Edgar Peña Parra, para discutir cuestiones como decretos para la canonización de dos nuevos santos y el reconocimiento de cinco personas en el camino hacia la beatificación, como confirmó este martes el boletín oficial del Vaticano.

Además, Francisco convocó un consistorio, una reunión formal de cardenales aunque aún sin fecha oficial para tratar otras futuras canonizaciones. Aunque estas decisiones pueden haber estado en proceso antes de su ingreso al hospital, es relevante notar que Francisco, a pesar de estar en reposo, continúa con su labor papal, revisando documentos y tomando decisiones clave.

Asimismo, y en plena convalecencia, el Papa Francisco dio a Sor Raffaella Petrini, nueva presidenta de la Pontificia Comisión y de la Gobernación del Vaticano desde este sábado, la autoridad para delegar y asignar tareas específicas a los secretarios generales según lo considere necesario.

El «vacío legal» cuando el Papa no puede gobernar

Es importante destacar que no hay ninguna disposición en el derecho canónico que permita una transferencia total del poder papal en caso de una enfermedad, salvo en los casos de renuncia o muerte del Papa. Aunque Francisco se encuentra hospitalizado, el gobierno de la Santa Sede continúa funcionando con normalidad, bajo la supervisión directa del Papa y con el apoyo del cardenal Parolin. Por ahora la Iglesia permanece tranquila y confiada en que, a pesar de las dificultades, el Papa sigue tomando decisiones importantes para el futuro de la Iglesia universal.

Con todo, si el Papa quedara en un estado de incapacidad prolongada, el derecho canónico no ofrece una respuesta clara, aunque si prevé situaciones en las que un obispo no puede cumplir con sus funciones debido a enfermedad o incapacidad, delegando la gestión diaria a un obispo auxiliar o vicario general.

No obstante, no existe una disposición explícita para el obispo de Roma, el Papa, en caso de impedimento. El canon 335 establece que, cuando la Santa Sede está «vacante o totalmente impedida», no se debe alterar la gobernanza de la Iglesia, pero no detalla qué implica estar «totalmente impedida» ni las medidas a tomar en tal caso.

En 2021, un grupo de canonistas propuso normas para llenar este vacío legislativo, sugiriendo que, en caso de incapacidad temporal del Papa, el Colegio de Cardenales nombraría una comisión para gobernar, con evaluaciones médicas periódicas para determinar el estado del pontífice. Sin embargo estas propuestas no han sido adoptadas oficialmente.

¿Y si el Papa entra en coma?

El tema preocupa desde hace décadas. A lo largo de la historia algunos Papas han reflexionado sobre esta cuestión, pero sin llegar a fijar reglas definitivas. Juan XXIII, por ejemplo, se planteó la posibilidad de renunciar debido a su frágil estado de salud en plena celebración del Concilio Vaticano II. Su sucesor, Pablo VI, escribió en 1965 una carta en la que dejaba abierta la posibilidad de ser reemplazado si caía en coma o sufría demencia.

Francisco ha seguido este mismo camino: en 2013 dejó una carta de renuncia en caso de impedimento irreversible entregándosela al que era Secretario del Estado del Vaticano en ese momento, el cardenal Tarcisio Bertone. Se cree que ahora estaría en poder de su sucesor, Pietro Parolin.

En la actualidad, si el Papa quedara en coma sin renunciar previamente, la Iglesia se encontraría en una especie de 'limbo' jurídico. No hay un mecanismo formal para declarar el «fin del pontificado» salvo la muerte o la renuncia voluntaria, como la de Benedicto XVI en 2013.

El tema sigue sin resolverse y dependerá de los futuros Papas y cardenales encontrar una solución clara. Mientras tanto, cuando Francisco está en el hospital, el gobierno sigue funcionando... aunque con incertidumbres sobre qué pasaría si su salud se complicara aún más.

María Rabell García, Corresponsal en Roma y El Vaticano
Fuente: El Debate